LA TELARAÑA: «Fútbol es fútbol»

viernes, abril 7

«Fútbol es fútbol»


La Telaraña en El Mundo.



  
 «Fútbol es fútbol» sentenció hace siglos el entrenador yugoslavo del Zaragoza, Vujadin Boskov, y sus palabras siguen resonando como si aún fueran válidas. ¿Lo son? Pues no sé yo. El mundo ha cambiado mucho en poco tiempo. Ya no existe Yugoslavia cuando se acaban de cumplir veinticinco años del genocidio de Bosnia. Y el fútbol ya no es tampoco lo que era. Fue, evidentemente, opio puro y duro del pueblo, religión pagana, pasión personal, deporte de masas, tal vez negocio de palco y, desde luego, de antepalco; ahora es también el núcleo, el corazón, el alma gélida, quizá, de una peligrosa y ubicua ludopatía que da en dejarse el sueldo y también los higadillos en el azar programado de los tahúres, en la caprichosa ruleta rusa de las apuestas online. Ya no parece existir nada a lo que no se pueda apostar como si la vida entera nos fuera en ello. Quizá nos vaya. Quizá ya se nos haya ido.
 Pero el tema que hoy me ocupa es la complicada situación del RCD. Mallorca. ¿De qué Mallorca estoy hablando? ¿Del equipo aquél de mi infancia, que siempre andaba descendiendo a segunda división? ¿O del que se asentó en la élite y llegó a ganar la Copa del Rey o a disputar la final de la Recopa? ¿Hablo de Zamora, Arqué, Chango Díaz y Doval, de Eto´o, Ibagaza, Nadal, Roa, Ezaki Badou, de Arango, Güiza, Aduriz, Stankovic? ¿Hablo de Juan Carlos Lorenzo, Forneris, Marcel Domingo, Oviedo, Serra Ferrer, Cúper, Aragonés, Manzano? ¿De Jaime Roselló, Contestí, Beltrán, Grande, Alemany, Utz Claassen, Robert Sarver?
 Con el paso del tiempo, todos los equipos son siempre el mismo equipo, porque la historia es un lugar muy apretado donde se suceden y se amontonan los nombres y las sombras, donde se multiplican las voces y los ecos, donde se arremolina el olvido intentando fijar el remolino interior de sus raíces y prender, así, en alguna parte. Siempre debemos prender en alguna parte, aunque no importe demasiado dónde ni por qué ni cómo. Finalmente, sólo somos nuestras raíces, esa vaga inercia que nunca dejamos de sentir. No es poca cosa.
 Pero vuelvo al presente, que es como regresar a una guerra virtual de etiquetas o “hastags”. Desde #ElMallorcaNoEstaMuerto a #Vamosequipo o #TotsJunts. Sergi Barjuan, que ya es el nuevo entrenador, tiene ahora diez partidos por delante, de los que debería ganar seis o siete, al menos, para que el Mallorca no descienda a esa división fuera del fútbol profesional, que es la 2ªB. «Fútbol es fútbol» dijo Boskov hace siglos y en esa misma frase pensé yo, anteayer, mientras observaba las filigranas que un joven mallorquín llamado Marco Asensio dibujaba en el césped. Pues sí. Eso sí que es fútbol.

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