LA TELARAÑA: A gobernar o a la calle

viernes, junio 24

A gobernar o a la calle


La Telaraña en El Mundo.

 Puede que la vida consista, sencillamente, en vivir, que es algo entre aburrido y asombroso, rutinario y excitante, privado y, por supuesto, privadísimo. Pero puede, también, que la vida sea otra cosa muy distinta, una exhibición continua de filias y fobias, una orgía de desvaríos dialécticos, una lamentable incontinencia verbal, una farsa en la que sólo importa mostrar al mundo cómo vivimos, contarle -vía selfi, por ejemplo- lo que hacemos a cada instante y tuitear por los codos de lo humano y lo divino, hacerle la corte a esa enfermedad del alma que da en no saber vivir, sino en los escaparates manipulados de las redes sociales, las tertulias televisivas, el aberrante espectáculo de la caja de Pandora mostrándonos, catastróficamente abierta, todos los males del mundo, sin que la esperanza sea lo último que nos quede. Ya hace tiempo que la perdimos.
 Nos queda, eso sí, el mundo, que es un lugar complejo donde muere demasiada gente y donde no hay forma de poner orden a nada, porque todo parece ir a su bola o lo que es lo mismo, a nuestra entera, compleja, escalofriante, imagen y semejanza.
 Mientras tanto, y por fortuna, hoy concluye la campaña electoral repetida por la inutilidad de unos y otros. No voy a hacer ninguna propaganda de mi voto, porque aún creo en la privacidad. Eso sí, pienso volver a votar, exactamente, lo mismo que voté el 20-D. Se trata de demostrar que no nos equivocamos nosotros, los votantes, sino ellos, los elegidos para gobernar. O gobiernan, al fin, o a la calle, y para siempre.

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