LA TELARAÑA: La obra en marcha

viernes, febrero 12

La obra en marcha

La Telaraña en El Mundo.

 En la sala de espera del médico nadie hace caso de la pila de suplementos culturales y revistas del corazón sobre la mesa. No obstante, todos atienden de forma uniforme y disciplinada, automática, a la palpitante actualidad de sus móviles: el ajetreo muscular de WhatsApp, la confortable empatía de Facebook, el vértigo histérico de Twitter, el enjambre visual de Instagram o el magnífico diseño de las aplicaciones, como Flipboard o Nextgen Reader, que filtran las principales noticias de las agencias y diarios.

 La actualidad sigue siendo, pues, lo que siempre fue. Un montón de bits transformándose sin pausa, como si la vida fuera reducible a unos pocos titulares centelleando, rutilantes, en los escaparates virtuales donde todo parece cobrar sentido antes de desvanecerse y convertirse en otra cosa. Todo se transforma en otra cosa, igual en la vidriosa pantalla táctil de nuestros móviles que en el pozo selectivo, oscuro y subterráneo, de nuestra memoria.

 Sólo he citado algunas de las muchas aplicaciones que conozco y que he utilizado o utilizo. Sin embargo, añoro aquellos días en que mi móvil sólo servía para llamar o recibir llamadas. Aquellos días en que iba al médico tan sólo para hojear el papel brillante y hasta satinado de la prensa rosa, amarilla o verde, para embriagarme con el perfume azul de la tinta negra o roja, para palpar el torso resbaladizo de una realidad que, como la piel, va mudando sus capas sin fruncir su ceño ni cambiar su expresión de provisionalidad y tránsito, de obra en marcha.

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