LA TELARAÑA: Mafias

viernes, diciembre 18

Mafias

La Telaraña en El Mundo.

 Desde siempre hemos sabido que trabajar es una auténtica maldición bíblica. Un duro castigo por aquella desobediencia primera de la que no guardamos ningún recuerdo. En efecto, ya no hay árbol del conocimiento del bien y el mal bajo cuyas ramas buscar cobijo. Ya no hay paraíso al que regresar siquiera sea en la parte más inconsciente de nuestros mejores sueños. Nos queda, eso sí, atender al estruendo de las alarmas y sirenas, el aviso intermitente de los trabajos y los días, la mirada fija en esas ruedas, fieramente dentadas, con las que siempre acabamos comulgando sin darnos cuenta. Por necesidad, claro.
 Pero una cosa es asumir que hay que trabajar y otra distinta dejarse esclavizar por alguna mafia como la que estos días está siendo desmantelada en el centro mismo de Palma. A las mafias que ya conocíamos, como las de algunos partidos políticos y sus repugnantes redes clientelares en educación, cultura o sanidad, por ejemplo, se suma ahora la mafia de la restauración. Vale que son una minoría y que ni se representan a sí mismos, pero el asunto no tiene maldita la gracia.
 Uno mira alrededor y asume vivir rodeado de una infinidad de tramas muy dispares. Algunas lógicas, muchas incomprensibles. Uno mira adentro y, aunque no lo desee, se acaba reconociendo en algún aspecto de casi todas ellas. Uno cierra los ojos y comprende que toda esa nube asfixiante de corrupción y delincuencia organizada es la principal culpable de las mil y una crisis que sucesivamente nos afectan. Y nos seguirán afectando, me temo.

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