LA TELARAÑA: La tempestad interior

viernes, octubre 16

La tempestad interior


La Telaraña en El Mundo.

 Es muy posible, siguiendo a Próspero, el personaje de Shakespeare en «La Tempestad», que estemos hechos de la misma materia de los sueños y que nuestra breve vida cierre su círculo con otro sueño. Este tipo de metáforas, nebulosas y radiales, suelen tener el éxito asegurado, aunque realmente no acaben de decir nada y presuman, sin embargo, de haberlo dicho todo. O casi todo. En efecto, es así que nos vamos acostumbrando al fuego abrasador de la verdad o de la mentira; es así, en definitiva, que nos arrastra el vertiginoso torrente de la duda y nos aproximamos a ese muro final donde nos acabaremos estrellando, porque no nos está permitido ir más allá ni, sobre todo, volver para contarlo.
 A veces, no obstante, me asola el perturbador ánimo caprichoso de algunos recuerdos. De algunos más que otros, aunque no haya forma de saber cuáles son más frágiles y cuáles más obsesivos y hasta, quizá, penetrantes. Son un misterio casi indescifrable, los sueños, como la vida misma.
 En algo así pensaba, días atrás, mientras revisionaba por televisión «La Colmena» de Mario Camus y Camilo José Cela y veía desfilar por la pantalla a casi todos los actores y actrices más o menos importantes o reconocibles de mi propia vida. En algo así pensaba, hace tan sólo un rato, mientras jugaba a ponerle rostro a mis mejores y peores sueños y todos, absolutamente todos, tenían mi mismo rostro y no otro; y yo los miraba a todos como si fuera Narciso a punto de desaparecer en las profundas y tenebrosas aguas de la belleza o del horror.

Etiquetas: ,