LA TELARAÑA: La ecotasa de París

martes, octubre 27

La ecotasa de París


La Telaraña en El Mundo.
 
 Acabo de reservar unas cuantas noches en un hotel de París, para diciembre, que es cuando los puentes se eternizan y podemos recorrer los cincos continentes con sólo saltar de isla en isla y de festivo en festivo, sin más peligro que darse de bruces con alguna pachanga de las elecciones del 20-D o con las propias, en fin, de la Navidad; ya saben, los arbolillos de luces parpadeando sobre la nieve y las hogueras, los gélidos mercadillos de la solidaridad, las colas sombrías de los refugiados, el largo viaje de cada año hasta el lugar donde nos acaban dando las doce campanadas de esa simbólica renovación anual que, sin embargo, nunca acaba de cuajar. Nunca.
 Pero a lo que iba. Además del varapalo de la habitación vamos a tener que pagar, en concepto de impuestos municipales, la cantidad de 2.48 euros por persona y noche. Hago cuentas y resulta un buen pico. Tampoco me consuela que lo llamen impuestos municipales y no ecotasa o cualquier otro grosero eufemismo que nos prometa el cielo de la eficiencia, la justicia o el bienestar social a cambio, tan sólo, de unas pocas monedas.
 No me gustan las justificaciones ni, tampoco, los rodeos conceptuales. Duele que nos tomen por idiotas. El dinero es sólo dinero y si el mundo se empeña en ser una enorme alcancía, lo que hay que hacer es agitarla, por ver si revienta. Mientras tanto, espero que las autoridades parisinas hagan el mejor uso posible de mi peculio, pero si no es así y lo dilapidan en caprichos, me va a dar igual. Me va a fastidiar exactamente lo mismo.
 

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