LA TELARAÑA: Nómadas y carceleros

martes, septiembre 15

Nómadas y carceleros


La Telaraña en El Mundo.
 
 En no pocas ocasiones he usado a los nómadas como metáfora para traspasar el artificio conceptual de las fronteras, sus aduanas y visados, su peaje territorial, su papeleo ensimismado de nombres, fechas, estirpes, etnias, la foto sellada en el pasaporte del alma como en las páginas escuálidas de las cartillas de racionamiento, las colas migratorias, el desembarco de los que no tienen otro lugar que el que usan, finalmente, para poner sus pies en polvorosa.
 Es muy posible, no obstante, que la vieja letanía romántica del nomadismo haya dejado de servirme, porque ya no quedan nómadas entre nosotros y las multitudes que buscan su paraíso perdido en el corazón maltrecho de Europa son gentes que huyen de la guerra y el hambre que está en todas partes, en sus países de origen y en sus lugares de destino, en el remolino de su interior, tan atormentado de quimeras como de decepciones. Así es, quizá, la vida; y la terrible exigencia de huir a tiempo y sin mirar atrás, para que ninguna maldición nos alcance y una gran mochila de sueños mutilados nos encorve la espalda.
 Pero no hace falta, de hecho, ninguna mochila para aplastarnos el ánimo. Nos basta con escuchar a Miquel Ensenyat, en su papel de cónsul máximo en plena diada del nacionalismo territorial más extremo, para concluir que ya no existe El Dorado. La sociedad actual en que vivimos, hasta la que presume de más civilizada, es sólo un laberinto de cárceles donde la libertad, por desgracia, se ha acabado convirtiendo en un estúpido y pesado manojo de llaves.
 

Etiquetas: