LA TELARAÑA: Los náufragos de Cort

viernes, septiembre 4

Los náufragos de Cort


La Telaraña en El Mundo.
 
 De vez en cuando la muerte se queda quieta y va alguien y le saca una fotografía y en esa nítida imagen, en ese cadáver de un niño sirio que casi parece de madera, se llama Aylan Kurdi y yace donde la espuma rompe sobre la arena, acabamos reconociendo nuestra propia imagen y la de la humanidad entera, demacrados y taciturnos, desfigurados; y es, entonces, que Aylan se multiplica y todos nuestros hijos se llaman también Aylan y nos duele ver que han desembarcado en la lejana orilla del desamparo, en el abismo criminal de nuestras guerras, nuestra soledad e insignificancia.
 Pero toca escapar de la hipnosis y de la quietud fotográfica y observar el paisaje, alrededor. Los nuevos inquilinos de Cort han acordado ofrecer Palma como ciudad de acogida, sin encomendarse a dios ni al diablo. Ni al gobierno de Rajoy, que es a quien atañe el asunto. Aquí no se sabe, pues, si sobran turistas, como ya se nos dijo, o si faltan refugiados; y yo no sé si criticar tanta demagogia o si desentenderme de todo y firmar en el tablón de los más solidarios, de las víctimas incurables, de los que creen que el mundo perdió la brújula hace ya demasiado tiempo y no hay cura para tanta infección acumulada, tanta barbarie y absurdo.
 Si Cort quiere refugiados o náufragos puede buscarlos en pleno centro de Palma. Hay bastantes mendigos, por ejemplo, durmiendo bajo las escuálidas gradas de la Plaza de los Patines. He hablado con algunos de ellos y no son sirios ni afganos, pero llevan en guerra desde siempre. Sobre todo, consigo mismos.

 

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