LA TELARAÑA: La barbarie

viernes, julio 3

La barbarie


La Telaraña en El Mundo.
 
 Tenemos fe, pero no mucha. Tenemos esperanzas, pero no demasiadas. Es así que, con el paso de los años, nos vamos despojando de las innumerables certezas, cada vez menos firmes y mucho más renqueantes, con las que nos hemos ido moldeando y, a cambio, nos aprovisionamos de incertidumbres y vacilaciones, de ese mirar la realidad como quien ausculta un deseo y lo hace con tiento, porque teme romperlo y sabe que no tiene mucho más, que es muy difícil reponer las ilusiones rotas y que lo que se pierde a cada instante se acaba volviendo inexpugnable, inalcanzable, rigurosamente ajeno.
 Pero todo tiene un límite. No podemos vaciarnos por completo. La vida es una celebración, pero también un ritual plagado de lugares y oraciones comunes. La vida es la forma en que vivimos, la minuciosa rutina que nos lleva a repetir, una y otra vez, el método heurístico de la prueba y el error, ese ir avanzando y conociendo sin alcanzar a entender por qué los misterios que vamos aprehendiendo son, también, los que no logramos desentrañar.
 Quiero decir, pues, que la vida se convierte en otra cosa cuando se sobrepasan ciertos límites. No es posible aceptar que el gobierno de las cosas nos conduzca a situaciones como se viven en Grecia. Me refiero a las colas de los jubilados para hacerse, sin éxito, con su propio dinero. Hablo de una sucesión de gobiernos nefastos culminados por otro todavía peor, catastrófico. Como si a la gestión terrorífica e infame del PP y el PSOE les sucediera, en España, la barbarie de Podemos, por ejemplo.
 

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