LA TELARAÑA: La clase media

viernes, marzo 13

La clase media


La Telaraña en El Mundo.
 
 
 Resulta que se comparten archivos –ya conocen esa vieja y guerracivilista historia del cine español, la propiedad intelectual de la indigencia o la música corporativa y militante de los de casi siempre; a cualquier cosa se le llama cultura en nuestros días- de la misma forma que se comparten asientos en los vehículos privados sin más taxímetro que el precio al alza de la gasolina y hasta habitaciones sin más estrellas que la noche oscurísima de los lobos (los de Wall Street y Bruselas, los de Andorra) en las casas de cada cual para ir moldeándole la cintura del hambre a la crisis y salir adelante aunque sea a rastras y contra el fragor del universo.
 Hacienda, mientras tanto, intenta amordazar hasta la asfixia el espejismo dorado de la economía sumergida. No sé si saben lo que hacen o si sólo hacen lo que saben. Poca cosa. O quizá mucha. Una simplificación perversa, una maniobra de distracción, un error absurdo de cálculo contra una clase media que se ve señalada, a la vez, como el motor de la economía y el progreso, sin tener más horizonte que su renta menguante en los saldos rojos del capitalismo crepuscular en que chapotea.
 Igual sucede que toda la economía española (y también la europea: no hay mercado de trabajo, presión fiscal o políticas sociales únicas y comunes) es, aquí y ahora, un precario iceberg a la deriva, una peonza ebria y demacrada que viene huyendo, vapuleada, de los políticos de siempre y va camino, ay, del latrocinio globalizado de los que quieren sustituirlos. Podemos y Ciudadanos, por ejemplo.

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