LA TELARAÑA: Guía del paraíso

martes, marzo 24

Guía del paraíso


La Telaraña en El Mundo.

 Según una encuesta del diario londinense The Times, Palma es la mejor ciudad del mundo para vivir. Está bien. Vale. Lo aceptamos, porque tampoco podemos refutarlo. Vivimos aquí desde el principio de los tiempos y, desde entonces, nos hemos sabido muy próximos al paraíso, en sus aledaños cálidos y prometedores, en su círculo espectral de elegidos a pesar de todo. A pesar de nosotros mismos, nuestra abulia esencial y nuestra condena íntima de todo lo provinciano, localista, vulgar o nefasto. Palma es, también, ese lugar que detestamos, hasta cuando nos subyuga.
 Hace un par de semanas vino a Palma un amigo sevillano. Me puse mi mejor disfraz de guía turístico y me ofrecí a enseñarle la ciudad en unas tres o cuatro horas. Nos encontramos en el Paseo del Borne y nos fuimos caminando hasta la Catedral. Estaba cerrada. De ahí nos llegamos a Cort, con su olivo y su fachada esquinera de pega, ese milagro arquitectónico, esa vergüenza funambulista de vigas metálicas sostenidas no se sabe cómo ni por qué o hasta cuándo.
 Después visitamos la Plaza Mayor, esa explanada de camareros y mimos mendicantes, y la Plaza de España. Entre ambos lugares, San Miguel nos acogió con su ir y venir urbano, su top manta y sus abigarrados comercios. Esta calle me recuerda a la calle Sierpes, me dijo, entonces, mi amigo, y me sonreí pensando que el paraíso está en todas partes y en ninguna; quizá, pues, lo mejor sea llevarlo muy adentro para que si nos falla, por algún motivo, todo lo que nos rodea, no nos falle, al menos, lo que sentimos. O así.
 

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