LA TELARAÑA: Dineros y utopías

martes, agosto 19

Dineros y utopías


La Telaraña en El Mundo.
 
 Unas cuantas diapositivas mejor o peor engarzadas le reportaron a Multimèdia de les Illes Balears, S.A. la bonita cifra de sesenta mil euros públicos. Se trataba de un estudio sobre el coche eléctrico, que es ese vehículo limpio, limpísimo, y también lento, lentísimo, que llevamos viendo, desde hace lustros, en los escaparates y vitrinas de casi todas las ferias más vanguardistas del ramo automovilístico, pero no en las calles, entre el estupor de las colas infinitas, el ruidoso temblor de los motores perdiendo aceite, el espejismo de la bruma y el sudor evaporándose donde el asfalto y el sol se funden y una cortina evanescente baila y se contonea, ante nosotros, como si en un sueño o delirio de seducción y lujuria. O así.
 Nada mejor, pues, que apoyarse en la vertiente utópica de cualquier aspecto urgentemente mejorable de la realidad –la ecología, por ejemplo- para que nos sintamos cómplices de algo noble, un futuro mejor, un planeta más limpio, una galaxia más pulcra y láctea, un universo con menos flatulencias y cosas así.
 Lo malo es asumir que el atajo hacia ese edén (y hacia otros paraísos similares) con que la humanidad entera sueña o delira desde el principio de los tiempos (y lo que le queda) suele ser, siempre, una indeterminada cantidad de dinero público presuntamente distraído, mal usado o dilapidado. Es una lástima que resulte tan difícil compaginar la grandeza histórica de nuestros sueños o delirios con el sempiterno agujero negro de nuestros bolsillos. Los nuestros, no los del Pacte de Govern aquel.

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