LA TELARAÑA: Vacaciones en la Red

viernes, agosto 23

Vacaciones en la Red


La Telaraña en El Mundo.
 
 Ingenio, sí, y que no falte, pero siempre a falta de otra cosa mejor. Es para lo que dan los ciento cuarenta caracteres que cifran nuestro ser y estar, la exhibición dialéctica de nuestro devenir en este universo de tabletas y móviles; es decir, un par de oraciones encogidas, un aforismo roto, una sentencia colapsada ideológicamente, tal vez una nótula descarriada. O un exabrupto, por norma. Una descalificación soez. Un aullido. Un chirrido. Cualquier remedo del pensamiento por el ruido. Pero ya lo dije. Ingenio, sí, y que no falte, pero siempre en vez de la inteligencia: en su nombre y lugar. Así va el mundo soltando lastre y, pese a ello, se sigue hundiendo, náufrago compulsivo de sí mismo y su añoranza.
 Pero hoy hablo (o escribo, que es lo mismo y no lo es) desde la euforia de un agosto que va declinando con más lentitud de la prevista. Los días se me demoran tanto que hasta me permiten dibujar el croquis malabar de algún que otro viaje quimérico a través de las rutas intangibles de Internet.
 Puedo decir, por ejemplo, Bilbao, Viena, Madrid, Barcelona, Valencia o París y hasta comprar los pasajes y pagar las aduanas y saber que tras esos nombres se esconde todo lo que deseo en este momento incierto y casi que telúrico. Pero viajo. Y estas vacaciones del alma me transportan el cuerpo más allá de todas las pruebas de esfuerzo, superadas o por superar. No importa si, tras la euforia, seré capaz de reencontrarme con la calma o la decepción. La euforia dura lo que dura y todo lo demás es sólo recuerdo. U olvido.

 

 

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