LA TELARAÑA: «Fin de la cita»

viernes, agosto 2

«Fin de la cita»


La Telaraña en El Mundo.
 
 Quizá no haya nada más glorioso que empezar agosto con algunas lecciones magistrales al respecto de sueldos, sobresueldos y otros complementos de serie B. Me refiero a la comparecencia del presidente Rajoy y a su discurso, desde el plasma de su personalidad, ante el más que selecto, selectísimo, grupo de expertos en el turbio asunto de las contabilidades subterráneas que le aplaudían, jaleaban o abucheaban.
 Ahí es nada, en efecto. Todos los partidos políticos del orbe a vueltas con su propia financiación, ese misterio eterno de porcentajes fluctuantes donde se mezcla la picaresca de los bajos fondos y la desfachatez cínica del exhibicionismo. «Fin de la cita». Esto es, en resumen, lo que vinieron a representar Rajoy, Rubalcaba, Lara y demás líderes políticos (incluidos los catalanes) ante sus chirriantes bancadas de diputados afectos.
 Porque de lo que se trata, al parecer, es de revivir en el Parlamento lo que ya se ha convertido en el sello distintivo de las tertulias televisivas. Buscar culpables (sin alejarse de la tradición judeocristiana) y demorarse en ellos a cambio de las dosis precisas del proselitismo más ajustado al morbo de la audiencia. La fascinación ideológica por los SMS filtrados. El erotismo de las cajas negras de la razón. Lástima que para este tipo de sesudas introspecciones valga igual un maquinista desorientado que un bárbaro jugando con las brasas del infierno, un tesorero fuera cuerda que el valiente (o suicida) Duran i Lleida exigiéndole al gobierno un examen de conciencia. ¡Nada menos!

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