LA TELARAÑA: julio 2013

martes, julio 30

Los paraísos perdidos


La Telaraña en El Mundo.
 
  Se va Julio, con cruel parsimonia y casi que con inconcebible alevosía, dejándonos su macabra suma de cadáveres y abrojos calcinados. Es en estas situaciones de tanta incertidumbre como indigencia (provocadas ambas, entre otras cosas, por la sumisión contable a las desconocidas leyes de la fatalidad) cuando uno se ve obligado a mirar alrededor para comprobar cómo late, y si late, la realidad entera. O, al menos, sus apariencias.
 Hay que palparle, pues, el pulso a la tragedia, como si hubiera llegado la hora púrpura y decadente del ocaso, y nos auscultáramos el pecho con temor a ese retortijón sucesivo y encadenado, a esa pérdida morosa de realidad que se nos escapa por entre el humo y la asfixia, los hierros retorcidos y el sudor rojo: como si fuera nuestra conciencia la que viajara hacia no sabemos dónde. Nos hemos perdido. Es obvio.
 Pero la memoria (demasiado televisiva) de estos últimos días nos dibuja el espectro de un tren a Santiago envuelto en espanto y llamas; derribado, al fin, por el vértigo. Y otras imágenes, algo más familiares, nos traen el rumor ronco de los hidroaviones sobre la silenciosa calma dominical de Palma y el rugir entrecortado de los motores de la Fórmula 1. Otra vez (y como siempre) la televisión pero, sin embargo, mientras escribo estas líneas ya es lunes y laborable y aún prosiguen los hidroaviones repostando en las orillas de la vida y derramando en las laderas del infierno. Duele saber que no hay otros paraísos que aquellos de los que somos, puntual y sucesivamente, expulsados.

Etiquetas:

viernes, julio 26

La cárcel y el destino


La Telaraña en El Mundo.
 
 He leído todas las crónicas sobre el memorable ingreso en prisión de María Antonia Munar, sin inmutarme. Me he mirado lo más adentro y taciturno y tranquilo que he podido; y no he sentido nada. Pero nada. Nada de nada. Ni un mínimo atisbo de alegría o de justicia poética (ese barbarismo que no sé qué significa). Ni un solo pálpito de fe recuperada o de júbilo a contracorriente. Ni un solo instante de sabor encendido en el paladar o en la yema temblorosa de los dedos con que escribo estas líneas y no otras; y me descubro, con sorpresa, del todo ajeno a la situación de los que dieron a parar con sus huesos tras esas rejas con que la sociedad divide el bien y el mal, marcándoles los límites con el tatuaje imborrable de la exclusión.
 Pero ya era hora. Se avecinan días de gloria y glamur para la cárcel de Palma. Muy pronto podrá Munar, allí, reunirse a manteles con Nadal, Buils y Vicens. Podrá, incluso, llamar a Matas -cuya condena es un hecho, aunque le hayan aligerado, por ahora, la duración de las penas- y hasta celebrar, todos juntos y quién sabe si en su salsa, un auténtico consejo de ministros en la sombra. O a la sombra.
 Podrán, también, poner a prueba sus quimeras de infancia o de adolescencia. Podrán recordar ese póster junto al que durmieron tantas y tantas noches mucho más felices que estas. Y hasta rencontrarse con los temibles herederos de aquellos Ángeles del Infierno que casi todos tuvimos como santo y seña. «Easy Rider». O «Buscando mi destino».  Munar y los suyos ya lo han encontrado. Qué suerte.

Etiquetas:

martes, julio 23

España o el insomnio


La Telaraña en El Mundo.
 
 
 Ya resulta, la basura, un engorro mefítico y tan personal e intransferible, como para que, encima, se nos vengan puerta a puerta a recogerla. Algo así creo haber leído que pretendía MÉS (es decir, los restos infumables del PSM y sus virtuosos socios ecologistas) para una ciudad tal que Palma, como si quisieran emular la épica de alguna remota aldea guipuzcoana y fueran la reencarnación insular de Bildu o algo peor, quizás, y hubiera que pasarnos por la tabla rasa de la educación única y hasta reciclable, aunque el reciclaje se acabe convirtiendo siempre en otra cosa.
 Tal vez, un sarpullido o el presagio y el rumor de una infección. Una mirada de desaliento, alrededor y adentro. Un par de vacilantes pasos entre la niebla espesa de la ignorancia y la certeza ineludible de que hay demasiado residuo propenso a eternizarse. Demasiada contaminación no sé si de origen o si de médula. De constitución sin enmienda. Demasiada mediocridad en los altares repletos de incienso, decepción y ceniza: el vómito acostumbrado de los representantes jerárquicos de la secta política de la exclusión y, muy en especial, del engendro metalingüístico.
 Pero hasta aquí llego. Por el calor y por las náuseas. Luego va Twitter y abre sus fauces como si fuera una trampa y parece que lo es, porque se le calientan las yemas de los dedos a un inútil con pedigrí de la Marca España; y con unos cuantos caracteres tecleados desde la ira iguala el rebuzno de unos cientos contra el himno de todos y nadie. No me quita el sueño España, sino el insomnio.

Etiquetas:

viernes, julio 19

El camuflaje


La Telaraña en El Mundo.
 
 La sensación es de hastío. Nos están haciendo perder demasiado tiempo y energía. Demasiadas lecciones de cinismo mal ilustrado: mucha paja y mucha viga en el ojo ajeno y muy poca o ninguna en el propio. Por no hablar del ojo de todos, que ya no sé si reside en la prensa escrita, las tertulias televisivas o la cloaca colectiva de las redes sociales; tanto da, porque ande por donde ande, anda ciego o con un parche del tamaño de una civilización entera en pleno eclipse. Desaparecido el buen juicio y el amor a la cultura y la filosofía, sólo nos queda el ardor del pillaje, la orgía descuidada del becerro de oro, la reunión bulliciosa de los ladrones donde el botín y la lujuria de sus dones. Los que fueren.
 Todo este abigarrado movimiento en que se han embarcado la práctica totalidad de los partidos políticos con representación parlamentaria, administrativa o judicial (que casi viene a ser lo mismo) tiene tanto de diáspora y maldición bíblica como de absurda ceremonia de confusión o camuflaje. Nada es ya lo que parece, porque no hay forma de ocultar (o disimular) tanta ignominia. Común y propia, como reza la vitola del humo asfixiante de los expendedores de lenguas, a falta de ideas.
 Pero siempre podemos salir reforzados a la hora de apretar las tuercas a nuestras íntimas y desgarradas convicciones. Al cúmulo infinito de incertidumbre que atesoramos. O a la providencial falta de empatía que parece embargarnos para con todo y todos. Gracias a ella nos negamos a escoger bando, donde sólo hay banderías. Por supuesto.

Etiquetas:

martes, julio 16

El poeta y la muerte


La Telaraña en El Mundo.
 
 
 Me da que la muerte siempre nos pilla por sorpresa. Me refiero, claro, a la muerte de los otros, que es la única muerte que existe, porque la nuestra, la propia, no alcanzamos nunca a certificarla y, en cualquier caso, nos da muy mal fario hablar de ella. Mejor, pues, hacer como que la ignoramos mientras vigilamos, ajenos pero curiosos, el fúnebre cortejo de cada día, esa procesión discreta, mortal e involuntaria, esa peregrinación un tanto frívola o solemne -según la sintamos- que acaba no se sabe dónde, por qué ni cómo.
 O sí que se sabe, pero qué importan los pequeños detalles, los más crueles, los que no podemos explicar ni, sobre todo, explicarnos. No vamos a jugar más allá de lo necesario con lo desconocido ni con lo que se nos aparece como sagrado, aunque ignoremos si lo es. No lo haremos, porque la gente se muere. Más aún, porque los conocidos y amigos se mueren y parece, en fin, que hasta se van yendo despacio y en un orden indescifrable y como sin despedirse, aunque nos hayan avisado mil veces de que las cosas no andaban bien y era harto improbable que mejorasen. Las cosas. O la vida.
 Hace unos días nos dejó Jaume Pomar y, como por inercia, he releído la traducción al castellano (tan cuidadosamente fiel como infiel, según lo exija el texto) que hizo de sus propios versos en catalán. Esa experiencia de creación y mutilación le envidio. Ese valor suicida le reconozco. Esa muerte suya, ya latente en su obra y en algunos pasajes airados de su vida, le disculpo. Ahora. O siempre, que ahora es ya lo mismo.

Etiquetas:

sábado, julio 13

Jaume Pomar

Lo escribí hace unos 7 años cuando aún no pensaba demasiado en la muerte. Descanse en paz, Jaume Pomar.

«Historia Personal» de Jaume Pomar (Editorial Calambur, Biblioteca de las Islas Baleares, VIII) es una amplia antología poética bilingüe -catalán, castellano- donde el autor selecciona y traduce sus propios poemas recorriendo la practica totalidad de su obra en verso. Así, el libro empieza con los poemas de Amb la mort, amorosament (1963) y acaba con los versos de inspiración y métrica oriental de Mosafat (2003). Entre ambos, obviamente, además del paso inexorable del tiempo y la experiencia, están otros nueve libros que son los que han convertido a Pomar en una de nuestra mejores voces. El libro nos viene a confirmar, aunque no nos hiciera falta, que quien ama su propia lengua -en este caso el catalán- ama también las otras y es justo reseñar que aunque la obra de Pomar se lee mejor en su versión original mantiene, en la traducción al castellano, sin merma, del todo intacta, su íntima vocación de dignidad y búsqueda del conocimiento. Poesía que no sólo nos hace mejores, sino también y pese a todo más humanos.

Etiquetas: ,

viernes, julio 12

Hienas y risueñas


La Telaraña en El Mundo.
 
 Desde siempre los observo con tanta sorna como cariño. Me resultan cargantes. Incapaces y frívolos. Procaces. Mendaces. Quizá imprescindibles. ¿Quiénes? ¿Los políticos? ¿Todos? No, pero sí. Déjenme, mientras tanto, que juegue, si no con ellos, sí con el hervor de las palabras, con el filo frío de los adjetivos como peonzas danzando entre las brasas de un ruedo imaginario. Y alrededor, la muchedumbre, el gentío de la historia, la del pasado y el futuro, ambas aplacadas: la una, por la asfixia del tiempo vencido y la otra, por la imposibilidad física de su nacimiento. De su existencia, incluso. O no hay futuro. O el futuro no pasa por ellos.
 Pero no exageremos. Estamos convalecientes y nos entretienen. Bien que se lo cobran. O no. Pero vaya nivel que nos demuestran. Pensé en ello mientras Francina Armengol hablaba, en un telediario local, del futuro republicano que se nos aproxima como si hablara, en fin, de los brotes verdes de la hipotética cesta de la compra en un idílico y ya resuelto futuro inmediato. Socialista. Federal. No sé si obrero. ¿Español? Qué importa eso.
 A la receta -sazonada, luego, por Patxi López, con alguna que otra pirueta dialéctica entre nacionalismo, contabilidad y gestión de los hechos diferenciales- le faltaron los requiebros perfumados de algunas especies salvajes, el tizne imborrable de las hierbas montaraces, la sonrisa triunfal y risueña de quien se acaba creyendo todo lo que dice. Esa credibilidad le falta al PSIB, pero ¿quién se la desea sin deseársela a sí mismo? Pues eso. Nadie.

Etiquetas:

martes, julio 9

Reducción al absurdo


La Telaraña en El Mundo.
 
 Quizá la vida se reduzca a unas pocas cosas antes de convertirse, tal cual, en nada. Un par de libros y lecturas, alguna que otra despedida memorable en los muelles del tiempo de Palma, Valencia o Barcelona, unas docenas de besos robados al azar o a la necesidad, el recuerdo de tu eterna sonrisa de siempre y aún algo más: unos minúsculos granos de arena y el dibujo herido de unas algas de alquitrán en tu piel y tus uñas rojas. Hay también un arcón (de tamaño indeterminado y sobre el que, por pudor, ahora no diremos nada) donde acabamos escondiendo el vacío que nos sobra o no fuimos capaces de tolerar porque, en algún momento, nos venció el miedo. O el hastío. La comodidad. O la inercia.
 Este es, sin lugar a dudas, un modelo de realidad voluntariamente reducido al absurdo de forma muy veraniega y portátil, llevadera, muy de catálogo de exposición itinerante, de guión teatral o novelístico, el «prêt-à-porter» de una situación sostenida a lo largo de los años, que igual nos pesa como el plomo que nos resulta volátil e ingrávida, según la importancia que le demos. A ratos, mucha. A veces, no tanta. Por lo general, ninguna.
 Es en este contexto irregular y subjetivo donde los titulares políticos del día a día casi que nos dejan sin palabras. Si el Govern de Bauzá está buscando -¡ahora!- los 30 millones de euros que el Govern de Antich desvió del tranvía de Palma al tren de Artà es porque ambos gobiernos han perdido el oremus entre la niebla gélida y los andenes sumergidos de una contabilidad tan inútil como falseada.
 

Etiquetas:

viernes, julio 5

El empate técnico


La Telaraña en El Mundo.
 
 Según la ONU (y el fiscal Carrau) la delincuencia organizada es «la unión de tres personas o más para cometer uno o más delitos». ¿Qué decir cuando en vez de personas hablamos de partidos políticos y no nos hacen falta ni tres, porque con el PP y UM ya nos basta y sobra, y siempre nos podremos acordar, qué remedio, del masivo Pacte de Antich y su media docena larga, larguísima, de socios montaraces y casi que lascivos, todos a una alrededor de la hora inflamada de la corrupción y el senderismo más o menos iluminado? Es obvio que aquí UM ha pactado y guarreado a derecha e izquierda; y que si Vicens es un simple mafioso arrepentido, Munar es la ubicua referencia, la cumbre piramidal, la majestuosa voz en off de esta orquesta en la sombra.
 Pero a la realidad le cuesta culminarse y sigue, por fortuna, tan reveladora como tozuda. Vistas las últimas imputaciones generales (o así), el Partido Popular y el Partido Socialista Obrero Español parecen haber llegado (juntos y a la vez) a un inapelable y espectacular empate técnico en corrupción, que no dice nada bueno de ambas formaciones, sino todo lo contrario.
 No se trata, no, de un gélido, triste y desangelado empate sin goles, sino de una enorme goleada compartida, torrencialmente, por unos y otros; sin olvidarnos del siempre atento banquillo de los partidos nacionalistas que han sabido arrimarse al fiel del poder, ese presunto equilibrio en las balanzas convertido en una cuestión de tenebrosos tantos por cientos. O de 30 millones sólo para empezar, en el caso de UM.
 

Etiquetas:

martes, julio 2

Guillotinas al alba


La Telaraña en El Mundo.
 
 
 Hay varias formas de regresar a los fantasmas del pasado y reeditar su calvario, su descompuesta sonrisa de hermosos perdedores para siempre, de caídos con la gloria y la gracia que se presupone a los escogidos sin suerte, a las víctimas sin más remisión que una historia común de tribus nómadas, banderas a jirones y fronteras como zanjas, de siglos de reconquista y generaciones en el exilio, de libros de caballería y molinos como gigantes, de cadáveres que no escampan del pozo negro de la memoria colectiva, de honderos contra el vértigo de los acantilados y de tortuoso garrote vil -cómo no- a falta del destilado veneno cultural de la Ilustración y sus bellísimas guillotinas al alba. Parece que aquí nunca acaba de amanecer.
 Pero en esta oscuridad también podemos encontrarnos. Véanse, si no, las gradas del Camp Nou inundadas por la nostalgia, mientras los émulos de Lluís Llach se clavan en el corazón la estaca de sus propios sueños sin conseguir, tampoco esta vez, aniquilarlos del todo. Hay que ver qué persistentes son las infecciones del alma cuando hunden su ancla en la médula y se convierten en el fermento letal del insomnio.
 Véanse también las gradas (la catarsis del himno y el estado de sitio, alrededor) de Maracaná y hasta el revuelo de otros sueños que no son, contra lo que pudiera creerse, tan distintos. Al contrario. Hay en la épica de esta noche interminable una constelación de luciérnagas que solo desea el regreso de la luz para desaparecer de una vez por todas y siempre. Mientras tanto, titilamos.

Etiquetas: