LA TELARAÑA: Truco o trato

sábado, febrero 23

Truco o trato

La respuesta al debate de los sábados en El Mundo: ¿Cree que la operación de Globalia con Orizonia ha sido una treta para hacer desaparecer a un competidor?
 
  Sí. Pero la verdad es que no sé si el truco es un trato o, sólo, una treta. O cualquier otro símil fonético. El caso es que hasta que no consiga ver «La Trama» (que es la última película de Russell Crowe y, sobre todo, de Catherine Zeta-Jones: casi tan mallorquina ella, que nació en Gales, como el que fuera nuestro hombre en Hollywood y en s´Estaca, Michael Douglas) no podré recuperar mi antiguo ojo crítico al respecto del siempre retórico comportamiento de ese sucedáneo, a la baja, de Wall Street, que siempre se repite -con mayor o menor éxito mediático- en el transcurso de las grandes operaciones económicas, las ventas a precio variable y seguro que especulativo, los saldos y subastas que incluyen mano de obra y hasta generaciones hipotecadas, los desguaces de familias enteras por un quítame de en medio, o de encima, unos cuantos millones de paja, de polvo o de lodo, el simulacro contable de unos ERE en los que sólo acaba cuadrando, puro eufemismo, lo que ignoramos. Porque nos lo ocultan, claro.
 O sea, que no sé. Que se me antoja que el mundo es como una pecera de cristal expuesta para que la analicemos. En su interior vemos enormes bandadas de peces -amables y domésticas o vociferantes e indignadas, qué más da- y alguna que otra flor rara y exótica; pero también hay tiburones y muchas otras alimañas innombrables, y sólo cuando se arremolinan sobre la primera víctima que encuentran, la más débil, empieza, de hecho, el gran espectáculo.
 Agua agitada y nubes teñidas de rojo. Una carnicería de vísceras. Pavor y tumulto en el útero del universo. O en el espejismo de su laboratorio virtual. Llámese Orizonia o Globalia. Tanto da. Nos dan ganas de sacar el martillo y convertir la pecera entera en un haz de cristales rotos. ¿Por qué no hacerlo? ¿Lograríamos así dejar de vernos, multiplicados hasta el infinito, en los reflejos del cristal astillado? Algo me dice que no, pero quién sabe.

Etiquetas: