LA TELARAÑA: septiembre 2012

sábado, septiembre 29

El rumor del naufragio

La respuesta al debate de los sábados en El Mundo: ¿Cree que José Ramón Bauzá teme fugas en el PP por cumplir con la prometida libre elección de lengua?
 
 
 Sí. Miedo. Pánico. Fugas. Hundimiento. Naufragio. Aquí las palabras se encadenan sin remisión ni resistencia, y nos recuerdan que el barco es muy frágil y que, además, la tormenta no tiene visos de amainar, sino todo lo contrario. Será que hay poca luz alrededor y mucha menos, aún, adentro. Que el quinqué parpadea y se estremece, que el ánimo es pura voluntad e intermitencia, frenético vaivén repetitivo y hasta resaca -y seguro que traición- de una marea que no acaba de cuajar y de una huella en la arena que, en efecto, hoy es la suya y la de su partido, pero sólo de prestado y sin que nadie pueda saber hasta cuándo. Ni cómo. Ni tampoco por qué. 

 Pero no debiéramos exagerar ni presumir de una ingenuidad que ya no nos adorna ni nos seduce. Todo tiene sus límites, sus cauces, su caída natural y hasta su inercia o vértigo indescriptibles; y no nos parece posible que José Ramón Bauzá fuera a pensar, precisamente, en Rafael Bosch como en la persona más adecuada para sacar a flote, o llevar a buen puerto, su firme y afortunada promesa electoral de la libre elección de la lengua en la enseñanza. ¡Qué va! Hay cosas que no pueden ser y que, además, son imposibles. Y pretender que Bosch reconstruya -y nos la devuelva íntegra- nuestra mítica Babel de lenguas libres y propias y comunes y todas, a la vez, jadeantes y en plena forma, es una absoluta impostura. Un error de concepto. Un dislate. O una broma de mal gusto.
 El barco, pues, hace aguas y, aunque sean turbias y no huelan a rosas, no son, para nada, las de un parto, sino las de una renuncia, un ocaso, un adiós o un hasta luego. Y aunque la línea de flotación no parezca resentirse demasiado, la verdad es que hay inquietud y rumores. Sobre todo, rumores. No se trata, sólo, de Antoni Pastor y los que le rondan. Se trata de algo mucho peor. De la decepción general de una sociedad que quiere ser libre y no acaba de serlo. Ni por asomo.

Etiquetas:

viernes, septiembre 28

En rojo pasión

La Telaraña en El Mundo.
 
 
 Resulta muy tierno y alentador que haya días para casi todo. O para todo. Porque no hay ni un día que, bien como efemérides, pretexto u advertencia, no sea «día de algo». ¿De qué? De lo que sea. Así, por ejemplo, el miércoles fue Día Europeo de las Lenguas y el asunto, claro, le sirvió a la Obra Cultural Balear para colarnos la letanía habitual de su llanto victimista.
 Sucede, pues, que siempre habla quien menos debe, pero es así como andan o naufragan las cosas en estas islas nuestras, o quizá suyas, donde los ofendidos susurran para acabar callando y los ofensores, todo lo contrario. No aceptan que el concurso de 35 plazas para la Policía Local de Cort obvie la exigencia del catalán. Como si su trabajo y hasta las multas -y las porras, si proceden- fueran un asunto lingüístico.
 Pero las algaradas deben ser productivas y quien no llora, no mama, y hoy cae una subvención y mañana otra; pero el dinero vuela y hay muchas bocas que alimentar y muchos socios y allegados y afines y adjuntos. A la OCB le pasa como al mismo Govern de Bauzá, al que tanto critica: que no hay forma de contentar a todos y, a la vez, de ajustar el presupuesto. Es difícil cuadrar una contabilidad con los asientos ya marcados. Y en rojo pasión, además.

Etiquetas:

jueves, septiembre 27

Tiempos modernos


La Telaraña en El Mundo.
 
 En el recuadro de la pantalla cabe todo. En primer plano, una locutora desgrana la actualidad política -que si Mas, el 25S o la reyerta que dos legiones de filósofos e intelectuales mantuvieron en el exterior (¡y en el interior!) del Congreso de Diputados, la evolución del déficit o cualquier otro gran asunto de Estado- y, en segundo plano, un enjambre de anónimas autopistas, repletas de tráfico, que se entrecruzan, superponen y enlazan como en un viejo Scalextric.
 De repente, el fondo cambia y aparecen carros de combate y niños llorando. Gentes que vagan, desnortadas, entre nubes de humo y polvo. O nada de eso. El discutible glamour de un bosque calcinado. Una playa semivacía. Las lluvias de otoño. Y el rostro de la chica que desaparece dando paso a la animada tertulia de un grupo de analfabetos. Sólo falta que surja la silueta de un vagabundo alejándose, con bombín y bastoncillo, y que la pantalla se funda en un círculo negro.
 Ahora no sé dónde está la realidad. Si en lo que narraba, sin inmutarse, la locutora, si en la sucesión de las imágenes del fondo o si en estas líneas, que van de un lugar a otro y vuelven, sin detenerse. Salgo a la calle y respiro, al fin, sin prisas. No creo que ninguna realidad sea la Realidad.

 

 

Etiquetas:

lunes, septiembre 24

La rectora prodigiosa


La Telaraña en El Mundo. 
 
 Aunque lo suyo sea la física atómica, molecular y nuclear, estoy seguro que Monserrat Casas conoce a la perfección las revueltas de la dialéctica, su juego de contrarios que se anulan, esquivan y complementan, que se niegan y afirman hasta desaparecer en algún agujero negro. Quizá el de la razón o el de la impostura. O ambos.
 Pero lo más espectacular y sublime de la rectora de la UIB es su prodigiosa ubicuidad. Es capaz de subirse, bajo palio, al estrado y de dirigir los cánticos corales de los uniformados negros y verdes del gallinero; de pertenecer, por derecho propio, al gremio de las autoridades y de ejercer como «alma mater» de las ruidosas huestes convocadas desde el frondoso email de la Universidad por ella o por sus allegados; de pedir en público «no más tumultos», sabiendo que el que hubo en el arranque del año académico fue sólo el suyo. A esta música tan completa sólo le falta el remix de sus declaraciones.
 Aseguró haber vivido la dictadura y haber luchado para que todos nos podamos expresar con palabras. Establecía así un más que ofensivo paralelismo entre esos años de silencio y estos de recortes, penurias y protestas. La historia no es su fuerte, pero sí la dialéctica, como ya dije. La respuesta del Govern ha sido mantenerle la financiación prevista para 2013. No hay nada como el tumulto para entenderse.


 

Etiquetas:

sábado, septiembre 22

Las dietas del régimen

La respuesta al debate de los sábados en El Mundo: ¿Cree que los políticos deben completar su sueldo cobrando por asistir a consejos de empresas públicas?
  
 No. La dignidad de un puesto de trabajo, aparte de su remuneración, es la ineludible necesidad de que el lugar que se ocupa en la cadena productiva esté claramente identificado y que, por lo tanto, no sea algo así como el eslabón perdido, esa pieza de engranaje, artilugio o pretexto mágico del que apenas sabemos nada, pero del que solemos, sin embargo, hablar o escribir mucho. Cómo no.
 También lo hacemos, y estas líneas lo demuestran, del trabajo -digital y digitalizado; es decir, a dedo- de los políticos en los consejos administrativos de esos entes, tan curiosos como espectrales, que son las Empresas Públicas, unas sociedades híbridas de las que las únicas noticias que nos llegan -y nos llegan con puntualidad inviolable- son, tan sólo, las multas, los peajes, los impuestos y las facturas. Ya intuimos, pues, a qué se dedican algunos de nuestros políticos en sus sesiones simbólicas de crudo balance de la realidad, esa tortura o psicoanálisis, ese exclusivo régimen que no consiste en pasar hambre. A facturarnos -dietas por asistencia, las llaman- sus horas de temblor y ósmosis, su sudor ácido y su atenta vigilia en ese lugar tan peligroso que debe ser la vanguardia de todos nuestros problemas. Menuda imaginaria.
 Pero todo este asunto no deja de tener su guasa. No dudo que tiene su mérito -y su penitencia- haber logrado hacerse con un pequeño hueco en la selectiva cumbre piramidal de cualquier partido político de cierto peso y adquirir, con el paso del tiempo, el perfil adecuado para que te dejen acodarte a una mesa redonda, una única vez al mes, a cambio -al menos en la Autoridad Portuaria- de unos diez mil euros. Seguro que para llegar a esos niveles de responsabilidad o desahogo hay que saber trepar muchísimo y no tener, además, demasiado pudor ni vértigo. Y si estas dietas son sólo complementos del sueldo, ya no sé qué más puedo añadir. ¡Es que no hay por dónde cogerlos!

Etiquetas:

viernes, septiembre 21

Caricaturas y libertad


La Telaraña en El Mundo.
 
 Una foto de los antidisturbios en la embajada francesa de Túnez me recuerda a Robocop. Los «tags», o referentes, de la imagen son, entre otros, Mahoma, Viñetas, Integrismo religioso, Humor, Libertad de expresión, Fanatismo, Islam y Occidente. Todo un catálogo de síntomas con que la actualidad se nos agrieta, un abanico de fricciones sin más lógica que un malentendido de siglos y la certeza de que no todos los caminos conducen a Roma. ¿Por qué habría de ser así?
 No creo, sin embargo, que unas simples caricaturas sean la causa de este dislate. Es el pasado -así, en general- el que se alza contra el futuro convirtiendo el presente en un lugar inestable y conflictivo. Es la vieja tesis, revisitada por error, de que cuanto más se alarga en el tiempo nuestra cultura -la memoria de los orígenes- más se acorta el porvenir, las expectativas de un viaje lo más largo y fructífero posible.
 Pero no es así y nunca lo ha sido. Hay culturas que supieron evolucionar y asumir su decadencia, escepticismo o impudor, cuando el destino lo exigía, y hay culturas que sólo intentan replicarse a sí mismas y convertirse en únicas. Simplificando, el hermoso caos de la libertad individual frente al marcial colectivismo de la nación o la fe impuestas.

Etiquetas:

jueves, septiembre 20

Padres e hijos


La Telaraña en El Mundo.
 
 
 La relación entre padres e hijos hay que enmarcarla en una suerte de fascinación mutua que no suele seguir el mismo recorrido ni progresión. En algún lugar, ese hechizo mengua y en otro, se recupera y hasta crece. Es obvio, pues, que en un marco tan inestable de ascensión, vértigo y caída, resulta una temeridad querer sacar conclusiones que se sostengan por sí solas.
 El martes pasado, dos noticias ocupaban la portada de este diario y despertaban mi vena gamberra con asociaciones de imágenes del todo absurdas. Pero es así como suceden las cosas. Arriba del todo, el actor Rupert Everett arremetía contra la educación de los padres homosexuales a sus hijos y, abajo, se narraban las fechorías del retoño de dos ex regidores, hombre y mujer, del ayuntamiento de Sóller. El chico, al parecer, estudia criminología pero ya debe andar, pese a su corta edad, en fase de prácticas. O en el doctorado.
 Pero no. Los padres tenemos tanta culpa de los errores de los hijos como de sus aciertos. Muy poca. O quizá ninguna. Y es que no hay forma de evitar darnos cuenta, en algún instante, que nuestros hijos son lo que son y no lo que quisimos. Ese es un buen punto de partida para hacer trizas la fascinación y darle paso, por fin, a la realidad.

Etiquetas:

lunes, septiembre 17

Los candados imaginarios

La Telaraña en El Mundo.
 
 Si tuviera que ir a todos los actos culturales, presentaciones de libros, tertulias y encuentros varios, a los que me invitan -sobre todo, vía Facebook- es muy posible que, además de volverme no sé si mucho más sabio o si loco, no tuviera tiempo para escribir estas ingrávidas columnas. El tiempo, aquí, es como el espacio, algo muy relativo, que con la misma facilidad con que se extiende más allá de lo que uno quisiera, también puede pasar rápido, como si un vuelapluma o el eco difuso de una mirada que hace un barrido de lo que está a su alcance y luego se apaga y recuerda.
 Hace unas noches me encontré nueve candados -todos de acero laminado, todos distintos y con alguna inscripción de índole hormonal y adolescente- al cruzar uno de los últimos puentes sobre Sa Riera, nuestro raquítico Sena en la medianoche sentimental de todos los sueños y los deseos.
 Esos candados, cerrados sobre el pretil de hierro, el relente y el vértigo, no atrapaban ninguna cadena, ningún vehículo, ninguna llave misteriosa. No atrapaban nada, salvo a sí mismos, el vacío y, por supuesto, mi atención. Me quedé un rato palpándolos y otro imaginándoles el porqué de su existencia. Días después, hoy, ahora, creo saber qué pretendían. Por eso escribo sobre ellos, para librarme de su recuerdo, sus grilletes invisibles, su cerrazón en mitad de la noche.
 
 
*****


Curiosamente, esta noche acabo de pasar y ya no son nueve los candados, son multitud!



 

 

 

 

 

Etiquetas:

sábado, septiembre 15

Danzando entre morfemas

La respuesta al debate de los sábados en El Mundo: ¿El Govern ha cumplido su compromiso de garantizar la libre elección de lengua?
 
 No. Pero aquí hay un error muy grave, o quizá dos, de concepto. No debiéramos ser frívolos ni indiferentes al respecto de la libre elección de la lengua en la enseñanza -pero tampoco en la vida más allá de las aulas- cuando tenemos a nuestra entera disposición, y casi que de oficio, no una, sino dos lenguas y que cada una ocupa su lugar especial -el que queramos darle, como es lógico- en nuestro propio corazón y, asimismo, en nuestra garganta, en algún lugar escondido por entre las cuerdas vocales. Y no sólo ahí. También en el cerebro y en su naturaleza única de sólo dar consistencia real a las ideas, a los dislates, al raciocinio -quizá metafísico, homérico o hasta silencioso- del día a día, a través del lenguaje. Es decir, gracias a una de esas dos lenguas o de las dos a la vez y hasta de alguna otra, extranjera, eso le decimos, que nos agenciamos con no poco esfuerzo. No hay nada, pues, que no sea, primero, lenguaje y luego, discurso, lengua, gramática, sintaxis, declinación, tumulto de vocales y consonantes. Morfemas.
 Pero el idioma que usamos de preferencia -sea el que sea- no puede ser, y no lo es nunca, el fruto de una imposición ajena. Los territorios no tienen lengua. Son las personas, una a una, las que las heredan y hacen suyas, si quieren, y las llevan a su vida cotidiana y las convierten en herramientas de introspección y búsqueda, de comunicación. Bajo estas premisas, uno no puede contemplar nuestro panorama lingüístico sino con el mayor escepticismo. Y con asco, a ratos.
 El Partido Popular, como es obvio, no ha cumplido lo prometido y poco me importa si Rafael Bosch dice que son cuatro o cinco las denuncias que ha recibido, o si son mil o un millón. Hay temas que cuando nacen ya muertos, como la inefable Ley de Normalización Lingüística -que ellos mismos pusieron en marcha- sólo pueden ir a peor. Y en el olor de su putrefacción es donde ahora estamos. Cómo apesta.
 

Etiquetas:

viernes, septiembre 14

Los vasos comunicantes


La Telaraña en El Mundo.
 
 
 Hay que andarse con mucho tiento con las metáforas, porque no siempre dicen lo que quieren decir y sucede, entonces, que ya no sirven para nada. Me quedé unos instantes analizando la última apostilla del dirigente de ERC, Joan Lladó, sobre que la sangre que nos une, a mallorquines y catalanes, es más espesa que el agua que nos separa.
 La metáfora, siendo ecuánimes, no es absolutamente desechable ni tampoco risible, porque se maneja bien en terrenos pantanosos. Tiene de casi todo. Un algo de física y otro de química. Un trasfondo muscular fuerte y tenaz -que no en vano Lladó nació en Manacor, como Rafael Nadal- y una peculiar halitosis verbal que, aunque nos pudiera confundir o marear, no hace sino demostrar la nostalgia de algunos para con los paraísos perdidos.
 Ni siquiera la sangre, hoy en día, en tiempos de globalización y mestizaje, es más espesa que el grumo en que se nos ha convertido el agua que nos rodea. Sólo eso podría explicar que los vasos comunicantes entre unos y otros -entre todos- anden tan poco comunicativos, tan distantes y airados, tan sujetos a las mareas gregarias del nacionalismo o la ceguera que fuere. Tan obtusas como el mismo mar Mediterráneo, donde antes nacían culturas y ahora sólo naufragan.
 

Etiquetas:

jueves, septiembre 13

La basura es basura

La Telaraña en El Mundo.
 
 Hay cosas que no tienen mucho sentido pero que, sin embargo, puede que nos sean útiles y necesarias. Por ejemplo, no es muy lógico que desde lugares lejanos nos empaqueten y envíen su exótica basura, para que aquí la mezclemos con la nuestra y que, del hermoso batiburrillo resultante, broten, gracias a nuestra enorme incineradora, nuevos puestos de trabajo. Un aceptable argumento contra la crisis.
 Debe ser, pues, que la vida tiene mucho que ver con el ciclo de la basura. Se nace, se crece y se mengua para que, siquiera en la médula invisible de unos cúmulos de cenizas, quede intacto algún abono o fertilizante, alguna metáfora o idea sugestiva, algún exquisito maná que ayude a que la vida siga con su rutina y manías. Su curiosa inercia de perpetuarse sin que nadie se quede para comprobarlo.
 Igual es por eso que Catalina Soler dice que lo que nos enviarán no es basura, sino combustible de residuos sólidos. ¡Pero vale ya de eufemismos! La basura es siempre basura, aunque la llamen inmersión lingüística, secesión, pacto fiscal o, incluso, es un por decir, hamburguesas (y luego se las coman, tan a gusto, desfilando entre deliciosos grumos de kétchup y mostaza: los colores de más de una bandera). No debe ser tan mala la basura.


 

 

Etiquetas:

lunes, septiembre 10

Homenaje a Cristóbal Serra


La Telaraña en El Mundo.
 
 «Métete en hielo y sal candente». No sé cuántas veces he usado está «nótula» de Cristóbal Serra como cita escogida. Han sido muchas, aunque no, quizá, las suficientes. Nada es suficiente, cuando la vida nos deja a solas con las palabras y con el recuerdo de lo que nos sugirieron. Es algo muy difícil de explicar y hasta de aceptar. Pero no parece que a la muerte le importe mucho que la aceptemos. En absoluto.
 Me dejó alicaído la noticia de su óbito. Pero me fui a buscar las ideas -y las palabras- en sus libros y en los textos que le he ido dedicando, no siempre de forma consciente. La literatura es una vieja puta sin precio, escribí hace mucho en una reseña sobre su obra, añadiendo que no bastan unas monedas para poseerla y ponerse a danzar sobre su vientre. Esta frase le gustó a Cristóbal, o eso me dijo, pero en su sonrisa adiviné que andaba muy lejos de lo que llamamos literatura y muy cerca de cuanto nos remite a la Quimera, ese monstruo mitológico y ese objeto de deseo, esa mirada interior que sólo concluye cuando nos culminamos. Quizá nunca. O ahora.
 Hablé con él, por teléfono, el pasado 7 de junio. Me despedí con la promesa de visitarle en breve. No ha sido así. Algo en su tono de voz me dijo que el tiempo de los libros ya había pasado y que el de la Quimera no había hecho sino empezar. Descanse en paz, Maestro.
 
 
 
****
 
 
Que nos insulten a unos cuantos -de hecho a todos- es irrelevante, pero que hablen así de un fallecido sólo tiene un calificativo: repugnante. El Lobby per L´Indepèndencia en toda su esencia.
 
 
 
 

Etiquetas:

sábado, septiembre 8

Añoranza del gratis total

La respuesta al debate de los sábados en El Mundo: ¿Cree que el personal de Son Espases debe disponer de aparcamiento gratuito?
 
 No. A la ginecóloga del Hospital Universitario Son Espases, Esther Montoliu, se le debieron traspapelar, siquiera fugazmente, todos los papeles y alguna que otra cosa más, cuando fue detenida el jueves en el transcurso de una manifestación de los trabajadores del centro contra el cobro del aparcamiento privado. Resulta alentador, eso sí, que toda una experimentada funcionaria declare ser una manifestante antisistema, pero más alentador y, sobre todo, surrealista, es que le quede aún aliento para añadir una frase que casi parece un buque insignia. «Luché contra Franco y no me detuvieron y me han detenido ahora», dicen que dijo. Vaya por Dios, qué suerte que tiene esta mujer y ella, al parecer, sin enterarse.
 Porque muy poco debió de luchar si no la detuvieron en aquellos tiempos en que visitar el cuartelillo -si es que llegabas- era poco menos que una odisea, una feroz humillación física y síquica, un golpe bajo en la dignidad y el alma. Todo lo contrario, supongo, de lo que sucede hoy en día, donde una detención es sólo un trámite burocrático y hay lugar hasta para la banda musical de los amigotes y el flash redentor de los fotógrafos. Pero, en fin, quien quiera colgarse medallas, puede hacerlo. Que brille y reluzca más, no significa nada. O casi nada.
 Pero a lo que iba. La cultura del gratis total nos ha llevado al callejón sin salida del absurdo. En su interior, tatuado de luces de neón y sombras espectrales, el raciocinio se estrella contra una lógica perversa que casi no admite réplicas. A ver. Es cierto que a los hospitales no se va por gusto. Se va por trabajo, enfermedad o de visita. No sé, pues, qué extraña inercia nos puede llevar a incluir el precio del estacionamiento del coche en todas y cada una de esas facetas tan comunes y domésticas. Claro que yo no tengo coche y si he de ir a alguna parte voy en taxi, autobús o metro. O no voy, si no quiero rascarme el bolsillo.
 
 

Etiquetas:

viernes, septiembre 7

Pulseras y lazos


La Telaraña en El Mundo.
 
 
  La verdad es que no estoy muy puesto en el tema de las pulseritas de colores, aunque conozco a bastante gente que las llevan y lucen sin problema alguno. Ignoro, eso sí, por y para qué lo hacen; pero es que preguntarles si son distintivos de alguna discoteca tras una noche gloriosa de farra o si son simples cadenas ideológicas, que le pillan a uno en un trance de solidaridad trémula y luego ya no le sueltan, no me parece correcto. Allá cada cual con lo que se cuelga de las muñecas, del pecho o de la napia. Como si de otras partes más o menos nobles.
 Quiero decir, pues, que no tengo la costumbre de andar exhibiendo mis cada vez más escasas filias y fobias. Que uno empieza y acaba mirando el mundo con tanta curiosidad como indiferencia y que, al final, todos los colores le parecen el mismo. Y quizá lo sean.
 Pero lo que no acabo de entender es que María Salom, con motivo de la Diada del Consell de Mallorca, reparta cinco mil pulseras con la bandera mallorquina por montera. Primero, porque se me antoja un gasto superfluo, haya costado lo que haya costado. Y segundo, porque no hay forma de competir con los lazos lingüísticos de los que creen que Mallorca es tierra de ultramar. Tierra conquistada y, por supuesto, abatida.
 

 

 

Etiquetas:

jueves, septiembre 6

De Santa Margalida a Ses Tanques

La Telaraña en El Mundo.
 
 
 No sé muy bien qué pintan las autoridades civiles -incluido el bulto sospechoso del cabecilla de la OCB, Jaume Mateu- en plena fiesta de origen religioso, por mucho que la inercia social la reduzca a un mero trasunto de correcalles y algarabía folclórica. Se deja, así, a la pobre Beata -acaso la rencarnación de Sor Caterina Tomàs- como para vestir, en vez de santos, los lazos de la litúrgica señera catalana, ese modelo tan fashion de la alta costura reconvertida, a base de subvenciones, en un prêt-à-porter que ni Yves Saint Laurent o Antonio Miró.
 Vamos y venimos, pues, de un acto religioso a otro, porque nada hay más sacro, al menos en su delirio, que la levitación de la lengua propia (ese bostezo o arcada ante el espejo) hacia los altares mefíticos de lo infumable, la etérea simbología del alma o del espíritu, el pueblo, la patria, la nación, la nada.
 Pero todo es puro maquillaje y teatro y pretexto para la bronca y el órdago en la calle y los papeles. En eso se ha convertido el nacionalismo, en la última revisión de una España que ya no creíamos que existiera, la de la lengua impuesta y las señeras al sol que más calienta. O sea, Jordi Pujol, Melià y Font reunidos a manteles con Pedro Serra. Todos a una.

 

Etiquetas:

lunes, septiembre 3

De Washington a Inca

La Telaraña en El Mundo.
 
 Vengo recibiendo correos publicitarios del candidato republicano a la presidencia de los Estados Unidos,  Mitt Romney, desde hace un par de años, pero no me di cuenta de quién me los enviaba hasta casi ayer mismo. Toda una revelación, porque uno no suele leer el correo basura ni aunque le ofrezcan un viaje a las costas rojizas de Marte o un premio en metálico con sólo entrar en la web de un reputado banco a revisarle las costuras a la maltrecha cuenta; sobre todo, porque no tenemos cuenta alguna en ese banco.
 Pero así funciona la sociología viral -o el «phishing»- y así van cayendo, de uno en uno y en fila, los incautos y florece el dudoso negocio de trucar el correo y dejarse seducir por unos enlaces simbólicos hacia nuestros deseos más necios y peregrinos. Estamos, pues, a un solo clic del expolio y la ruina. No es nada nuevo ni exclusivo de Internet, sino lo contrario. Internet imita a la vida, porque sus realidades son idénticas y el abismo siempre estuvo ahí, aquí, a un solo paso. O menos.
 Entro, pues, en septiembre, como quien hace clic en una enorme puerta y entra sin esperar a respuesta alguna. Faltaría más. Las facturas del Hospital de Inca me hacen pensar en montañas de prótesis acumuladas como si fueran esos nidos que construyen ciertas hormigas africanas. Desconozco lo que hay dentro, pero qué mal huelen.
 

Etiquetas:

sábado, septiembre 1

Chamanes con bata blanca

La respuesta al debate de los sábados en El Mundo: ¿Está a favor de la objeción de conciencia de los médicos para atender a los inmigrantes irregulares o sin papeles?
 
 Sí. Pero lo primero es echarle un vistazo al calendario y darse cuenta -y maldecir o celebrar, según los gustos de cada uno- que hoy empieza septiembre y hay que asumir que se acabaron los periodos de gracia y que, en fin, el aumento del IVA, la presión extra de los nuevos recortes y toda la parafernalia de eso que llaman la vuelta a la normalidad laboral y de los mercados y demás bolsas especulativas, van a irrumpir de lleno en nuestras vidas. Aquí estamos, pues, con la mejilla expuesta al aire y a la bronca, al bofetón y hasta al beso. Pero no sé si nos caerán todas esas brevas o sólo algunas.
 Para empezar, hoy se les acaba a los sin papeles -curiosa forma esta de hacer distingos entre las personas- el derecho a ser atendidos gratuitamente por los médicos y servicios de la Sanidad Pública. Saquemos el bisturí y diseccionemos el cadáver. No hay forma válida, ni tampoco justa, de mezclar los asuntos burocráticos, que son la esencia misma del confuso devenir administrativo, con la ética propia de los médicos y de su personal sanitario, con su juramento hipocrático y su personal visión de ejercer una profesión que tiene tanto de sacerdocio como de servicio público. El viejo chamán de la tribu ya no viste túnicas de colores ni prepara brebajes sulfúricos al ritmo de los timbales; ahora viste bata blanca y ausculta igual el cuerpo tembloroso del paciente que su historial médico. Nada ni nadie puede prohibirle que siga ejerciendo su misión, su voluntad y, acaso, su destino.
 El único problema, claro, es que quien pone el templo ya no es el respeto sagrado y unánime de la gente -de la tribu, en definitiva-, sino la Administración, sus presupuestos, sueldos, dietas, sus listas de espera y su más que regulada anarquía. ¿Quién paga, manda? Pues puede ser. Pero habrá muy pocos médicos capaces de abandonar a sus pacientes más indocumentados, por mucho que las ordenanzas lo digan. Ya lo verán.
 

Etiquetas: