LA TELARAÑA: Ciencia y poesía

viernes, julio 27

Ciencia y poesía

La Telaraña en El Mundo.

 Escribir es, a la vez, un acto de fe y de incertidumbre. De fe, porque presupone la existencia de un mundo exterior y de otro interior; y de incertidumbre, porque nunca le hallamos pruebas irrefutables a nada. De hecho, nos mecemos sin saber en qué lado caeremos y, de ahí al vértigo, sólo va un paso. Ya está dado. ¡Cómo nos distraen las paradojas!
 Así, como la I+D+i sólo brilla por su ausencia, son bastantes los científicos que ahora se dedican a la poesía. O eso dicen los gurús culturales. Será que les sale más a cuenta y que, a falta de laboratorios, les vale con un blog, un Ipad y algún folio de papel, para que no se diga. O sí se diga, porque en España se dice mucho más que se hace y así nos va, siempre de tertulias y con el bulo tóxico del ruido de sables en los digitales del estiércol.
 Con todo, me alegra que los científicos husmeen en las brumas del pensamiento, en las metáforas que todo lo abren, porque nunca nada estuvo cerrado. La guinda final sería que en la UIB, por ejemplo, en vez de fabricarles argumentos a los cerrajeros lingüísticos de turno, les aflojaran las tornas y engrasasen los tornillos a los alumnos, por ver si hay forma de redimir a la generación que viene, pero que, ay, no acaba de llegar.

Etiquetas: