LA TELARAÑA: Los harapos y los sueños

sábado, junio 9

Los harapos y los sueños

La respuesta al debate de los sábados en El Mundo¿Cree que el Govern debe mediar si, como parece, se convoca huelga en hostelería?
Sí. «Los que sueñan, vestirán harapos», decían los medievales, le leo a David P. Montesinos en el blog de Justo Serna y no me importa tanto el contexto, como lo que la frase me sugiere. Hay un prejuicio ancestral contra los sueños, como si enfrentarlos a la realidad significara su naufragio contra los arrecifes donde Maiakovski escribiera algún verso antes de pegarse el tiro de gracia, el estigma de la pobreza, la cruz de la discriminación y la certeza del fracaso. Pues puede ser, pero esos harapos no nos sientan tan mal, sino al contrario. Digámoslo por pasiva. ¿Qué visten los que no sueñan? ¿No será que todo son harapos y telas gastadas por el tiempo, por el síncope de la fe y las ilusiones; jirones de sudor y sangre resecos, por el látigo de los que sólo aceptan su propia realidad en detrimento de la ajena? Debiera haber realidad suficiente para todos, aunque no todos la puedan soportar.
Empieza la temporada turística y unos y otros se instalaron en la discordia. ¡Ahora que la situación es más que precaria! La cuerda está tensa. De un lado, la patronal, con sus balances y quiebras, sus vicios antiguos y nuevos; también, seguro, con sus virtudes. Del otro, los sindicatos, sus reivindicaciones al por mayor de un suicidio colectivo que no se entiende, su empeño en mirar atrás, donde ya todo está en llamas; también su solidaridad para con los débiles y desprotegidos. Hay que evitar que esa cuerda se rompa. Y eso debe conseguirlo el Govern.
Nunca me gustaron las intromisiones estatales en la economía, pero no es momento para ser puristas, sino para ceder a la mugre -y a la paradoja- del pragmatismo. Sin una temporada turística normal lo poco que queda de nuestra economía se derrumbará estrepitosamente y no creo que eso beneficie a nadie. Es hora de que el Govern cumpla con ese papel de mediación, porque los harapos -¡ay!- esos ya no nos los van a quitar.

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