LA TELARAÑA: mayo 2012

jueves, mayo 31

Resaca de espejismos

La Telaraña en El Mundo.

No sé hasta qué punto son necesarias las condenas políticas de la violencia. Ese discurso, tatuado de perífrasis y silencios, siempre se muerde la lengua o se convierte en otra cosa, en un viaje subterráneo que no hace sino llevarse la grandeza del lenguaje a los páramos gélidos y a los invernaderos clandestinos donde no hay más aire que el de la asfixia, y la luz es oscura y la verdad, tan sólo, una extraña flor mutilada.
¿Qué valen, pues, las condenas en boca de quienes ignoran, de hecho, qué es la palabra y qué la violencia? No valen nada. Una lengua de cerdo, un huevo podrido, un coro de lazos como sogas, una colleja contundente, un par de piedras, las piñas resecas de un bosque de agujas. Un cántico de la coral universitaria de la UIB a la hora del gallo. No creo que ese catálogo de la ira merezca el inexcusable horror de pervertir una sola palabra. Ni una.
Por eso, que PSIB y PSM no condenen la cruzada integrista contra Bauzá y su gobierno me parece coherente con su hábito de apalancarse según la usura del instante. Que callen, otorguen y que, en sus entrañas, los cristales rotos burbujeen como la resaca de una mala digestión de siglos y espejismos vencidos. No sé si se sentirán culpables, pero seguro que no reconocen nunca en sus manos -¡siempre tan limpias!- el hollín de la culpa. Corolario. Quizá escribir sea fingir que estás, aunque no estés.

Etiquetas:

lunes, mayo 28

Los límites de la cordura

La Telaraña en El Mundo.

Podemos ojear el mismo horizonte y no caer atrapados por el mismo paisaje. Donde unos ven exuberancia, otros pueden ver desolación. Y la alegría o el resquemor no siempre andan de la mano, sino de gresca por entre los andenes gélidos de la soledad y el desencuentro. Pero no pasa nada. También se puede estar muy a gusto en los lugares sombríos y, acaso, hostiles, donde no brilla jamás la luna sino, tan sólo, el filo cariado de las navajas o la pupila prendida de las miradas que se atraviesan, como en un alud de espejos, sin querer verse ni entenderse, sin ser capaces de nada más que intentar, sin éxito, destruirse. O destruirnos.
Pero no hay mayor problema. Todos somos distintos y, a la vez, bastante parecidos. Danzamos sobre el mismo telón de fondo y jugamos con las sombras chinescas que somos. O quisiéramos ser. Todos hacemos añicos el mundo y lo reconstruimos a diario, de continuo, con cada palabra con que lo nombramos, con cada metáfora con que revelamos el paraíso -o el refugio- de nuestros sueños. Es una lucha muy solitaria y desigual, esa.
Otra cosa, muy distinta, son los agitadores profesionales. Para ellos el mundo es algo muy reducido y maniqueo. Una amputación. Un engaño. Le acabo de releer a Lorenzo Bravo su ferviente apoyo a las algaradas y ocupaciones callejeras. Puede que dieciocho años viviendo de las subvenciones públicas, como secretario general de UGT-Baleares, superen los límites de la cordura humana. Pero no, por supuesto, los de mi asombro. Bravo, Lorenzo!

Etiquetas:

sábado, mayo 26

A dieta de dietas


La respuesta al debate de los sábados en El Mundo: ¿Cree que los diputados sin dedicación exclusiva deben cobrar del Parlament?

No. Pero la pregunta es de las que tienen muchas respuestas y requieren cuantos más matices, mejor. Lo primero es asumir que no todos los políticos son iguales. En absoluto. Para nada. Y asumir, además, que no lo son en función de su ideología, por supuesto, sino muy a pesar de ella. Así, sin duda, los hay que están ahí para servir en la medida exacta de sus posibilidades -normalmente, escasas- al desarrollo de las leyes y de las ideas y los hay que sólo hacen acto de presencia para sumar su voto al de la manada que les cobija y da sustento económico. Es lo que tienen las listas cerradas, que favorecen al diputado gregario y mansurrón, y descuartizan, metafóricamente o no, al que tiene ideas propias y es crítico para con todo, todos y consigo mismo. Y sin esa crítica feroz e íntima, un diputado no es un diputado, sino un bulto sospechoso, un florero de mal gusto, un simple clic en el tablón luminoso de las siempre litúrgicas votaciones.
Ahora bien, mezclar el trabajo público y el trabajo privado, así como sus correspondientes retribuciones, sí que nos sitúa ante la necesidad ineludible de optar por una vía o por la otra. No es de recibo que los diputados sin dedicación exclusiva cobren dietas por asistir a ese trabajo del que, al parecer, no dependen económicamente. De hecho, lo que resulta incomprensible es que la Ley de Incompatibilidades no prohíba que un diputado lo sea a horas muertas o perdidas y no a jornada completa y en cuerpo y alma. ¡Cómo si no hubiera trabajo por hacer! Pero, quizá, es que no lo hay y, entonces, lo único que nos demuestra ese batiburrillo de legisladores a granel es que, de hecho, sobran diputados y que con muchos menos la cosa funcionaría igual de bien o mal. Según se mire o se quiera ver.
Pero vuelvo al principio e intento afinar un poco más. ¿Qué es eso de cobrar dietas además de un más que generoso sueldo mensual? ¿A qué plusvalías corresponden esas dietas y hasta esos sueldos? ¿Qué añaden sus señorías al Producto Interior Bruto, al humor intempestivo de la prima de riesgo, al tullido balance de los mercados, a la especulación en las Bolsas, al déficit, al ahorro, a la productividad, al bienestar general? Con que hubiera un par de diputados por partido político y con que su voto valiera, proporcionalmente, según lo que dictasen las urnas ya tendríamos bastante. ¡Y lo que nos ahorraríamos!

Etiquetas:

viernes, mayo 25

La colleja contundente

La Telaraña en El Mundo.
  
Si los estudiantes tomaran las aulas e hicieran con, o en, ellas, algo de provecho nos lo tendríamos que pensar. Pero no es eso. Lo suyo se limita a tomar por la fuerza las conserjerías -en este caso, la de Cultura- y en ser, además, tan burros, fetichistas y soeces como para subir el vídeo de sus hazañas bélicas a YouTube. Nada mejor que exhibirse, sin pudor, en el refugio virtual de la nube para acabar perdiendo de vista la realidad. O su holograma.
Porque el chaval -al que no conozco, ni ganas- se queja de que la jefa del gabinete de Bosch le ha pegado una especie de colleja contundente (sic). Y, además, le pone una denuncia a la buena -o mala, porque tampoco la conozco- de Ana María Rodríguez, para que conste su orgullo patrio herido, el moratón hormonal en el encefalograma plano de unos jóvenes, en fin, sin más colapso intelectual que los Países Catalanes. Debió sonar hueca la contundente colleja.
Pero así va todo. Para hoy se espera un sonoro pitido al himno nacional y al Príncipe, pero resulta que los únicos que se han tomado en serio el trivial gesto son los de Falange, que convocaron una manifestación a la misma hora del partido y la bronca. Se juntan, pues, y se enfrentan, lo malo y lo peor, o viceversa. Así se demuestra lo que ya intuíamos. Que son lo mismo. Nada contra nada. Los ridículos teloneros de un partido que, sin embargo, no pienso perderme.

Etiquetas:

jueves, mayo 24

Teneré - El Coloquio



Etiquetas: , ,

En primera persona

La Telaraña en El Mundo.

Cambié la alerta amarilla de Mallorca por las ruidosas manifestaciones de Valencia. Desde ahí les escribo, quizá sobre la otra cara de la misma corrupción, los mismos desórdenes mentales que se disparan, según la UIB, por la crisis o sobre cualquier otra cosa. Literatura y amistad, por ejemplo. O lo que es igual -aunque el milagro no siempre suceda- sobre la presentación de mi nuevo poemario convertida en coloquio entre el historiador valenciano Justo Serna, el editor mallorquín Javier Jover y un grupo de gente que aún ama los libros, la reflexión sin chirridos y el método de hurgar entre líneas para mezclar la actualidad más rabiosa y la más intemporal. No sé cuál es la más urgente.
Tampoco sé qué es esa rabia ni si existe ese arcón repleto de polvo y silencio de siglos. Los días se suceden y, pese a todo, nos mejoran. No puedo demostrarlo; por eso, lo afirmo. Los años pasan y los libros se suceden, una idea otra -inesperada- se añade a las anteriores y es así como el pensamiento crece y se vuelve más flexible y tolerante, menos presuntuoso.
Me preguntaría a quién representamos, pero obviaré la respuesta. Alguien puede leer esta columna y pensar que hablo de mí mismo… ¡y además en voz alta! Pero no es así. Está el pudor, omnipresente, y la certeza de que, en realidad, nunca hablo de mí mismo. Ni siquiera cuando, como hoy, lo hago en primera persona.



Etiquetas:

martes, mayo 22

Presentación que fue coloquio...

Y muchas otras cosas que ya iré explicando. Hace tiempo que volver a Valencia es también volver a casa, pero, por ahora, tan sólo unas primeras imágenes, que ya es tarde... Muchísimas gracias a todos!!! (Fotos cortesía de Isabel Zarzuela)




lunes, mayo 21

Hoy, Valencia.

Os espero.

La suerte del guardaespaldas


La Telaraña en El Mundo.

No nos queda otra que ser absolutamente escépticos. El jueves pasado, Bankia se desplomaba en la Bolsa y, al día siguiente, subía algo así como un 20%. A saber cómo andará hoy, si es que aún anda. Pero no hace falta ser economista para saber que es así como funciona el negocio y que es así, exactamente así, como alguien -y no alguien cualquiera, sino algún pez muy gordo- se ganó en esas veinticuatro horas de zozobra y especulación un auténtico dineral de considerables proporciones.
La mesa, pues, está servida. Las fichas y los crupieres, en sus sitios. Los jugadores  dispuestos y atentos, desde la atalaya de sus inverosímiles sombras. Alrededor, los rumores son de ahorro y recortes, de vértigo en los balances y las cuentas corrientes, de miedo a perder lo que se tiene o lo que se cree tener. No sé qué música estará sonando. Tal vez, Wagner. O, quizá, Béla Bartók. Nadie conoce a Béla Bartók, escribió Cortázar. La verdad es que hay cosas que nunca cambian.
O sí, pero muy poco. Bauzá, por ejemplo, pasa de que le lancen piedras en Manacor a sólo huevos en Inca. La cosa mejora, aunque me quede una gran duda. No sé si todos los guardaespaldas de Bauzá son calvos -o se rapan al cero- o es que, a juzgar por las fotografías, las piedras y los huevos se los lleva siempre la misma persona. Ya sería mala suerte. Con todo, hasta que los recortes no den paso a medidas que impulsen, de veras, el crecimiento económico, a Bauzá le esperan muchas broncas y al guardaespaldas ese, ni les cuento.

Etiquetas:

sábado, mayo 19

Análisis de la náusea

La respuesta al debate de los sábados en El Mundo: ¿Cree que Munar cobró de las empresas a las que concedía subvenciones?

No. Pienso en Munar y es la náusea. Pienso en la banda de Munar y sigue siendo la náusea. Pero algo ha de haber -algo más, quiero decir- aparte de esa sensación que nace en algún lugar del estómago y muere, inevitablemente, en los redentores desagües hacia el infinito incomprensible de las alcantarillas. Pienso en su enorme ejército de zombis y veo en él, entre sus filas de cadáveres hambrientos, el reflejo exacto de la sociedad entera, el holograma perfecto de sus cómplices a derecha y a izquierda, de sus abogados del infierno del papel impreso, la última hora de la cinta audiovisual y hasta del bit telúrico, que diluye el universo y lo convierte, finalmente, en un grumo espeso a su imagen y semejanza. De ella. De su banda. De la náusea.
El ejército lo es de sombras fantasmales y espectros encadenados, de seres caídos en la desgracia del hambre, el desorden y la sed infinita, la maldición de la sal, el trémulo vacío de no tener otra que hacer que cumplir órdenes, sellar pactos, cerrar acuerdos, fingir encargos y trasladar fajos de billetes de un bolsillo, de un zulo, de un hangar a otro. La insomne contabilidad de la cosa suya en nuestro nombre y, ay, sobre todo, en el de la Mallorca que nunca duerme, faltaría más, porque le atenazan las más atroces pesadillas en mitad de los sueños de la noche y hay que guardar, ahora y siempre, las apariencias y sonreír cuando proceda y saludar y mostrarse más ufano que nadie y que todos y hasta llevar en el pecho las joyas adecuadas y las condecoraciones del sudor y el esfuerzo, de la picaresca, del silencio cómplice entre las esquinas de la cal viva y el marés, el asfalto o la grava trituradas. ¿Rechinar de dientes? No. Sólo es la náusea.
Pero Munar, para responder, en lo posible, a lo que se nos pregunta, no creo que cobrara de la pléyade selecta de empresas que subvencionaba. No de ellas, y al menos, no directamente. No en efectivo, quiero pensar, sino, tal vez, en otro tipo de servicios como la propaganda favorable, esa brisa mezquina que aturde a la opinión pública (o que la hace mirar hacia otra parte) mientras lo que tenía que suceder, sucedía. Y así sucedió -o peor- una legislatura tras otra hasta que la ruina vino a sumarse a la náusea y en ese duelo estamos sin saber muy bien si existe algún remedio medianamente eficaz contra el vómito. Empiezo a temer que no. ¡Guácala!

Etiquetas:

viernes, mayo 18

En el corazón de la isla

La Telaraña en El Mundo.
  
Resulta que las malas maneras del siempre malhumorado fascismo vuelven. O será que nunca se fueron y sólo estaban agazapadas y ahora despiertan porque el tiempo igual les parece propicio y hay hambre atrasada y la crisis es un buen caldo de cultivo para empuñar las antorchas del miedo, las lanzas de la ira o los cantos rodados, en fin, de la ignorancia.
Pero no se me vayan de viaje hasta Grecia o Francia. No les hablo, aunque su ejemplo nos valga, de los cachorros enfurecidos del partido político Amanecer Dorado, no sé si del color del orín sobre las antiguas piedras helenas, que fueron las de la inteligencia y ahora son, o eso me temo, las de Nikos Mijaloliakos. Tampoco les hablo, pero también, claro, del aullido xenófobo de Marine Le Pen. No, no es eso. Les hablo de hechos acaecidos en el corazón mismo de Mallorca. En Manacor, sin ir más lejos.
Lo ha denunciado UPyD, pero debieran denunciarlo todos. No puede el alcalde Antoni Pastor subvencionar con dinero público, y en plena vorágine de recortes en muchos otros sectores, algunos básicos e imprescindibles, las Acampadas por la Lengua de la OCB y demás sindicatos paralingüísticos. No puede Pastor, ni siquiera de forma indirecta o inconsciente, abonar así el terreno tal que, cuando Bauzá visite Manacor, lo reciban a pedradas esos honderos sin más diana que la ceguera de la lengua o la furia del totalitarismo.






Etiquetas:

jueves, mayo 17

El horror del aquelarre

La Telaraña en El Mundo.
  
Parece que las horas bajan cargadas de siniestros, debacles y éxodos anunciados. No, no me refiero a las apocalípticas tesis del más desastroso Nobel de la historia, Paul Krugman -que, por vender sus libros, quiere lacerarnos con su anacrónico vía crucis-, sino a la certeza de que aunque el cielo esté repleto de malos augurios, es en la tierra -y en el día a día- donde se decide si las plagas bíblicas y el horror del aquelarre preceden, o no, a la catástrofe. O al naufragio.
Así, por ejemplo, nuestro «Titanic» particular, Maria Antònia Munar, empieza a escorarse y romper aguas, a hundirse, diríamos, si no tocara ya fondo en el lodazal más profundo; y a desaparecer entre las rejas de la cárcel, si no viviera, de hecho, enjaulada en su propia red de mentiras, corrupción y traiciones. El desolador paisaje de las gélidas y aceradas mazmorras donde todo lo humano, hasta los sentimientos, carece de sentido.
Ni el 15-M es lo que era. Su entusiasmo cívico y asambleísta cedió al tedio o, quizá, a la náusea. Será que las teorías sobre la educación incidental o el mítico regreso a la «polis» griega, de autores como Paul Goodman o Iván Illich, ya poco les importan porque son, a estas alturas del fracaso colectivo, realidades aceptadas y asumidas por el Sistema. Es lo que tienen las viejas utopías reactivas. Su parte negativa siempre se acaba cumpliendo. Pues sí.


Etiquetas:

lunes, mayo 14

Los rostros del desespero

La Telaraña en El Mundo.


Parece que tenemos un problema tan grave, que ni llamando a Houston. Los recortes son algo más que una metáfora contable o un eufemismo estilístico. Son gente -como la del Institut Balear de la Joventut, por citar un ejemplo- que se va quedando, de forma inexorable, sin trabajo y sin ingresos, son familiares, vecinos, amigos o conocidos que se marchan a casa -y a la nómina esperpéntica del desempleo- con la única esperanza de que la tormenta escampe. Pero el cielo sigue plúmbeo y la nubes vuelan muy bajas. Como si una terca y deletérea neblina.

Es la receta del ahorro. Sí, pero no. El aceite de ricino de la purga. Sí, pero tampoco. Es la Administración que adelgaza y que hasta intenta ponerse en forma, sin tener en cuenta, me temo, que muy pronto habrá un ejército de seres confusos -y confundidos- recorriendo las calles en busca de la estabilidad y el equilibrio desaparecidos. En busca, no ya de algún lujo antiguo, sino de lo mínimo necesario para sobrevivir y afrontar las deudas e hipotecas, los alquileres, el pan nuestro de cada día; ese que igual se merece una frente sudorosa por el trabajo, que una lívida, por el esfuerzo de buscarlo, sin éxito.

Es la economía, claro. Y son los mercados, por supuesto. Pero toda esa pirámide de grandes cifras, realidad global y saldos virtuales, apesta como si una cloaca. Sobre todo, si nos detenemos, siquiera un instante, a contemplar el paisaje y nos fijamos en el rostro de la desesperación repitiéndose y multiplicándose. No hay consuelo.


Etiquetas:

sábado, mayo 12

Con la mordaza en la boca

La respuesta al debate de los sábados en El Mundo: ¿Cree que el Govern incumple su promesa al no garantizar la elección de lengua en la enseñanza?

Sí. Vale que los programas electorales haya que cogerlos, siempre, con pinzas y hasta con mascarilla y que, además, sus propuestas, en la inmensa mayoría de los casos, se nos deshagan como si fueran de polvo y de arena, agüilla de lluvia pasada, por entre los dedos de las manos. Vale que su vocación sea una y su realidad, otra muy distinta. O que su espíritu y su letra -tan prolijos y ambiguos, ambos- tiendan a jugar al escondite con la mala saña o con el infortunio de no acabar encontrándose nunca. Como si en un juego interminable. Un tres en raya inocuo. Un brinco, una cabriola, un escorzo malabar sin más red que la caída libre en el vacío o en el reparador olvido, siempre patético y resignado, de los sufridos votantes. Pero no ha de caerles esa breva. No les caerá. O no debería.
El Partido Popular prometió -antes de las elecciones, ay- garantizar la elección de lengua en la enseñanza obligatoria. Yo lo leí en sus papeles cuajados de gaviotas blancas y cielos azules. O viceversa. Lo escuché en sus declaraciones. Y es más, hasta le recuerdo a Bauzá un rapidísimo y fugaz lapsus, casi que un dicho y no dicho, en el que afirmaba que iba a derogar la Ley de Normalización Lingüística, esa falacia y esa patraña -puede que constitucional, sí, pero absurda- que ellos mismos, con ayuda de otros, pusieron en marcha para nunca he sabido muy bien qué. Para nada bueno, por lo visto. Por lo que se ve. Por lo que se verá.
Pero ya se sabe. Entre cojos y mentirosos anda la carrera. O el carrerón. Y sí, se corre mal con las piernas en los sacos. O la mordaza en la boca. Y se corre aún peor si lo que iba a ser una maratón se convierte en una patriótica y pastoril romería donde los jueces, del Partido Popular, parecen serlo también de la OCB o del Òmnium Cultural ese -lengua, cultura, país- del que somos los conejillos de indias de no se sabe qué tipo de experimentos. O sí que se sabe. Con todo, lo que iba a ser una cosa, será ya otra. Su parodia. Porque, puestos a recortar -esas tijeras voraces tienen un filo que asombra- también nos han recortado la libertad de elegir con qué lengua, con cuál de entre las nuestras, han de ser educados nuestros hijos. Es una falta de respeto. O la prueba de cierta esquizofrenia -no sé si colectiva- que viene a decirnos que la libertad se acaba en Segundo de Primaria. Nada menos. Hay que joderse.

Etiquetas:

viernes, mayo 11

El Árbol de Teneré - Presentación en Palma






Etiquetas: , ,

En busca de la verdad

La Telaraña en El Mundo.


Cuando el Consell de Mallorca era el Consell de Munar -y eso ocurrió tanto tiempo que parece que fue siempre- acaecían cosas muy raras con nuestro dinero. La penúltima revelación tiene que ver con la manía de encargar informes fantasmas sobre temas espectrales a empresas fantasmagóricas y, claro, entre tanto chirriar de cadenas y efectos especiales, al final desaparece todo, los informes, el dinero y hasta las facturas justificativas. Sólo quedan, y menos mal, los expedientes malheridos, la prueba fatal, no ya de un delito, sino de la arrogancia general. Pero así iban las cosas. Y así nos van.

Siempre hay que rebuscar mucho para encontrar la verdad primera o última, la verdad única, se supone, de lo que pretende ser un golpe perfecto y sólo es un golpe bajo, muy bajo. Una traición a la confianza que debiéramos sentir hacia la Administración y que, por casos así, no sentimos.

Otro lugar inaudito es el disco duro de Diego Torres. Ahí, además de mirar, habrá que escarbar, porque los técnicos no sólo hallarán la última versión de sus archivos sino, también, cuanto haya sido engullido por esa falsa papelera que es la de reciclaje. O la tecla Suprimir. Hay en los discos duros una sucesión de mundos que se solapan, sin anularse. Algo así como la nave estelar de Brian W. Aldiss. Para llegar a la sala de mandos hay que atravesar más universos de los que uno se imagina.






Etiquetas:

jueves, mayo 10

Grande, Joan Pla!

Etiquetas: , ,

Una segunda opinión


La Telaraña en El Mundo.

Seguro que ustedes ya lo intuyen, pero se lo confirmaré. La crónica de la actualidad política me la traería absolutamente al pairo, sino fuese porque siempre me permite o sugiere, como si por descuido o azar, alguna que otra licencia más o menos poética, algún revolcón literario, alguna metáfora -no sé si fortuita o necesaria- con la que intentar convertir la realidad, para unos, en más habitable y, para otros, en más inhóspita. Con ese tumulto íntimo ya me vale para que el lector juegue consigo mismo y se diga: esta realidad es la mía. O no, no lo es. ¡Cuántas realidades hay que ni imaginamos!
Hoy, por ejemplo, me han enviado un manifiesto llamado Poesía Útil. Es de 2009 y lo firma un tal Ángel Guinda, que no sé quién es, ni me importa. En su higiénica balanza reluce, con tanta claridad, lo que le gusta o no le gusta, que el resultado acaba siendo el manual perfecto de una ejemplar Poesía para la Ciudadanía. O algo así.
Podría, pues, recordar ahora la sombra alargada de Zapatero y su herencia, pero no. Me interesa mucho más el futuro. De Sarkozy sólo me gustaba -y sigue gustando- la enigmática sonrisa de Carla Bruni. Por eso, espero que la victoria de Hollande sirva de contrapeso a la receta única de Merkel (y de paso, de Rajoy o Bauzá). Y es que no hay enfermo crítico que no necesite, siempre, una segunda opinión con la que consolarse. O salvarse.




Etiquetas:

miércoles, mayo 9

El Árbol de Teneré en El Mundo.

Pues eso, una entrevista antes de la Presentación de mañana en La Biblioteca de Babel. Y el enlace al pdf: aquí.


 
 
 
 
Y (casi) todo lo que dije en La Biblioteca de Babel lo podéis leer en este enlace.


Etiquetas: ,

lunes, mayo 7

Los pareados primaverales


La Telaraña en El Mundo.

Desde siempre me han disgustado los pareados, pero mucho más si se convierten en eslóganes que la gente corea, como si por inercia o por llamar la atención y mudarse en un orfeón a capela donde sumar la voz y el eco y dejarse el alma, la furia, el malestar o lo que sea. Quizá todo, porque nada mejor que un exabrupto rimado para que las protestas cívicas se conviertan en desfiles donde, si se grita, no es para que se entienda algo, sino para que todos sientan lo mismo y no haya más matices que el ripio consonante, puro y duro. Onomatopéyico.
Así, en la penúltima manifestación contra los recortes educativos parece que «Bauzá cabrón, recórtate un cojón», copó el primer puesto de los lances cantores. Sin duda, el pareado tiene de todo. Un insulto, una mutilación y hasta un par de elipsis, por aquello de decir más con menos y con la mayor contundencia.
Repaso la nómina de esa romería poética y no osaría decir que les chirría el oído. Seguro que Lluc Gayà, de la Asamblea Universitaria, Víctor Robles, presidente del Consell d'Estudiants de la UIB, o Toni Baos, de CC.OO, son gente culta y literariamente fornida. Seguro que sólo han padecido un lapsus. Como todos, en algún momento de la vida. Yo mismo recuerdo haber coreado varios lemas de los que no me siento muy orgulloso. Aunque alguno me siga pareciendo divertido. Este, por ejemplo. «La primavera ha llegado y el PC ni se ha enterado». Es un pareado pésimo, vale, pero lo grave es que ya no sé si la primavera, de verdad, ha llegado.

Etiquetas:

sábado, mayo 5

De tribus y exploradores


La respuesta a la pregunta de los sábados en El Mundo: ¿Cree necesario el cierre del Hospital General y del Joan March para reducir el déficit?


No. Acabo de visionar la grabación del encuentro, acaecido en 1976, del explorador francés Jean-Pierre Dutilleaux con la tribu de los Toulambis (Papua, Nueva Guinea), que nunca habían estado, al parecer, en contacto con el mundo exterior ni habían visto, jamás, a seres humanos de piel blanca. Tampoco se habían perdido nada especial, desde luego. Pero esa obviedad es lo de menos, porque el video, que puede encontrarse en YouTube, es sumamente revelador por otras muchas cuestiones. Nos muestra, y además de forma diáfana y espectacular, la aparición primera de algunas de nuestras reacciones más básicas e instintivas, la reticencia, el resquemor, la desconfianza o, directamente, el miedo ante lo desconocido -tan otro y tan distinto, pero tan similar- y su lenta pero inexorable transición, como por inercia, hacia el asombro, la amistad y la curiosidad compartidas. Será que siempre vence lo mejor de nosotros. O que, al final, lo único que nos queda es la necesidad y hasta el artificio de la empatía. ¿Todo por sobrevivir? Pues más o menos.
Es posible que algunos de ustedes se estén, a estas alturas del texto, preguntando ya qué tiene que ver lo expuesto con lo que aquí nos convoca, que es la conveniencia o no del cierre -decretado por el Govern- del Hospital General y del Hospital Joan March, al parecer, para reducir el déficit. Les confieso que yo tampoco lo tengo muy  claro, pero sí sé, pese a todo, que me siento como uno de esos salvajes buenísimos que se encontraron a Dutilleaux y se quedaron perplejos con sus juegos de cerillas y de espejos, con sus cámaras fotográficas, sus mágicas grabadoras de voz y sus afilados cuchillos de metal brillante. Todo ese bagaje, en definitiva, que llamamos civilización y que no sabemos muy bien si es un lastre o un tesoro. O si ambas cosas.
Apelaré, pues, a mis instintos más primarios para oponerme a la desaparición de ambos hospitales. O, al menos, del que tenía más cerca de casa, el Hospital General. Resulta que un hipocondriaco confeso, como yo, no puede pasar sin cuantos más hospitales mejor a pocos pasos de donde vivo. Y aunque aún me queda, es cierto, la ansiolítica proximidad de la Clínica Rotger, no es menos cierto que un hospital -aunque pareciera más bien un simple dispensario en ruinas- arriba de la Costa de La Sang no dejaba de ser un alivio. Otro más del que me privan.

Etiquetas:

viernes, mayo 4

Los daños colaterales


La Telaraña en El Mundo.

No enciendas la luz, dicen que dijo Bin Laden, un instante antes que le alcanzara la luz de la metralla, el rayo definitivo que cerró sus ojos y que, al menos, nos los debiera haber abierto un poco a nosotros. Pero no fue así. Nadie encendió la luz y así seguimos, a oscuras, debatiéndonos entre la crisis y el rechazo a la gestión de la crisis, la falta de soluciones y el alud de protestas, renuncias, deserciones.
Es sólo el paisaje tras la batalla, diríamos, si la guerra hubiera acabado, pero no. La guerra sigue y los daños colaterales nos asolan a diario, en los recortes de sueldos y, ay, nos dicen, de derechos, en el paso atrás que damos cuando era un paso adelante lo que ansiábamos. Ya se sabe cuánto nos gustan los suicidios colectivos o la ceguera de no querer ver el abismo a un sólo paso. O menos.
Pero las metáforas ya nos fallan. Un repaso a las cifras económicas de las Islas es una invitación al espanto. Hay culpables, claro, y encima son los que más rezongan, pero da igual. La cola del paro es más larga que la vía de cintura. Hay que cerrar hospitales y endeudarse, no para invertir, sino para pagar deudas. Hay que aguantar las dentadas del odio -y hasta los expedientes fantasmas del SOIB- cuando ya se presienten las del hambre. En cosas así pensaba cuando me topé, en San Miguel, con unas chicas repartiendo abrazos gratis. Todo un alivio. No pude negarme.

Etiquetas:

jueves, mayo 3

Sinopsis




Un árbol solitario, y en mitad del desierto, destruido por un improbable accidente automovilístico o por el hambre infinita de las termitas.







El día de la marmota


La Telaraña en El Mundo.

Estuve ahí, lo sé, aunque ya hayan pasado treinta años y no recuerde qué -o qué no- pretendíamos salvar. Me refiero a Es Trenc -uno más entre tantos otros espejismos ideológicos, claro- y a que el tiempo repite y la misma furia y los mismos anhelos pasan de una generación a la siguiente y siempre hay algo -o lo mismo- que salvar una vez y otra.
Repaso las imágenes antiguas y las actuales, la serpenteante línea de la costa, el murmullo gráfico del gentío, el fulgor de las pancartas y me siento cerca, pero ya muy lejos, y me digo que treinta años no son nada, pero no es así; lo son todo, cuando ya no crees ni en lo que ves y sientes el hastío de ir repitiendo el hermoso gesto de los vencidos, aunque lo repitas, cómo no, y yerres, porque no tienes nada que perder o te sabes tan perdido que lo darías todo -cualquier cosa- por encontrarte.
Luego pasa que un buen día, al fin, te encuentras y sonríes. No era para tanto, vaya. No era tan difícil. ¿Ah, pero era esto? Y te das por satisfecho y asumes cómo es la condición humana. Que fue bonito soñarla de otra manera, pero que ya es hora de ser quien eres. Y no un títere. Que una cosa es la ingenuidad, con su poso, tan bello, de ternura y otra, la estupidez de los que, a cierta edad, no hacen sino vivir en el día eterno de la marmota. Por saber qué futuro les aguarda. O por ignorar que el futuro no espera. A nadie.

Etiquetas: