LA TELARAÑA: Los pozos negros

viernes, enero 6

Los pozos negros

La Telaraña en El Mundo.

Un 43% de los acuíferos de las Islas son algo así como un pozo negro, una mezcla de sal, mugre y nitratos, un fermento de agua envenenada. Sobre ese lodo nos sostenemos o navegamos a la deriva, como náufragos, y casi basta con abrirle una mínima brecha a la tierra para que nos alcancen el mal olor y las náuseas. No es una metáfora. O sí. Parece que vivimos en un vertedero de escombros -y de ilusiones baldías, también- y eso es algo que se repite, casi mecánicamente, en todas las esferas de la existencia. Levantamos las alfombras y ahí escondemos el polvo y los flecos de la corrupción o hasta la corrupción entera. No extraña, pues, que vivamos entre dunas.
Luego uno golpea el suelo con sus zapatos y percibe el temblor de un eco subterráneo, un infierno de mares de azufre que jamás descansa ni duerme. Se revuelve de continuo y brota, de vez en cuando, en los titulares de la prensa como en las pesadillas de un cuerpo social que sólo consigue conciliar el sueño a intermitencias. O nunca.
No me creo casi nada de lo que nos cuentan. No me creo que los gobiernos de Matas o Camps -y muchas entidades más- hayan confiado tanto en Urdangarin por el único hecho de ser quien es. O quien era. Nadie se hace rico solo, sino al contrario. El dinero viaja zigzagueando por entre los abrevaderos ocultos -esas negras ciénagas- donde tanto los que dan como los que reciben se acaban, siempre, rencontrando.

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