LA TELARAÑA: Fuga de cerebros

jueves, enero 26

Fuga de cerebros

La Telaraña en El Mundo.

Ignoro cuál debiera ser la definición correcta del talento. Me parece perfecto, eso sí, que un joven se licencie en matemáticas, informática, ingeniería o físicas. Cómo no. Pero a todas esas especialidades siempre les falta el grado añadido -quizá personal- de la formación humanística, la del arte y la literatura, la filosofía o la historia. Y viceversa, porque hay mucho ilustrado en letras, y sobre todo en según qué lenguas, que es incapaz, no ya de resolver una integral o cuadrar un círculo, sino de entender qué utilidad práctica pueden tener ese cálculo o ese funambulismo metafórico.
Quiero decir, pues, que hay en cada especialidad, y en todas, su punto de gloria pero también de flaqueza. Que el rumor tembloroso de las aulas universitarias -y qué decir si son las de la UIB- no acaba de parecerse al ruido chirriante de las calles. Que la vida no sólo transcurre por donde quisiéramos o nos gustaría sino, asimismo, por otros muchos lugares. Casi que infinitos.
Pero mientras tanto, la estadística -que no acaba de ser tanto una contabilidad pura como un álgebra de la situación social- nos dice que unos 16.000 talentos mallorquines andan de fuga por el extranjero en busca de oportunidades y empleo. De la i+D+I aplicada a la realidad de las cosas y al pragmatismo más cruel, pero básico. Primero comer y luego filosofar. O resolver integrales y cuadrar círculos, que no sé si es lo mismo.

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