LA TELARAÑA: enero 2012

lunes, enero 30

Libertad y ortografía

La Telaraña en El Mundo.
  
Parece que los ridículos ciento cuarenta caracteres con que Twitter nos permite comunicarnos con el mundo pueden llegar a dar bastante juego. O mucho. Yo ya los había probado para enviar a todos -y a nadie- algún endecasílabo, varios pareados y hasta un terceto, bien que de arte menor y siempre respetando, por supuesto, la ortografía. Que no hay verso ni tampoco idea que sobreviva a los espasmos gramaticales de la mensajería telefónica, los foros de internet y, por lo visto, también del jurado popular que declaró «no culpable» a Camps.
Obviaré la sentencia, porque abrir un debate, aun y sabiendo que le esperan otras cuitas con la Justicia, sobre trajes, zurcidos y demás amiguitos del alma es casi de chiste si lo comparamos con el terrorífico historial de la banda de Munar, Matas o el derroche del Pacte. Pero lo del jurado sí que me indigna. Los hubiera encerrado a todos, porque no es recibo que entre nueve hombres sin piedad -o muy piadosos, según se mire- no hubiera ni uno capaz de poner las tildes donde toca o de hilar tres palabras seguidas sin mácula. Es de juzgado de guardia. Y nunca mejor dicho.
Pero andaba yo a vueltas con Twitter y con el nuevo intento de resucitar la censura en la Red según desde qué país envíe uno sus mensajes. Será, nos dicen, que hay que ser prudentes con las culturas ajenas y eso sí que es cierto. Pero algo más de respeto -o un respeto absoluto- para con la libertad de expresión -y para con la ortografía- tampoco estaría de más. En absoluto.

Etiquetas:

sábado, enero 28

De huevos y trompetas

La respuesta al debate del sábado en El Mundo: ¿Cree que la oposición debería condenar los insultos al Govern por la lengua?

No. A falta de ideas, insultos y vejaciones. A falta de gramática, empujones, huevos duros y, a ser posible, mejor si podridos. A falta de cultura, subvenciones. A falta de educación, abucheos. Y a falta de casi todo, pancartas, manifiestos y hasta banderas. La feroz carnicería de la ignorancia siempre encontró en la lengua su plato preferido, su filete al dente -esa aberración gastronómica- o su filón inagotable. Pero ese es el menú telúrico de la oposición y así nos lo escriben, con tiza y tizón, en la pizarra territorial y patriótica -cuánto oxímoron- de las horas del tedio o del sobresalto. A todas horas, porque hay que ver cómo y cuánto chirría ese trazo repugnante y repulsivo, esa eterna monserga circular y paradójica de la lengua propia y la lengua común, de la lengua de todos y la lengua de nadie, de la lengua, en definitiva, mordida. O de la mordida de la lengua, que esa es otra y la misma, porque con la lengua única, ya se sabe. Todo son malentendidos.
Pero tanto da. Para el PSIB, el PSM y demás grupúsculos volátiles, condenar los insultos paralingüísticos a Bauzá, a Isern o al Govern en pleno, visto el barriobajero y negligente panorama general, sería algo así como condenarse a sí mismos y la verdad es que no anda esta oposición nuestra -y tan suya ella, claro- con la capacidad de autocrítica necesaria como para alcanzar esos niveles de contrición, de solidaridad o, simplemente, de buenos modales. En absoluto.
Cuando no se tiene nada en la mollera, nada en el saco de los proyectos, nada en los tranvías fantasmales hacia el futuro y nada -de nada- en parte alguna, lo mejor es armar el mayor ruido posible y ver si el terremoto se esparce y el temblor nos confunde y pensamos que alguna Gran Idea anda suelta -más allá del cosquilleo de la voz y las voces- y ese eco retumba en los tímpanos y nos los rompe de una vez por todas y para siempre, y acabamos sintiéndonos a gusto en el gran silencio turbador del fascismo, o de este curioso catalanismo, mientras atruenan las trompetas de Jericó y vemos que quien las alienta es el insigne rabino Miquel Segura -con la inestimable ayuda de la ubicua cofradía de la OCB- y se hunde, al fin, y aleluya, y albricias, el mundo entero desde las magníficas terrazas vacías de Es Born hasta los soberbios patatales de Sa Pobla. Pasando por Inca, claro. Y así anda el patio. De infumable.

Etiquetas:

viernes, enero 27

Evocación del Borne

La Telaraña en El Mundo.

A la Asociación para la Revitalización de Centros Antiguos no le gustan las sillas, las sombrillas y las mesas de los bares o restaurantes en el Paseo del Borne. Pues vale. Podría preguntarles de qué bares o restaurantes hablan, pero eso es, quizá, lo de menos, porque alguno sí que hay, y hasta es muy posible que, como si por un milagro, unos cuantos más revivieran. ¿Y por qué no todos?
Ya me gustaría, aunque sólo fuera como ejercicio de ficción y estilo en los invernaderos de la memoria, rencontrarme con el Bar Formentor y el Miami, mis favoritos, o con el Antonio, donde, por cierto, nunca llegué a entrar. Tampoco estaría de más regresar al Yate Ritz y al Iska. Retomar las veladas tranquilas en la Granja Reus o volver a acodarme, por ejemplo, en el pequeño y cochambroso chiringuito, muy próximo a la Fuente de las Tortugas, donde tantas veces sacié el hambre. O quizá la sed. O ambas.
No sé si ARCA yerra o acierta. Ni si se quedó anclada en los años 60 o 70 y sigue pensando que un paseo no es el lugar idóneo para el bullicio de las terrazas y sí, en cambio, la pasarela ideal para que las parejas exhiban su amor solitario y las familias su natural exuberancia. Todo es posible. Mientras tanto, niños y jóvenes armados de patines, monopatines y no sé si hasta trineos, han convertido el Borne en una jungla intransitable. Salvo para los espectros, claro, de un mundo que ya no existe. Me temo.

Etiquetas:

jueves, enero 26

Fuga de cerebros

La Telaraña en El Mundo.

Ignoro cuál debiera ser la definición correcta del talento. Me parece perfecto, eso sí, que un joven se licencie en matemáticas, informática, ingeniería o físicas. Cómo no. Pero a todas esas especialidades siempre les falta el grado añadido -quizá personal- de la formación humanística, la del arte y la literatura, la filosofía o la historia. Y viceversa, porque hay mucho ilustrado en letras, y sobre todo en según qué lenguas, que es incapaz, no ya de resolver una integral o cuadrar un círculo, sino de entender qué utilidad práctica pueden tener ese cálculo o ese funambulismo metafórico.
Quiero decir, pues, que hay en cada especialidad, y en todas, su punto de gloria pero también de flaqueza. Que el rumor tembloroso de las aulas universitarias -y qué decir si son las de la UIB- no acaba de parecerse al ruido chirriante de las calles. Que la vida no sólo transcurre por donde quisiéramos o nos gustaría sino, asimismo, por otros muchos lugares. Casi que infinitos.
Pero mientras tanto, la estadística -que no acaba de ser tanto una contabilidad pura como un álgebra de la situación social- nos dice que unos 16.000 talentos mallorquines andan de fuga por el extranjero en busca de oportunidades y empleo. De la i+D+I aplicada a la realidad de las cosas y al pragmatismo más cruel, pero básico. Primero comer y luego filosofar. O resolver integrales y cuadrar círculos, que no sé si es lo mismo.

Etiquetas:

lunes, enero 23

Los archivos perdidos

La Telaraña en El Mundo.

La noticia semanal fue la clausura de Megaupload por parte del FBI, justo el día después que Internet ensayara -apenas un aviso de lo que puede sobrevenir- un cierre intermitente en protesta por las leyes antipiratería en los EEUU. O sea, aquí mismo. Vale que cerrar una suerte de metrópoli suspendida en el aire, por muy caótica que la imaginemos, no nos parezca gran cosa, pero en las urbes hay edificios y casas y habitaciones y armarios con cajones y, en ellos, uno puede guardar lo que se le antoje. Es lo que tiene existir en según qué lugares. Un simple apagón y todo es nada.
Se acepta, claro, que el fin de Megaupload era descargarse películas -como «Los Descendientes», que acabo de ver y es un bodrio, o «Los Idus de Marzo», también con Clooney y que es mejor-, pero podía usarse como refugio de alquiler para guardar -allí, en el arcón de una nube invisible- nuestros datos más secretos, nuestra identidad en fotos, videos y documentos. Todo un tesoro.
Será, tal vez, que nos falta espacio aquí abajo o que el polvo nos vence y la señora de la limpieza ya no quiere venir a ratos perdidos y la casa es una ruina y a la caja fuerte le faltan dientes y no cierra y hoy me mudo -ya quisiera- y a ver cómo traslado todo esto. Dan ganas, pues, de dejarlo en la nube y que sea lo que Dios quiera. O no, porque las nubes -como los bonos patrióticos del Govern- siempre acaban escampando y Dios, aquí, son el FBI, el Stop Online Piracy Act (SOPA) o los políticos de turno. Cualquiera se fía.

Etiquetas:

sábado, enero 21

Sobrevivir al horror

La respuesta al debate de los sábados en El Mundo: ¿Cree que se deben perseguir penalmente los políticos manirrotos?

No. Claro que no, salvo que se quiera eliminar de la faz de la tierra a toda la casta política que en la historia es o ha sido, lo que no sería ninguna mala idea, por cierto. Pero me temo que no es en eso en lo que piensa Cristóbal Montoro, cuando nos habla de exigir responsabilidades penales a la miríada de gestores públicos que incumplan la Ley de Estabilidad Presupuestaria -como si fueran las mismísimas Tablas de la Ley, oigan- sino todo lo contrario. Dejarnos en las manos presuntamente limpias de un contable aséptico, de un ente neutral -quizá con las neuronas digitales y el alma de silicio- que vaya colocando las monedas, los fajos y las sacas en el lugar exacto donde más les crujan, de placer, los estómagos agradecidos a las agencias calificadoras de la actual infamia, a Standard & Poor´s, a Moody´s o a Fitch Ratings. O a cualquier otro golpista financiero que pueda andar por ahí escondido; y seguro que hay muchos y que el Ministro de Hacienda debiera conocerlos mejor que nosotros.
Vale ya, pues, de fórmulas magistrales y de ojos ubicuos que todo lo ven y que, al instante, lo juzgan y condenan, como si nos quisieran introducir en una segunda parte de la pesadilla de Orwell, la que no escribió él, y estamos, quizá, escribiendo nosotros, porque las cosas no funcionan así y el mundo aún no es un lugar ajeno a la lucha entre la búsqueda del paraíso y el hallazgo del infierno, entre la inercia de los errores y el arrebato de las pasiones, entre el viaje a ninguna parte y la demora en el laberinto de una turbulenta lucha contra un medio, desde siempre, hostil y un contenido, nuestro interior, mucho más sobrevalorado y frágil de lo que pensábamos. O no. No está, de hecho, tan vacío como algunos quisieran. En absoluto.
Pero hay algo de vacío adentro, sí, y también hay indignación. Mucha. Y un cúmulo atronador e indigesto de leyes que ya debieran velar -esa es la teoría- por la absoluta transparencia administrativa de los gobiernos y, sobre todo, de los desgobiernos. Simplificar su funcionamiento no estaría de más, pero reducir la gestión política a presentar un balance cerrado y, así, perfecto, sólo es una anécdota económica en un mundo repleto, también, de otro tipo de necesidades y sentimientos, de arte, de horror, de belleza o de azar. De esas anécdotas vivimos sin saber si podremos sobrevivirlas. Pues debiéramos.

Etiquetas:

viernes, enero 20

Lo sagrado y lo profano

La Telaraña en El Mundo.
  
Es uno de mis temas preferidos. El parentesco paradójico entre lo sagrado y lo profano, que es así como lo plantean, pese a convertirlo, las más de las veces, en una ópera bufa donde los símbolos pierden su significado y acaban esbozando -náufragos y a la deriva- el erial vacío de una página en blanco. Sólo eso. O ni siquiera.
La mallorquina Rossy de Palma, Alaska, Pablo Rivero, Mario Vaquerizo o Bimba Bosé, entre otros, no son nadie o son quienes son. Mucho ruido y no sabría decirles si alguna nuez. Pero al artista -o así- canadiense Bruce LaBruce le valen -y sobran- para la provocación de su nuevo espectáculo, «Obscenity». Ya no sé a quién le escandaliza o conmueve que alguien se disfrace de ángel, monja o cura para componer, en resumen, el lado más prosaico de una imaginería que tan sólo atiende al fetiche y al tabú -como a la cruz y al látigo de la penitencia- para dejarlo en paños menores. Nada que ver con la desnudez desarbolada de lo sagrado, de lo que tiembla, de dolor o éxtasis, cuando intentamos nombrarlo.
Pero vivimos días de simulacros, que repiten de continuo y que, por eso, ya sólo nos producen el «déjà vu» del hastío. Hasta Alaska -por su nombre de pila, Olvido- se atreve a desnudarse, como si para doce homenajes, en Interviú. Tiene valor. Su desnudez es la penúltima prueba de una decadencia ante la que cerrar los ojos es una total pérdida de tiempo. Ver para creer.

Etiquetas:

jueves, enero 19

Amanece, que no es poco

La Telaraña en El Mundo.

Casi que sólo se trata de saber interpretar el porqué de algunas algaradas -chirriantes, pero sólo eso- para saber qué hacer con ellas. Con la exigencia administrativa del catalán o con la guasa del «Sant Sebastià Literari» de los que ni aceptan unos Premios Ciutat de Palma bilingües. No sé si reír o tomar nota. O si seguir como si nada, de peregrinaje por el estrecho pasillo de los abucheos y la fiesta.
Porque no todo son sólo cosas de la OCB. Qué va. Bauzá e Isern tienen un enemigo interior -pretérito, pero también presente- y aun otro, ubicuo, que sólo se desvanece cuando la niebla se retira y clarea el rocío de las ideas. En ese lento amanecer estamos, porque, para la agitación, sobran con veinte personas y un par de pancartas que salgan en la foto -chirriantes, pero sólo eso- y que den juego, después, a los tertulianos de esa barra triste -como de bar aterido- que acaba siendo la suma interpuesta de lo que se dice que se dice -ese requiebro- y la decisiva aquiescencia doctoral de alguna sección metalingüística de la UIB.
Pero, mientras tanto, y quizá porque no hay balanza que escape -sin insidias- al equilibrio, la audiencia de IB3 se ha duplicado desde que se emiten -como primera, pero no única, opción- las películas en castellano. Es lo que tiene la libertad cuando se alía con la lógica. Que lo lógico es elegir sólo cuando te dejan elegir. Y si no, que con su pan se lo coman.

Etiquetas:

lunes, enero 16

Preparando las fiestas

La Telaraña en El Mundo.

A veces hago las cosas que les digo que hago, pero no siempre. A veces sólo las pienso y las dejo para otra ocasión, que nunca llega. O las imagino, porque merece la pena mezclar futuro y pasado y aceptar que el presente es, de hecho, inenarrable. Hay días, pues, que visito bibliotecas -la de Can Sales, por ejemplo- para atender al silencio y a alguna lectura urgente. Pero el catálogo de las bibliotecas públicas es el que es y no el que yo quisiera y encontrar lo que busco es azar y providencia. Siempre salgo, de entre los anaqueles, con el ánimo exaltado.
Pero también visito -o lo pienso o imagino- templos e iglesias, cuando no ofician misa, para sentarme en sus frías tablas de madera y sentir, claro, el silencio o merodear por entre las criptas, como un turista ávido de una salvación que, quizá, no exista. Es lo de menos, porque siempre nos queda la belleza y pasión -o las sonrisas y lágrimas- de las efigies y celosías. Está la luz y la sombra. Su paz o su guerra. Y puede bastar con saborear ese dilema para saberse conformes.
Entenderán, creo, que ya esté buscando algún lugar donde refugiarme de la vorágine festiva de Sant Sebastià y, sobre todo, de la obsesión por convertir plazas y calles en un martirio sin más cruz, ni menos, que el crepitar de las hogueras y el rapto, siempre cruel, de una verbena y un botellón ubicuos. Me temo que sólo volveré a Palma para cuando el Aiguafoc. Siempre me gustó ese sarpullido de color contra la oscuridad de la noche. Pese al ruido.

Etiquetas:

sábado, enero 14

El muñeco y su ventrílocuo

La respuesta al debate de los sábados en El Mundo: ¿Cree que Matas miente cuando se desmarca del contrato de Alemany?

  
Sí. Uno no llega a Presidente sin tener alguien que le escriba, que le palie el silencio -cuando no el vacío- mental en la solemnidad morbosa e incómoda de las grandes ocasiones, que le llene de ripios y latinajos las horas muertas de las páginas, los márgenes estrechos entre la realidad y la ficción, el eterno discurso del poder frente a las cajas resonantes de los micrófonos y altavoces, el calor y el color de los medios, la música ventrílocua del apaño y la figuración como formas -quizá deformes- de vida. ¡Y vaya vida!
Con todo, lo cierto es que el Presidente -así en mayúsculas y, siempre, en tercera persona- da la cara y hasta exhibe el sudor líquido y la sonrisa esforzada de los que se saben elegidos para la gloria, pero con eso no basta. En absoluto. Alguien ha de poner la voz, como si en un playback de los cuarenta principales, donde lo que importa no es el pequeño detalle ni el bordado a base de ganchillo y filigranas, de noble erudición o de discutible inteligencia, sino la vulgaridad absoluta y asfixiante del chascarrillo general, porque todos bailan y relucen, además, de brillantina, abrevan cava y hasta sonríen -que hay cámaras atentas, por favor- pero absolutamente a nadie le importa un ápice si la cosa va de luces o de sombras. El muñeco y su ventrílocuo particular no son la misma persona, pero sí que son -o, al menos, encarnan- el mismo personaje. Y es que aquí sólo vale el espectáculo, el show continuo, y Jaume Matas es la estrella rutilante y el periodista Antonio Alemany -todo un prodigio de ubicua e ilustrada versatilidad- su primer fan y su primer crítico. Así da gusto.
Pero no puedo despachar en cuatrocientas palabras lo que los jueces tendrán que averiguar buceando -si saben, si pueden, si quieren- entre miles de folios y decenas de testigos. Tendrán que ser ellos los que dictaminen si Matas miente cuando se desmarca de la parte administrativa -ese gran peñazo- que siempre conllevan las extrañas relaciones de la Administración con sus administrados. O viceversa. Me temo que existe un mundo en el que vivimos todos, o casi todos, pero que también existe otro mundo en el que sólo parecen vivir unos pocos. Ambos son el mismo mundo, por supuesto, pero hay que ser -o estar hecho- de alguna pasta muy especial para saber moverse, con cierta soltura, entre ambos. Y yo no sé. Ni puedo. Ni tampoco quiero.

Etiquetas:

viernes, enero 13

El espejo y las tijeras

La Telaraña en El Mundo.
  
Sucede que entre el Gobierno y las autonomías planea un enorme cuervo con las alas desplegadas: el cielo sombrío del déficit. Amenaza, pues, tormenta y aunque todos abran sus paraguas, parece que también nos va a hacer falta una buena provisión de pararrayos. El conseller Pep Ignasi Aguiló hace, también, sus cuentas y mezcla futuro y pasado con el deseo de no tener que sufragar un déficit, el del 2011, que aunque de Antich y sus socios, es el punto de partida de la actual legislatura y nuestra fotografía más real, a día de hoy. Es lo que tiene heredar pesadillas y querer convertirlas en sueños.
Pero la resaca aprieta y duele mirarse al espejo, cuando el despertar se convierte en un juego de luces sucias como sábanas tras una batalla. Quizá de amor, pero quién sabe. En Cataluña, sin ir más lejos, se entretienen mirándole los pliegues al alba sin verles otra cosa que la justificación -ahora financiera- de una independencia que les vale como eterna maniobra de distracción. Pero no necesitamos que nos distraigan, sino que nos seduzcan. Y no lo logran. Es una lástima.
Mientras tanto, la música la ponen los brazos afilados de unas tijeras que son las de podar velintonias, cuando uno preferiría dedicarse a los bonsáis. Cómo chirrían sus cuchillas y cuánto duele, después, el paisaje en ruinas de tantos proyectos abortados. La Febed cierra. Can Weyler languidece. Y esto es sólo el principio.

Etiquetas:

jueves, enero 12

De juicios y rebajas

La Telaraña en El Mundo.
  
Ya sé que son días de rebajas y juicios ejemplares, de luces de neón y sonrisas a destiempo, como ojos que nos guiñan no se sabe qué, pero se imagina. A cierta edad uno ya se imagina lo que sea, pero se sigue sonrojando con la impostura de algunos. O muchos. Son días de pago a crédito y sudores fríos, de estrados repletos de arrogancia y carreras en busca del máximo tanto por ciento de descuento, como si en pos de un milagroso recorte en el precio o en la condena, tan artificiales ambos.
Será por eso que nos alivia que el mercado, como los juzgados, aparquen su hábito de ocultarnos su trama íntima y aireen, sin pudor alguno, sus gangas y saldos -o sus sombras chinescas- para cuadrar unas cuentas que, a veces, no acaban cuadrando nunca.
Pero no todo es ir de escaparates o juicios. Ayer supe que, hace tres semanas, en la calle San Miguel, una joven perdió una funda de 30x30 cm. Lo sé, porque colgó un pulcro folio relatando su contenido: unos pendientes, un móvil, una webcam, una cámara y unos discos duros con información sobre su tesis, nos dice, y, ay, nos añade, con todas las fotos de su vida. Ignoro si ya la recuperó o si, al contrario, nadie la llamó aún para decirle: encontré tu vida y te la devuelvo. Ojalá sea lo primero, porque perder las imágenes ateridas de toda una vida es como perder la vida entera en el interior de una niebla aún más fría, si cabe, que el olvido. O el robo.

Etiquetas:

lunes, enero 9

La vida en un pasquín

La Telaraña en El Mundo.

En una fotocopia del tamaño de un naipe puede caber el universo entero. Por una de sus caras hay unas breves frases sobre la Sanidad Pública española, sobre que es una de las más baratas y mejor valoradas del mundo occidental y sobre que su coste es idéntico, al parecer, al fraude fiscal de las empresas. Unos sesenta mil euros. Eso pone y a uno le asaltan las dudas sobre si le faltan ceros a esa cifra o si les sobra optimismo a los linotipistas. De seguro que ambas cosas, porque la sostenibilidad de una de las bases del Estado del Bienestar, como es la Sanidad, no parece que se resuelva con una simple ecuación de primer grado. Ya nos gustaría que así fuese.
En la otra cara, el texto mengua y da paso a los diagramas. Una balanza perturbada por el peso del dinero -con sombrero de copa y habano- respecto a la salud y dos convocatorias. Una, en contra de los recortes sanitarios, para el próximo 14 de enero, y otra, un «Toma la Calle», negro sobre blanco, contra su privatización, para el día siguiente. Firman, al alimón, Tú Su+, #Movimiento 15M y Attac Mallorca.
Tiene su no sé qué de orgullo indomable y de hombría justiciera y, acaso, paradójica -como si de cowboys en un mundo de aliens- eso de salir en manada a tomar la calle, de vez en cuando, para proclamarse indignados hasta la médula y más aún, hartos de todo, hartos hasta de estar hartos, uno a uno y todos juntos, sin que nadie sepa, por cierto, cómo librarse de tanta hartura. Pero están hartos. Todos lo estamos. Seguro.

Etiquetas:

sábado, enero 7

Olor a cuerno quemado

La respuesta al debate del sábado en El Mundo: ¿Cree que Pastor utiliza el catalán para ajustar cuentas con Bauzá?

Sí. O eso es lo que parece desde afuera, desde la lejanía monótona y leve del observador que, incrédulo, observa los movimientos estratégicos de las avejentadas tropas y comprueba que el despliegue de Antoni Pastor no puede ser sino labor de desgaste y asalto, de guerrilla entre callejas y callejones, de huestes perdidas y en duermevela -como soldados insomnes de una guerra antigua- por entre los túneles subterráneos de la lengua convertida, de nuevo, en trampa y cobijo, en madriguera y nicho, en danza ritual e intermitente de alucinados, en tumulto de termita y carcoma, de caza nocturna y perversa. En pleno apagón de los sentidos. Contra natura.
Para qué querrá Bauzá enemigos, si hasta las supuestas amistades le florecen rancias y ásperas y allá donde la crisis no llega -y miren que parece que se va extendiendo como una especie de lepra de otro tiempo- sí florece, sin embargo, el rígido sortilegio de la Ley de Normalización Lingüística y de la risible controversia entre méritos y requisitos, el dolor sin anestesia ni cura posible -salvo cirugía completa- en la pelvis contrahecha de una administración sin apenas nada que administrar, la joroba monstruosa de una columna vertebral que asemeja un espantapájaros retorcido y espantado, las argollas oxidadas de una libertad difícil que algunos, además, se empeñan en que no llegue nunca. Y no, no llegará y en esas estamos. O seguimos estando. Es lo habitual. Lo de siempre.
Será por eso -o por indiferencia y hastío ante el nivel teatral del actor de esta ópera bufa- que yo no le otorgaría mucho valor al revuelo que se cuece. Ya apesta a cuerno quemado. A recocido de ropa vieja. A cocina del infierno. Y es que el decorado siempre es de pega, cuando el guión se escribe fuera de lugar y de tiempo. Antoni Pastor puede opinar, por supuesto, lo que el cuerpo le pida o más aún, lo que su propio delirio le exija. Nadie le juzgará mal por ello. En absoluto. Faltaría más. Pero lo que no puede es hacerlo desde el interior mismo del partido que le procura sustento, vara de mando y hasta una vicepresidencia en plaza, sea eso lo que fuere. No hace falta recordarle las promesas del PP con las que se presentó, como cómplice o comparsa, a las elecciones. Pero si ahora no le gustan, con dimitir y buscar acomodo donde le plazca nos parece más que suficiente. Rectificar es de sabios, o de lo que sea.

Etiquetas:

viernes, enero 6

Los pozos negros

La Telaraña en El Mundo.

Un 43% de los acuíferos de las Islas son algo así como un pozo negro, una mezcla de sal, mugre y nitratos, un fermento de agua envenenada. Sobre ese lodo nos sostenemos o navegamos a la deriva, como náufragos, y casi basta con abrirle una mínima brecha a la tierra para que nos alcancen el mal olor y las náuseas. No es una metáfora. O sí. Parece que vivimos en un vertedero de escombros -y de ilusiones baldías, también- y eso es algo que se repite, casi mecánicamente, en todas las esferas de la existencia. Levantamos las alfombras y ahí escondemos el polvo y los flecos de la corrupción o hasta la corrupción entera. No extraña, pues, que vivamos entre dunas.
Luego uno golpea el suelo con sus zapatos y percibe el temblor de un eco subterráneo, un infierno de mares de azufre que jamás descansa ni duerme. Se revuelve de continuo y brota, de vez en cuando, en los titulares de la prensa como en las pesadillas de un cuerpo social que sólo consigue conciliar el sueño a intermitencias. O nunca.
No me creo casi nada de lo que nos cuentan. No me creo que los gobiernos de Matas o Camps -y muchas entidades más- hayan confiado tanto en Urdangarin por el único hecho de ser quien es. O quien era. Nadie se hace rico solo, sino al contrario. El dinero viaja zigzagueando por entre los abrevaderos ocultos -esas negras ciénagas- donde tanto los que dan como los que reciben se acaban, siempre, rencontrando.

Etiquetas:

jueves, enero 5

Genoma y linaje

La Telaraña en El Mundo.
  
Recrear un atlas genético de los apellidos catalanes no debiera ser ninguna estupidez, sino algo muy serio, si lo financia el Institut de Estudis Catalans y lo realizan tres profesores de la Universidad Pompeu Fabra. ¡Y sin que nadie de la UIB, que yo sepa, se haya sumado al evento! Pues ya es raro. Aun así, entre los hechos y la diana sólo media la bruma y un ácido temblor donde se diluye la idiosincrasia del cromosoma «Y» con el ritual del apareamiento entre los portadores de una escogida lista de apellidos más o menos habituales en Cataluña, Valencia y Baleares: la tríada de los Países Catalanes. Acabáramos.
Será que cuando algo no existe es cuando más hay que buscarlo. Con ahínco y medios. ¿Cómo si no? Como si fuera el Arca perdida de la Alianza, del Pacto, del Convenio o de Yahvé. Con una fe tan ciega que nos reviva a Göring y Rosenberg. Al olvidado Lavrenti Beria. O a alguien, en fin, no tan feroz, pero sí más iletrado. Es el sino de estos días de indigencia cultural que, pese a todo, no cambiaríamos por otros. Faltaría más.
He repasado la lista de los cincuenta apellidos con que trabajan y el mío no aparece. Ello explicaría mi falta de raíces, mi torpeza indecorosa en el manejo de la noble lengua catalana y mil otros defectos que, por pudor, no enumero. Con todo, el día que me encuentren en alguna lista, en la que sea, avísenme, que me doy de baja de inmediato. Y con urgencia.




 PD. Gracias a @AnDuMon por darme a conocer la noticia.


Etiquetas:

lunes, enero 2

La cuesta de enero

La Telaraña en El Mundo.

Quizá debería empezar el año con el sí es no -o viceversa- de las medidas de ajuste económico del Gobierno de Rajoy. Podría, pero no. Leo la referencia del Consejo de Ministros de 30 de diciembre y me quedo atascado. No consigo ir mucho más allá de los nombramientos de Borrego y Rodríguez. La risa y las lágrimas -de la propia risa- me lo impiden. Resulta que a los ministros cesantes -a Blanco, como a Pajín y a Ángeles Sinde, que va a salirse, al final, con la suya- les cayó en gracia la Gran Cruz de la Real y Distinguida Orden Española de Carlos III.
Pero hay más. Zapatero se vuelve a su terruño, si es que opta por el retiro y por relamerse las heridas, con el collar de la Orden de Isabel la Católica colgado al cuello. ¡Lo que no daría por esa foto con el simulacro envenenado del toisón por corbata! Sí, ya sé que ese reparto de orlas y galones es puro sortilegio floral. Pura inercia administrativa. O impunidad obscena. El «quid pro quo» de la suerte.
Uno va, por ejemplo, calle Olmos arriba, sin más, y se tropieza con los mil y pico independentistas indignados de la Plataforma 31D, mientras otro, en cambio, sólo se topa con unos borrachos con esmoquin alquilado, matasuegras y confetis. Pero es lo mismo. O casi. Y ya que no podemos elegir ciertas cosas, lo mejor es tomarlas como vienen, sin inmutarse. Al fin y al cabo, hoy mismo nos va a tocar subir, todos juntos, esa cuesta -la de Olmos, la de Moyano y hasta la de enero- como si nos fuera la vida en ello. Igual nos va.

Etiquetas:

domingo, enero 1

Buenos días, 2012

Etiquetas: ,