LA TELARAÑA: Referéndums y victorias

lunes, septiembre 5

Referéndums y victorias

La Telaraña en El Mundo.

Con el paso del tiempo a uno se le aclaran algunas cosas, a la vez que, quizá para compensar, se le oscurecen otras. No entiendo el fervor de los indignados del 15M y de los sindicalistas en horas bajas que se manifestaron días atrás en Palma (y mañana más, para que no decaiga), exigiendo un referéndum para ese cambio de la Constitución, que consiste en no gastar más de lo que se tiene y que, además, no entrará en vigor hasta el 2020. ¡Cuántas cosas no cambiarán, y de veras, en tanto tiempo!
Pero la fiebre de los referendos tiene mucha solera entre nosotros. Franco los ganaba por goleada y sin que el brazo incorrupto del que gozaba temblase más de lo habitual. Qué va. Arrasaba y punto. Y bien satisfecha que volvía la manada al trabajo, al día siguiente, con el tatuaje del voto en la frente. O en el culo. O qué sé yo dónde. Felipe González hizo lo mismo sólo para demostrarnos que no hay nada como un buen referéndum para quedarnos en la OTAN, donde ya estábamos… Y en la UE y en el Euro y suma y sigue.
No voy a repetir, aquí, las teorías de tantos -de Borges, por ejemplo- sobre la idoneidad de que se le pregunte a la gente por asuntos sobre los que no tiene -ni tiene por qué tener- repajolera idea. Será por eso que no recuerdo haber votado nunca en ninguna consulta donde se mezclan churras y merinas, como si todos fuéramos ganaderos y quisiéramos ser, en realidad, ganadores. No hay otra victoria que la de opinar sobre lo que se sabe y callar sobre lo que se desconoce.

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