LA TELARAÑA: Progreso o nacionalismo

sábado, agosto 20

Progreso o nacionalismo

La respuesta al debate de los sábados en El Mundo: ¿Cree que Armengol es la mejor candidata para liderar el PSOE tras la debacle del 22-M?

No. Pero nunca se sabe a qué aspira un partido político ni qué expectativas, más o menos reales, le tienen abducido o le abducirán, en cuanto llegue la hora de las prebendas, hacia qué derroteros les habrá de embarcar el naufragio ideológico o pragmático de la ciudadanía o, incluso, la imprevisible tendencia sociológica de las afinidades selectivas. ¿Cómo y dónde ubicar el mayor rédito posible con lo que hay disponible, y a la vista de todos, y con lo que se pueda encontrar en el pozo revuelto de los armarios y, por supuesto, y siempre, con el mínimo esfuerzo? Todos esos interrogantes los deberá resolver el propio PSIB y mejor pronto que tarde, porque se le está echando encima la hora púrpura y decisiva de presentar sus cabezas de lista, sus tótems ejemplares de identidad, el perfil marcial a seguir por la tribu, su cautivadora sonrisa cautiva en los carteles electorales. No es una cuestión baladí, en absoluto. Es sólo una perversión más de las partidocracias. La cosa más normal del mundo en este lado, sin duda privilegiado, del universo. O así.
He repasado, en la Wikipedia, las entradas de Francina Armengol y del PSIB. No están muy actualizadas ni son demasiadas prolijas. Se limitan a ser algo así como un retrato rápido al carboncillo, pero el de Armengol, al menos, concluye con las verdades últimas del barquero. Forma parte de Apotecaris Solidaris y de la Obra Cultural Balear. Supongo que esto último explica algunas cosas, pero seguro que no todas.
La candidatura de Armengol, que es la oficial y la oficialista, la que desea Antich y la que se proyecta desde Ferraz, es también el nexo de unión, el puente imprescindible y quizá único, del socialismo balear con las huestes iluminadas del nacionalismo catalán en las Islas. Y si la historia se repite, que suele, y si el PSIB, electoralmente, no da para más que para pactar a toda costa, y a cualquier precio, con todo lo que se mueva al margen del Partido Popular, habrá que convenir que Armengol, esa reencarnación paradójica de Maria Antònia Munar, es la mejor apuesta.
Pero si lo que se pretende es devolver al PSIB su propia dignidad ideológica como partido, recuperar su pátina de modernidad y progreso, y hasta su socialdemocracia de hasta no hace mucho, aunque sí bastante, ya va siendo hora de acometer una regeneración tan profunda como necesaria y útil. Para ellos, sí, pero también para todos.

Etiquetas: