LA TELARAÑA: La lengua y las llamas

lunes, agosto 29

La lengua y las llamas

La Telaraña en El Mundo. 

Tiene razón Rafael Nadal cuando dice que no nos entienden, porque hablamos demasiado deprisa. En efecto, perdí ocho minutos de mi tiempo visionando la entrevista que David Letterman le hizo al tenista de Manacor en un show televisivo muy popular, al parecer, en Norteamérica. Una entrevista, al estilo Buenafuente, pero en inglés, y no en un inglés de Oxford, sino en el que mascullan en Nueva York. Casi a escupitajos, como si no pudieran dejar de mascar el tabaco, que ya no les dejan mascar, o el chicle de rigor.
Y ahí sí que se le notó a Rafa que hablamos al galope y que, igual que yo casi no le pillé ni una sola frase, aquí en Mallorca no nos entienden ni una rondalla los catalanes; no nos entienden porque hablamos muy deprisa y, acaso, no les damos tiempo a quedarse con nosotros, que es, en el fondo, lo que desean. Pues que se queden, que aquí no le hacemos ascos a nadie y que así, de paso, nos cojan el ritmo a la lengua de vértigo en que nos manejamos. Tampoco es tan difícil, porque es en lo único que vamos rápidos en esta isla, que fue la de la calma y el trote cochinero, y ahora se nos antoja la del sopor y el tedio de las horas más muertas del universo.
O no. Las horas no están, en absoluto, muertas. Sucede, en cambio, que los hay que se empeñan en matarlas prendiendo fuegos donde antes había hectáreas de bosques grises y verdes y ahora sólo quedarán rescoldos. Y a la lengua en llamas de los pirómanos sí que cuesta entenderla. Y, más aún, apagarla. Vaya desastre.

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