LA TELARAÑA: La imaginación al poder

sábado, julio 9

La imaginación al poder

La respuesta al debate de los sábados en El Mundo: ¿Cree acertada la decisión de cerrar Televisión de Mallorca?

No. Ya les hablé, ayer, de mi nulo aprecio por Televisió de Mallorca. No hace falta, pues, que les repita que jamás me interesó su más que discutible contenido y que, sobre todo, me repelen hasta la saciedad y la náusea tanto su función ideológica de brazo armado al servicio de ciertos sectores en el poder como su deriva económica de despilfarro sospechosamente selectivo. Vale, sin embargo, que sobre gustos no quepa decir gran cosa de importancia o de peso objetivo y que, además, todos sepamos, o debiéramos saber, que el despilfarro -acaso por lo convulso de su propia naturaleza o de la naturaleza humana- siempre es selectivo y no atiende, ni puede, a otras razones que no sean la connivencia o el capricho, la carta marcada, la cuota de parte, la rentabilidad política, el as en la manga, el reparto entre afines y la segregación obligada y explícita de los otros, ese infierno, al parecer, inevitable e inextinguible. Qué mala suerte para algunos. Qué milagro para todos.
Y sin embargo, resulta muy difícil discernir en la actualidad qué puede esperarse y qué no de una televisión. Su lugar es cada vez más ambiguo, difuso y volátil. El lugar de las noticias parece estar ahora en otra parte. En Internet, en los blogs digitales y en la marea mutante de las redes sociales, en el boca a boca electrónico, sí, pero también en el simple deambular por las calles deteniéndose, tan sólo, cuando el cuerpo lo pide y el pulso de las ciudades bombea un aire ritual a fiesta o a funeral, a orgia, a vida o a muerte. A ese directo rabioso ya no alcanza la televisión. De hecho, no alcanzó nunca.
Pero de ahí a cerrar el dial y sepultarlo en la oscuridad y el silencio, va un largo trecho. Seguro que hay otras opciones y que es posible -con imaginación- idear una televisión propia -no del Consell ni del Govern de turno- donde quepa todo aquello que acontece y que se está haciendo en las Islas y que, por desgracia, no acaba de encontrar otra salida que los clics del ratón en las páginas de YouTube, como los experimentos audiovisuales de Toni Nievas, con Félix Maestro de contracultural maestro de ceremonias, por ejemplo. O la miríada de actividades -presentaciones de libros o tertulias y torturas varias- que sólo aparecen, si aparecen, en las agendas mínimas de los diarios y luego nada. ¿Puro material de olvido? No estoy seguro. Igual valdría la pena replanteárselo.


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