LA TELARAÑA: Contra el verano

jueves, julio 7

Contra el verano

La Telaraña en El Mundo.
  
Después de ver las fotos de Leire Pajín en la isla de Lazareto, Menorca, que fue asilo para apestados y presos políticos, y que hoy es sólo para egregios ministros, me he convencido -aparte de añorar, paradójicamente, el otrora habitual posado isleño de Ana Obregón- de la obscenidad insoportable del verano. No cabe esperar nada bueno de un par de meses bañados en sudor y asfixia, ni de un montón de horas expuestos a la violencia solar y al lujurioso vacío del pensamiento. Ese descanso es atrofia. Un tiempo muerto en el que intentamos olvidarlo todo y cargar unas baterías que ya no sé si son tan recargables como creíamos. Me agota no hacer nada.
Y más que me agota -me consume- abrir paréntesis artificiales en el día a día y pretender, además, disfrazarlos de vergeles. La realidad no nos espera ni un segundo. Nada se aplaza aunque nos dé por sumergirnos en la parálisis de una burbuja tullida de sol y agua marina, pero igual nos pasaría en una plaza pública tomada a la fuerza.
Así, a los acampados de la Plaza Islandia el calor y cuatro hostias, apenas, de los antidisturbios -porque estos chicos no saben cómo arreaban los grises- acabaron, también, por descerebrarlos más de lo que ya lo estaban. Ayer pasé por el lugar y daba lástima ver cómo algunos turistas buscaban el atrezo de la revolución y sólo percibían, entre las grietas del empedrado, la nostalgia estéril de un paraíso perdido.

Etiquetas: