LA TELARAÑA: La mortaja ideológica

jueves, junio 16

La mortaja ideológica

La Telaraña en El Mundo.

Por algo así como diez minutos escapé, ayer, a la explosión de un artefacto pirotécnico en una papelera de la Plaza de España. Cuando llegué aún olía a pólvora y el reguero de la indignación era también el del miedo. Fue entonces cuando me sentí más próximo a los pocos acampados que aún rondaban por ahí; cuando ya no quedan palabras que compartir -o las que quedan no nos bastan- conviene aferrarse a los silencios y a las miradas cómplices. Cualquier cosa vale con tal de hacer frente al estupor que sembró algún loco solitario que, por supuesto, no se representa ni a sí mismo.
Otro que tal, pero no tan solitario, me lo encontré en un video y en multitud de mensajes sin más orden ni concierto que el caos. Seguramente Cayo Lara, ese hiperbólico dirigente de la izquierda más dogmática, sólo quería darse un baño de multitudes a costa de los últimos indignados del 15-M y, a cambio, se llevó tan sólo unos baldazos de agua fría y algún que otro insulto.
Nada muy grave, pero sí, por supuesto, muy ilustrativo de cómo la demagogia suele acabar encontrando la horma de su zapato y convertirse en una agria sonrisa de vendedor frustrado, de tahúr vencido, de paria, en fin, recolocado en su sitio, allá en las antípodas de donde se deseaba. No es fácil situarse en el lugar justo y sentirse cómodo, sin las apreturas de la realidad aprisionada en una mortaja ideológica. En cualquier mortaja ideológica.

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