LA TELARAÑA: El regreso de los clásicos

viernes, abril 15

El regreso de los clásicos

La Telaraña en El Mundo.

A veces, me despierto en mitad de un denso, extraño y sudoroso sueño e, infructuosamente, corro en busca de papel y lápiz, por ver de salvar algunas líneas huérfanas de su recuerdo, algunas estrofas de su guión, algún temblor, siquiera lejano, de su eco. Pero ya es tarde. Siempre lo es. La luz disuelve esa música y esa oscuridad dejándome, pese al alijo de alguna palabra que ya no significa lo que antes, con la turbia sensación de la pérdida, del advenimiento fallido, el haber dejado escapar, una vez más, ese tren en llamas con el que atravesamos, somnolientos, la verdad oculta de la vida o la realidad subterránea de nuestros deseos.
No me sorprende, luego, la sensación de incredulidad que me invade cuando recién salgo a la calle o me sumerjo en los párrafos quebrados de la prensa -vía Orbyt o la terraza de un bar, sobre todo- y me dejó engullir por la parrilla infinita de una sociedad donde unos pocos parecen estar del lado de la acción, mientras la mayoría se conforma con el ruidoso papel de voceros. Curioso enjambre. Imprescindible alianza, supongo.
Y más cuando ya estamos en plena campaña electoral y todas las promesas se solapan y la acción queda reducida a una inercia que ya dura décadas. Suerte que mañana mismo empieza la serie imaginaria de clásicos futbolísticos con que unos enervarán su nacionalismo y otros veremos perder o ganar a nuestro equipo favorito. Sea el que sea.


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