LA TELARAÑA: Postal de Navidad

lunes, diciembre 20

Postal de Navidad


La Telaraña en El Mundo.


Casi que hoy empiezan las fiestas navideñas. Su presencia se palpa ya en el ambiente (que es algo subjetivo y además impalpable) y se adivina en el ir y venir ajetreado de todos; como si nos persiguiera el diablo y nos faltaran manos y tiempo para ir palmeando espaldas ajenas y desearles, a destajo y de golpe, todas las bendiciones. Salud, amor y hasta dinero. Al prójimo. Al prójimo como a ti mismo. Por desear que no quede.

Con todo, y aunque la liturgia tenga su gracia y su pábilo contagioso, no sé si ponerme a saltar de júbilo, como un cosaco en pleno naufragio de vodka, o liarme la manta, y un montón de abrigos, a la cabeza e irme hasta Siberia para recorrer junto al aventurero mallorquín, Juan Antonio Olivieri, y en bicicleta, -siquiera sea metafóricamente y sin añorar, para nada, los versallescos carriles de Aina Calvo- los infiernos gélidos de esas tierras dormidas (a -40º y bajando, según leo en su web) durante noventa días, noventa noches y seis mil kilómetros de paisaje digno de la Nebulosa Boomerang. Hay odiseas que no parecen de este mundo y, de hecho, creo que no lo son.

El panorama -y el calor ebrio del pesebre- lo completa el empeño de unos pocos por reeditar la habitual farsa independentista de cada 31 de diciembre. Olvidémoslos, porque sus tribulaciones no son de aquí ni son nuestras, sino de otro lugar mucho más remoto, pero navideño. Quizá de Siberia. Como mínimo.

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