LA TELARAÑA: El botellón legislativo

lunes, agosto 2

El botellón legislativo

La Telaraña en El Mundo.



Mientras Cort legisla contra el ubicuo botellón y, de paso, contra cualquier concentración que pueda ser molesta, todas las fuerzas políticas –reunidas con gran alboroto, no sé si punible- intentan olvidar, cuanto antes, esta legislatura y afrontar la próxima. En ese lugar demorado (en el tiempo y el concepto) se encuentran como en su casa, igual que el pus en un quiste. Sin duda, es un lugar maloliente, donde la globalización –ese maná bíblico- se resquebraja antes, siquiera, de haber cuajado; de cada una de sus grietas brota un nacionalismo, un esqueje partidista, un nuevo aliento feudal y mezquino.

Con todo, no sé de qué se puede escribir en Agosto sin recaer en lo ya dicho. Todos decimos muchas cosas, quizá porque es más fácil extraer conclusiones de la realidad visible del universo que hurgar, con acierto, en su esencia oculta. Pero no es la hora de perderse en un laberinto. Ahora toca reconocerse perdido en un lugar desconocido. Quizá en un no-lugar o en un lugar en ninguna parte. Eso creo que no lo dije.

Pero el lugar es el mismo para todos. Y el hedor y la infección y la llaga. Es un lugar compartido. O un lugar común, donde lo extraordinario es empeñarse en seguir tejiendo y destejiendo el mundo, cuando lo normal sería hacerlo todo trizas y quedarse en silencio para siempre. No tenemos remedio. O quizá sí. Y esa duda terrible es la que, en definitiva, nos acaba salvando.

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