LA TELARAÑA: 2010

viernes, enero 1

2010

Año Nuevo. Empiezo desubicado y etéreo. Lo último que escribí ya lleva fecha del año pasado y está aquí o entre las páginas de Tratado de las cosas sin nombre y las fotos de unos instantes memorables. Lo próximo permanece, aún, invisible y en silencio (pero le siento algunos latidos que habré de descifrar).

Jamás hago balances. Y este año, ni tan siquiera, de los libros ajenos que me gustaron o dejaron de gustar. Ellos y yo sabemos qué relación tuvimos y hasta dónde llegamos... a ratos, juntos y a ratos -y finalmente- absolutamente separados.

Hoy sólo puedo añadir que en mi agenda hay unas inquietantes páginas en blanco.



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Pero estoy, aunque no se me vea. O al contrario.




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