LA TELARAÑA: los mil nombres de Munar

sábado, junio 6

los mil nombres de Munar

La respuesta al debate -¿Cree que la renuncia de Nadal a la presidencia de UM, perjudica al PP?- en El Mundo.


Sí. Pero esta farsa tiene tan poca gracia –ninguna- que escribo estas líneas sin intuir, siquiera, qué máscara habré de adoptar a medida que el texto avance, se bifurque, enrosque o volatice y, entonces, los circunloquios y las metáforas empiecen a fallarme, el aliento se me diluya como un azucarillo de naftalina en el arcón de los harapos y las palabras, abatidas, ya no puedan significar -ni significarse- contra la hipócrita secuencia de una realidad tan mediocre como mendicante, servil y genuflexa. Lo importante es que no se me note el cabreo. No sé si lo conseguiré. Pero mantengo mis esperanzas. Que yo recuerde, no me cabreo desde hace siglos. Más o menos.

Pero prima averiguar qué es lo que más puede perjudicar al Partido Popular en estas islas, sucesivamente ofuscadas -cuando no sometidas- por unos y por otros. Por nosotros mismos, finalmente. Habría, pues, que analizar si lo que más nos duele –a todos, en general- es nuestra inexplicable vocación de ombligo del mundo –un delirio excéntrico de grandeza o un enorme complejo de inferioridad- o si la herida auténtica es la punzante sospecha íntima de que vivimos, desde siempre, al abrigo precario del vaivén turístico, el abuso inmobiliario y, cómo no, de la usurpación bárbara, a ratos cultural y, siempre, lingüística. Donde se expanden los nacionalismos –y aquí el PP debiera ser muy crítico consigo mismo- se contrae la lógica y fenece el sentido común. Igual sólo somos territorio abonado a la llaga. A la infección.

Repasemos, ahora, la tramoya de la miseria. Bajo la capa desplegada de Munar –visón y grava, cajas de caudales y turbas leguleyas, sectarismo, juzgados y mazmorras- se sucede la purga entre familias, sectas y otras vías subterráneas de UM. Buils. Grimalt. O Nadal. Ahora Flaquer. Quién sabe quién después. Es el saldo expuesto del poder ambulante. La marca de una sociedad que sólo se entiende a través de sus arcanos menores. La tribu. Sus perversiones. Sus becerros de oro.

Parece que nos abruma perder un paraíso que ya hemos perdido (en esa misma bruma, por supuesto). Adiós, pues, al paraíso. Nos quedan, aún, otras muchas cosas. O eso creo. Pero habrá que buscarlas. Para ello bien haría el Partido Popular -como el PSIB- en negarse a cavilar sobre pactos futuros cuando, luego, esas milagrosas hipotecas les arruinan legislatura tras legislatura. Nos las arruinan a todos.

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2 Comments:

Blogger Unknown said...

À nouveau: Bravo!!!
C'est tout!

6 de junio de 2009, 19:32  
Blogger Juan Planas Bennásar said...

A bientôt, au revoir, oh, la,la:-P

7 de junio de 2009, 9:41  

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