LA TELARAÑA: las medusas asesinas

sábado, junio 27

las medusas asesinas

La respuesta al debate en El Mundo: ¿Debe Antich cesar a Leciñena por gastar 6.000 euros en el helicóptero?



No. Aunque Paco Rabanne no haya relanzado -como agitando pompas de jabón al salir de un inesperado letargo en una jacuzzi de aguas emulsivas y sales espumosas- sus augurios sobre el inminente fin del mundo, lo cierto es que hemos entrado de golpe –sin sorna ni desmayos, sin vacilaciones- en la era pre-apocalíptica. Se acerca, inexorable, el año 2012 y con él, la prueba de fuego definitiva para el merecido –pero hermético- prestigio de las siempre útiles y refrescantes profecías de Nostradamus.

Quizá por ello se suceden, una tras otra, las películas sobre el tema. El guión es –pueden elegir sin rubor- el que sigue. La luna acaba de salirse de órbita y amenaza con hacernos trizas. El sol ha entrado en erupción fotovoltaica y las llamas prenden en las copas de los olivos. Nos han invadido los marcianos pero se parecen tanto a nosotros que nadie sabe quién es quién. Las máquinas han tomado el control de la Generalitat. Irán ha hecho explotar una bomba nuclear en casa de Berlusconi. Palma se convierte en la primera ciudad mundial en celebrar el día del Orgullo Infantil (no, esto no va aquí, que esta sí es una noticia real). Y así podríamos seguir hasta el infinito. Pero no merece la pena.

Lo único que se repite en todas las situaciones es la convocatoria urgente, por parte del Presidente (normalmente el americano, pero Antich también nos puede valer), de todos los expertos sobre el tema a tratar. Y siempre, siempre, hay que salir a buscarlos en helicóptero porque los expertos suelen ser gente rara, adusta y esquiva, refugiada en lugares inhóspitos y terribles, quizá en mitad del vacío o en el polo opuesto al mundanal ruido. Pero los helicópteros van y los buscan, los encuentran y se los llevan o los secuestran, si se muestran remisos, y así la trama se va demorando unas tres horas –o más- hasta que, al final, como es de ley, el mundo se salva y aquí paz y después gloria. The End.

Así las cosas, si a la consejera de interior, María Leciñena (lo sé escribir, pero no pronunciar con soltura, todavía) le plantean una cuestión de estado sobre, por ejemplo, el sexo de las Carabelas Portuguesas –esa flota de medusas malcaradas- lo lógico es traerse al jefe de emergencias cómo, cuándo y de dónde sea. Y si hay que bajar dos veces al Mortitx se baja. ¿Qué carajo importan 6.000 euros cuando el mundo entero está en peligro? Pues nada, claro.