LA TELARAÑA: abril 2008

lunes, abril 28

los símbolos

La Telaraña en El Mundo.





El Govern ya tiene su “punto cat”, que es una sutil manera de declarar su catalanidad como si fuera también nuestra. ¿Lo es? Guarrear con los símbolos puede desmitificarlos o dejarnos transidos. De momento, mixtificamos demasiadas cosas en nombre de otras. El presente en nombre del futuro, por ejemplo. Acabo de ver la grabación del terrorista Mohammad Khan despidiéndose de su hija de pocos meses, antes de coger una pesada mochila y enfilar hacia la muerte –propia pero, sobre todo, ajena- en los andenes de Londres, Julio de 2005. Sus palabras resuenan casi tanto como lo hizo, después, la dinamita y no dejo de intentar ponerme en el lugar inverosímil de ese bebé huérfano. Me resulta imposible, porque no hay nada que entender y lo único que sobrevive al adiós inútil, a la ternura rota y a la fe enloquecida de la sumisión, son las nauseas.

Otro que adora los agios simbolistas es el Premio Cervantes, Juan Gelman. Ha osado legar a la posteridad un pergamino lacrado, en satén rojo, que sólo podrá abrirse el 2050. Más le valdría haber escrito ya algo memorable y no rentabilizar su discutible éxito para usurpar un protagonismo futuro al que no tiene derecho. Nadie lo tiene.

Quien no afloja es la SGAE. Diez millones de euros recaudaron en Baleares el año pasado, con Agustín El Casta a la cabeza. Viva la cultura. Antich debiera nombrarle embajador en el lugar de Paco de Lucía. Ya tarda. Mientras tanto, y no sólo por liarla, apoyemos el “crossbooking” de días atrás en la UIB. Más aún, debiéramos liberar no sólo libros, sino también tesis doctorales, revistas, películas, cedés, devedés, videojuegos y hasta enciclopedias. Tampoco sobrarían los apuntes de clase de Damià Vidal o las denuncias que atañen a Munar. Así el paisaje urbano, en vez de resumirse en un montón de prensa gratuita dispersa por las aceras, ganaría en cultura y ocio compartidos. Para ello, acabo de dejar todos mis ejemplares de Playboy en la Rambla. En el último sale Rudy Fernández. Corran, que igual queda alguno.

Etiquetas:

viernes, abril 25

la rosa roja



La Telaraña en El Mundo.




Desde hace tiempo leo con más frecuencia y devoción en la pantalla líquida del ordenador que en el viejo atril donde han reposado, y siguen haciéndolo, mis libros favoritos. La lectura digital tiene sus ventajas porque permite las búsquedas rápidas, las comparaciones de textos y la anotación compulsiva en los márgenes en blanco –ese espacio virgen- sin que se eche a perder esa joya irrepetible que, aún hoy, sigue siendo un libro en papel, con su tacto a piel arenosa, su tinta reseca y sus renglones como serpientes.

Con todo, hay que ser algo florero para lucir bien con una rosa roja y un libro en las manos. En eso pensaba yo, el miércoles, cuando en plena Plaza Mayor y Día del Libro, asistí de lejos al enternecedor encuentro entre Calvo, Antich, Fiol y Estaràs. Su corro irradiaba cordialidad. No sé si hablaban de sus gustos literarios o del calor endemoniado que nos abrasaba a todos. Hablaban, que no es poco, mientras la única flor -la que llevaba la alcaldesa- despedía un brillo espectral, mezcla de agonía y placer arrebatados. Me dolió esa rosa.

Pero a falta de otras iniciativas –porque empapelar juzgados, aun siendo loable, no puede considerarse acción de gobierno- las únicas noticias que nos llegan suelen tener como protagonista a Bàrbara Galmés. Ya lamento, a estas alturas, no conocerla en persona, pero para eso le escribo y le dedico tantos párrafos, para que se sepa arropada y conseguir, tal vez, que se acabe conociendo a sí misma. Ya es tarde para que David Torres la incluya en su genial mosaico de retratos, «Bellas y Bestias», recién alumbrado por la Editorial Sloper. Mala suerte. Su última aparición en los medios, con Pere Joan Martorell, ha sido para anunciar el dispendio de un millón de euros en el «I Pla Integrat de Foment de la Lectura». Con los compañeros de viaje que atesora –el IEB y el COFUC- huelga decir que se trata de fomentar “especialmente” la lectura en catalán. Qué hermosa es la inmersión y qué bien se ve el mundo a través de un periscopio.

Etiquetas:

lunes, abril 21

tres eran tres

La Telaraña en El Mundo.



La tercera lengua anda en los labios de unos y otros. No sabemos exactamente a qué sabe porque mientras unos arrugan la nariz y esbozan una mueca agria de rechazo, otros se la miran, a la lengua, con cara de perplejidad y ánimo disperso. Las cábalas apuntan a una conjura de las matemáticas y los tantos por ciento. Pronto dejará de ser insólito que nuestros hijos tengan que empezar una frase en catalán, continuarla en español y acabarla en inglés. Yo ya estoy empezando a practicar, con vistas, no al apocalipsis, sino al advenimiento de una nueva era, la del trabalenguas, la de las gramáticas múltiples y superpuestas, el regreso a la torre de Babel. Ahí nacimos todos y también todas. Me refiero a las lenguas.

Su misión nunca fue fácil. Comunicarse requiere bregar con los sentidos, inventar parajes donde instalarse por sorpresa. Las frases se alargan mientras me retuerzo por decir lo que quiero. No siempre lo consigo. Mala suerte. No quiero imitar a los que sólo gustan de escribir frases cortas, cada vez más y más cortas, sin el añadido musical de las oraciones subordinadas y revueltas, sin el aliñe de las digresiones y los saltos en el vacío, sin el trasfondo de los matices y los guiños al lector, sin nada que no sea la terca repetición de los monosílabos y las siglas, sobre todo las siglas.

Así la gutural OCB y el sindicato STEI-i se han instalado en la descuidada mollera de Bàrbara Galmés y han dado a luz el Plan de la Tercera Lengua. Parece el título de una novela de Zafón pero no lo es, es algo peor. Es el último intento de sacralizar la lengua catalana como lengua única y de convertir en lenguas extranjeras a todas las demás. Buen intento que, no obstante, me deja indiferente. ¿Por qué hacer caso a la necedad galopante? ¿Por qué envenenarse con universos que sólo existen en la imaginación tullida de unos pocos? Por suerte, los conflictos políticos se resuelven a nivel de calle. Tres eran tres… y ninguna era buena. ¿Tampoco la de todos? Pues vale. Yo me exilio.

Etiquetas:

viernes, abril 18

con Miguel Veyrat, José Vicente Peiró y Justo Serna



La Telaraña en El Mundo.


Río Bravo


No sé si pueden hacerse cargo de lo difícil y errático que resulta escribir cuando al vecino de arriba le ha dado por inaugurar, unilateralmente, una especie de minitrasvase vertical de aguas desde su baño al mío. Seguro que sí. Ojeo el mapa de la finca y me pierdo entre las tuberías privadas y comunes porque ambas huelen al mismo plomo y al mismo salitre y hasta parecen iguales, pero no lo son. Nos queda el refugio de las anécdotas, que para eso están, para establecer analogías y así ayudarnos un poco a todos a ponernos en el lugar de los otros. Menudo infierno. Quizá haya demasiados lugares que aún no hemos compartido o quizá sí, pero qué importa, de seguro que hemos estado muchas veces en situaciones similares y hemos sentido, casi de igual forma, el desasosiego inoportuno de las catástrofes. El agua siempre baja, salvo cuando sube y entonces uno no sabe dónde situarse. Si bajo la lluvia, en el ombligo del diluvio o en alguna orilla colateral –y política- de fuga. La sed es tan insaciable como pavoroso el naufragio. No se me vayan.

El que se ha ido soy yo. Ahora estoy en Valencia. Ayer presté mi ayuda al prestigioso historiador Justo Serna y al crítico literario José Vicente Peiró en la presentación valenciana de los últimos libros de Miguel Veyrat en las editoriales mallorquinas Calima y La Lucerna. Editar en Mallorca es como plantar cactus en el desierto. Lucen solitarias sus flores sedientas, pero su perfil cambia si las comparamos -tan cerca pero tan lejos- con los vergeles artificiales que, a base de subvenciones y dietas lingüísticas, lucen las editoriales del Gremi d´Editors, que son la línea oficial de flotación de la cultura –o así- en Baleares. No pienso quitarme la escafandra ni el traje de buzo.

Mientras tanto, en el Pacte de Govern –que más se asemeja a un collage- las aguas bajan revueltas. La diversa suerte electoral de sus miembros ha abierto las compuertas. Tantas, que a lo que más se parece este Govern es a una mala metáfora del Metro de Palma.

Etiquetas: , , ,

miércoles, abril 16

luke



Abril llega a Luke. Este mes ha florecido un poema a modo de anticipo de mi próximo libro: El Bálsamo de la Indiferencia.

Etiquetas: ,

martes, abril 15

dos agradecimientos

Uno, a Justo Serna por sus comentarios sobre un par de libros míos en sus Archivos.


Y Dos, a Alejandro Duque Amusco por el envío de su poemario Lírica Solar (Antología personal, 1983-2008), Editorial Omicron, Barcelona. Para botón, una muestra:


DESPOBLADO

Crece
la marejada negra
del olvido. Sus aguas
llevan del ayer
al nunca.

El nunca
es el lugar
más habitado.


A. Duque Amusco

Etiquetas:

lunes, abril 14


Etiquetas: ,

la vejez

La Telaraña en El Mundo.



Quizá porque sabemos, desde siempre, que al final nos aguarda una jugada magistral para la que no tendremos ninguna respuesta, la vida es como una larga partida de ajedrez. Las figuras corren sobre el tablero a cuadros sabiendo que un reloj inalcanzable cifra sus horas, las nuestras. Movemos pieza y detenemos el tiempo. En el espejismo de esas pausas nos hacemos viejos, le sacamos el brillo a los ojos y, así, al mundo. Es, pues, de agradecer que IB3 se haya convertido en una especie de estanque dorado de la tercera edad, en el reposo jubilar de la ancianidad, en el sucedáneo virtual de los viajes del IMSERSO. Martorell no quería audiencia pero la ha encontrado. Los mayores de 65 años adoran su canal y nosotros –que aún estamos en camino- nos alegramos muy mucho. Es un consuelo saber que nos aguarda el ocio definitivo, el festín crápula de la frivolidad, la manipulación y la indigencia cultural. Qué suerte.

Ahora, que hasta Scorsese rinde -en Shine a Light- su tributo a la decrepitud luciferina de Jagger, no podemos olvidar los méritos de llegar a viejo, de ensimismarse con el rumor lento de las articulaciones, de vestir ceremoniosamente el difícil traje de las propias arrugas. Convengamos en que llegar ahí es ya un prodigio y más, un milagro y un desafío a la gravedad y a la inercia, una danza en el silencio que precede –dicen- a la calma final. Quién sabe.

Los que huyen de la calma son los más jóvenes. Están en su derecho y si no ya lograrán los psicólogos de las alianzas por civilizar que así sea. Barbàra Galmés nos informa que el Instituto para la Convivencia y el Éxito Escolar –otro eufemismo asfixiante- ha registrado en dos meses dieciocho conflictos escolares: peleas, abusos, tal vez acosos. Y nos propone cambiar el nombre de las cosas. En vez de hablar de restablecer la disciplina nos dice de crear unidades de convivencia con mediadores escolares (sic) para poner paz donde escasee. Algo así como la misión en Kosovo de nuestros "Baleares II". Viva el diálogo.

Etiquetas:

sábado, abril 12

nota

No sabemos cómo ni cuándo ni dónde, pero sí que sucedió. Sucedió que alguna vez fuimos otros y que, desde entonces, padecemos el desasosiego de no ser quiénes somos.

Etiquetas: ,

viernes, abril 11

bolsa de pipas


En este número, el 69, va un poema -a modo de anticipo- de mi próximo libro El Bálsamo de la Indiferencia, Edit. Calima 2008.



***


La Telaraña en El Mundo.



A veces uno pasa la esponja húmeda sobre el cuerpo de la actualidad y se la encuentra repleta de material viscoso y repelente. Diseccionarlo es difícil y analizarlo más. Qué hacer con el sonrosado aspecto que se gasta Jordi Bayona desde que es algo así como ministro balear de exteriores, qué con la contratación –fraudulenta o no- de su compañera sentimental, qué con las encuestas de Delgado sobre la traición ideológica del catalanismo –una obviedad- sobre los mallorquines, qué con los rodeos de Cirer o las corbatas de José María Rodríguez, qué, en definitiva, con los atropellos en Spanair o con los viajes de Buils a un work-shop parisino. Todo junto me recuerda las 349 ideas sobre España que, como mínimo y al margen de la de Bono, sobrevolaron la fallida investidura de Zapatero. Estrujo la esponja mientras un chorro de agua oscura gira sobre sí misma y desaparece por el sumidero.

Otras noticias parecen no molestar a nadie y hasta pasar inadvertidas, como si de puntillas, cuando llevan más tacón y cola flamenca que flecos sueltos tiene el archivo del juez Barceló. Me refiero a los más de seiscientos mil euros que IB3 pagará a la UIB por la asesoría de doce de sus lingüistas –tiene más, pero doce ya valen- para estandarizar por completo el uso de la lengua en la televisión de Martorell. Estos doce profetas serán los encargados de velar por la pantomima de la lengua justa a su precio justo.

Suerte que nos quedan ganas de reírnos y que, además, nos lo ponen a huevo. Sebastià Serra –desde su precario IEB- convoca un premio sobre ciudadanos baleares en el mundo y nos recuerda que hay un ingeniero de la NASA que nació en Formentera. Dice que así quiere “subir la autoestima de los baleares”. Otra cosa podría subirnos. Claro que eso ya lo hace el venerable Biel Majoral cuando comenta que en las canciones republicanas “hay mucha libertad de expresión y con ellas pasamos revista incluso a los Borbones, hoy intocables". Otro que confunde la República con el Frente Popular.


Etiquetas: ,

lunes, abril 7

fotografías

La Telaraña en El Mundo.



La relación del Arte con las Artes es bastante incestuosa. El aserto no justifica, sin embargo, la enorme cantidad de artistas por metro cuadrado que se obstinan en exportar su verdad -o su visión de ella- como si fuera la nuestra. A veces no lo es. Así sucede con el montaje fotográfico del CIM en el erial marmóreo de la Plaza de España. Está bien rellenar el vacío, luchar contra su horror, aplacar su ansiedad –que no es suya, sino nuestra- y convertir el espacio en un espejo donde mirarse de refilón y con prisas. Está bien, pero no. La globalización no nos permite afrontar lo que nos es próximo como si fuera lejano. Ya no existen las distancias o lo que es igual, no existen los territorios. La miseria en Tierra Guajira, la guerra en Chechenia, la hambruna en Chiapas o la muerte en Afganistán suceden igual aquí que allá. La intemperie es ahora el lugar de todos. Por eso tengo el disco duro repleto de instantáneas mejores o peores, pero más feroces.

Otras fotos, sin embargo, sí consiguen atravesar la realidad. La soledad de Zapatero en plena Cumbre de la OTAN es un magnífico y radioactivo ejemplar. En esas alturas borrascosas se suele tender al corrillo, que es una modalidad civilizada de la puñalada trapera. Zapatero se sabe diferente y, por eso, se aleja de todo y todos. Se reconcentra en su diferencia, en todas las diferencias, y en su faz se dibuja el preludio místico y alucinado, la cábala orgiástica de alguna otra, nueva, novísima, ley de igualdad con la que asombrarnos en cuanto se tercie. Estaremos atentos.

Mientras tanto, un émulo de Warhol ha resucitado la maloliente pócima de Campbell para convocar el anual Acampallengua de Joves per la Llengua. En tiempos también hacíamos cosas raras que no merecen, ahora, ser comentadas. Peor es organizar el Seminario Nacional sobre Abandono Escolar Precoz y ver –en otra foto- que la mesa principal estuvo ocupada por Galmés y Calvo con la rectora Casas y sus investigadores psicosociales pontificando. Qué peligro tienen.

Etiquetas:

viernes, abril 4

los círculos

La Telaraña en El Mundo.




Nunca he creído en las virtudes terapéuticas del trabajo con vistas a la autorrealización personal. Ni en hombres ni en mujeres. El trabajo sólo sirve para ganarse –torpe método, desde luego- el dinero justo para seguir trabajando y así consumiendo de por vida. Puede que no sea poco y hasta que sea necesario o forme parte de un castigo antiguo que hay que cumplir. Igual la sociedad es un laberinto de círculos tan enloquecidos que no hace falta preguntárselo a Miquel Nadal ni al Círculo de Bellas Artes. Con todo, me gusta perderme en los callejones sin salida en pos del milagro de reencontrarme entre sus velados muros o más allá. Escribiendo estas líneas, por ejemplo. Pensarlas me aleja tanto de los emprendedores como del ardor de las feministas y quizá me destierre a un lugar de nadie que, aún así, me parece muy concurrido. Quejarse de soledad no es de recibo.

Por eso observo las revueltas ajenas con no poca fascinación. Mientras la Feria del Libro vive su parto de luces y sombras, con los libreros, los comerciantes y Cort a la gresca –que si el Borne, Sagrera, las Estaciones, la fila india o la doble fila- el conseller Moragues no tiene otra que echarse unas lágrimas por la vuelta de Baleares al Instituto Ramón Llull que ahora forman Cataluña y Andorra, es decir, medio mundo. ¿Y el IEB? Pues a lo suyo. A editar libros con Moll y a viajar a Bolonia.

Todo tiende a corromperse. Hasta el agua, que no sé si nace virgen e inocente, pero sí que forma remolinos y círculos y también identidades, nacionalidades y demás rastrojos hasta que llega, reumática, sucia y viscosa, al viejo mar, que es el morir en la quietud de la sal –esa efigie bíblica- después del tránsito, el burbujeo por los riscos y cascadas. Todo cae por su propio peso. No sé de quién es el agua ni de quién sus derechos. Igual la SGAE lo sabe. Sea como fuere, acabará en manos de los agraciados por el voluble spleen hidráulico de los políticos. A los demás nos quedará la Danza de la Lluvia. Tiene su encanto.

Etiquetas: