LA TELARAÑA: sin túnicas

viernes, enero 11

sin túnicas

La Telaraña en El Mundo.



Un gobierno que se dice de progreso es algo más que un gobierno. Es -o quisiera ser, lo intuimos- también un referente ético, un espejo moral, una avanzadilla filosófica, una estrella esplendente en los cielos, un faro en la tormenta, una guía para todos, un pastor –y un perro- para el rebaño y más aún, algo así como el celador vanguardista de las verdades eternas. Vale, lo confieso. No tengo ni la menor idea de lo que es un gobierno de progreso ni de lo que sería, en su caso, uno de retroceso, de circunvalación o de cercanías. Todos los gobiernos me parecen iguales, pero no lo son. ¿Son lo mismo las coces de Oleguer que los despejes de Casillas? Pues no.

Algunos síntomas los delatan. Traerse a “Earth, Wind & Fire” a precio de figuras de lujo no puede hacerlo cualquiera. Hay que tener mucha memoria, pero de la buena, de la histórica, para rescatarlos del olvido y osar airearlos. Cuánta polvareda. Otro ejemplo es el metro. No saber construirlo es tan grave como no saber arreglarlo, pero no es lo mismo. Hasta podrían haber utilizado su reconstrucción como baza electoral, pero ni eso. El Govern lleva meses mirándoselo sin creérselo del todo. Será que aquí nunca tuvimos un metro y las novatadas se pagan. Las pagaremos.

Otras cosas ya no intento entenderlas. Una televisión estatal apuntaba, días atrás, que no podía considerarse violencia de género pero sí violencia doméstica, el asesinato de un hombre homosexual a manos de su pareja, otro hombre. Así las cosas, parece deducirse que sólo el matrimonio heterosexual produce violencia de género. Es lo que pasa por crear conceptos ridículos al margen de la realidad; que a la realidad le cuesta encajarlos y hay que hacer malabarismos para no perder la compostura y caer en el ridículo. Es como rasgarse las vestiduras por los arañazos de un etarra al ser detenido por la guardia civil. Ya me las rasgué cuando el suicidio aquél de la Baader-Meinhof, en Alemania, 1977. Ahora ya no me quedan túnicas y ni falta que me hacen.

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4 Comments:

Blogger David Morán said...

La concepción del gobierno de progreso expuesta la asocio, primero, con un tipo de voluntad individual, el buen gobierno de uno mismo hacia otros, el progresista. Pero claro, se supone que al hablar de gobierno de progreso, a nivel institucional, deberíamos ver la suma de dichas voluntades multiplicando la fuerza e intensidad de sus preceptos. Sin embargo la realidad muestra todo lo contrario, es un nido de espíritus antagónicos a los valores éticos, morales, filosóficos, siendo fieles defensores sólo de las mentiras que los tienen en la sima del poder. Y su progreso se queda estancado en las primeras seis letras de esta palabra.

De ahí que, digo yo, apoyen a quienes se rasgan las vestiduras para evadir la responsabilidad de sus viles actos, y a quienes inventan y apoyan conceptos ridículos al margen de la realidad.

Saludos.

12 de enero de 2008, 3:16  
Blogger Juan Planas Bennásar said...

Pese a la distancia, veo que lees y dices con justas honduras:-))

Un abrazo, David

Juan

12 de enero de 2008, 16:52  
Blogger Johannes A. von Horrach said...

Grosske es un genio: tras admitir el error (o algo peor) de fichar a los Wind y noséquémás, se trae a los ELO, que idem de idem. para el año que viene fichará a Antonio Machín.

Lo único bueno de la revetla será que vienen los míticos Echo and the Bunnymen, de los que la prensa habla poco (imagino que porque ni saben quienes son). Le paso algún video, señor Planas:

http://es.youtube.com/watch?v=jQYbtADuDR0

http://es.youtube.com/watch?v=aX1PwkgwsG0

saludos

14 de enero de 2008, 1:58  
Blogger Juan Planas Bennásar said...

Los Wind y también ELO son grupos muy menores que uno recuerda, sí, pero sólo como eso, comparsas de un momento musical excepcional... Echo and the Bunnymen son ya del 80 y yo esa década, o con más precisión el periodo comprendido a partir del 84 y hasta el 95, la borré de mi memoria:-)

Saludos, H.

Juan

14 de enero de 2008, 10:19  

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