LA TELARAÑA: noviembre 2007

viernes, noviembre 30

los ángeles

La Telaraña en El Mundo.


No sé si la vida, la política o el arte acabarán circunscritos a las avenidas virtuales de Second Life, You Tube o Facebook. Paseo por esos lugares igual que por los escaparates urbanos. Siempre se encuentran sorpresas, como la de los autores baleares de cómic, José Oliver y Bartolo Torres, desplegando en Madrid la reedición de El Joven Lovecraft o la de Antonio Rigo resucitando el Bar Moka -no sé si por venganza, cariño o ambas cosas- en su poemario Pan con aceite y otros poemas. La cultura sobrevive a la decrepitud de las estrategias. Sobrevive al CIM y a su plan estratégico de cultura –así lo llaman- del que extraigo una inocente muestra. La Asociación de Editores de las Islas recibe una subvención de dieciocho mil euros frente a los trescientos cincuenta mil que obtiene, seguro que por aclamación popular, el Gremi d´Editors. No les aclararé cuáles editan, de sólito, en castellano y cuáles en catalán. No hace falta.

Podríamos darnos una vuelta, ahora, por los signos de identidad que nuestros políticos van almacenando, como moscas atrapadas, en las pringosas alacenas de las hemerotecas. Podríamos, pero el buen gusto y la prevención de las náuseas nos obligan al reduccionismo. Si UM representa, sin titubeos, el vacío ideológico del absolutismo pragmático, otros partidos, con más pedigrí, no logran saber cómo quitarse de encima la polilla de sus respectivos corsés ideológicos. Si lo primero es horrible, lo segundo es patético.

Leo que los personajes más conocidos y valorados en las islas son Buenafuente, Serrat y Gasol. Después viene Tricicle y su manual de cómo reírnos más allá del lenguaje, con los gestos, con el cuerpo, con la mirada repleta de alaridos silenciosos. Es un buen síntoma. Yo, por mi parte, me quedo con Joan Pla y sus aéreos y amigables Angelots, que cumplen treinta años, precisamente ahora, cuando de casi todo lo memorable y significativo de la vida ya empieza a hacer treinta años. Cómo pasa el tiempo. Pasa, pero vuelve. Siempre vuelve.

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miércoles, noviembre 28

mañana es jueves, Último Jueves del mes

Nos lo cuenta el propio Antonio Rigo.

Querida gente, aquí El Último Jueves para este mes:

La hoja ocre de noviembre nos viste de cierta melancolía y de una ingravidez parecida al suspiro, la luna de noviembre es un suspiro. No hay agua más quieta, más fría ni más blanca que la del rocío de una mañana de noviembre. Todo eso para decir que noviembre, pese a ser el mes más cruel, también es un mes absolutamente poético. En El Último Jueves vamos a meter todas las voces en una fiesta abierta, plural y libre. Lectura, pues, donde volverán los versos altos de Ansorena, las voces de Car, Jorge y Tano, las risas libertarias con Salvador... También contaremos con Tomeu Ripoll y Pere Martorell que nos leerán algo de su obra. Abel estará por ahí rapeando y entre todo ello la presentación del nuevo libro de Antonio Rigo, editado en Calima, "Pan con Aceite y Otros Poemas". Encargándose de dicha presentación contaremos con Ramon Aguiló y Tomás Graves. Venid a brindar con nosotros. Todo ello será el próximo jueves día 29 a las 20:30 horas en Literanta. Los libros, el bar y nuestro corazón permanecerán abiertos toda la velada.

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lunes, noviembre 26

la censura

La Telaraña en El Mundo.



No es fácil vivir, hablar y hasta comprar en catalán. Yo lo intento lo que puedo –no les explico cuánto porque el pudor me vence- pero no escapo de ser un paria en tierra de promisión, un extranjero errático, un ser impuro y nómada entre tanto ungido por el resplandor caprichoso, selecto, de los dioses. Sé que la enfermedad y el remedio van siempre de la mano y que, al parecer, cuando la enfermedad es el nacionalismo, el único remedio es la censura, el totalitarismo, la segregación y finalmente el destierro.

En Internet la noticia es el intento de cierre –ya consumado con éxito parcial- de una decena de páginas webs con contenido crítico hacia el nacionalismo catalán. Pensábamos que estas cosas sólo pasaban en la China, pero no. Pasan en España. Aquí al lado. En casa propia. Conviene, pues, buscarle los orígenes por ver dónde colocamos el matarratas. Los encontramos en el 2005 cuando la Generalitat apoyó, con sus buenos dineros, la prejuiciosa campaña de Omnium Cultural –algo así como la OCB pero a lo bestia- en favor de los productos etiquetados en catalán. No hay nada como comprar y ahorrar y especular en una lengua para acabar comprendiendo lo que significa “vivirla”. Nos queda el dudoso consuelo de poder morirnos, al menos, en castellano. Esa es la larga tradición de escribir -o incluso pensar- en España: quedarse a solas, llorar, dormir, tal vez morir, ya saben. Así lo harán la mayoría de jóvenes mallorquines que aun sabiendo la lengua ¿propia? no la utilizan porque no les da la gana. Se irán al infierno, pero sin quejarse. Estaban avisados.

La otra noticia es la resurrección del fútbol en IB3. Antoni Martorell despreciaba la audiencia y, en efecto, no la tenía, pero desde UM le han urgido a buscar fieles donde pueda haberlos. Y dónde mejor que en las imágenes de La Sexta trituradas por el filtro lingüístico de los narradores locales. De las cuentas se sabe poco, pero no importa. Vale con que el fútbol se juegue en catalán. O con los pies, qué sé yo.

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domingo, noviembre 25

La Casa del Poeta


Una antología excepcional -108 poetas rebuscándose en el laberinto literario de sus propias casas- que se presentará en Palma el Viernes 7 de diciembre en la librería Literanta a las 20 horas.

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viernes, noviembre 23

redskins

La Telaraña en El Mundo (hoy lo pongo en pdf, para variar).



En Madrid me hablaron de los “redskins” -como también de las maniobras de los abertzales culturales de izquierda extrema boicoteando el funcionamiento de algunas instituciones, como el místico Ateneo madrileño, por ejemplo- y en Barcelona, el domingo pasado, tuve la dudosa fortuna de verlos en acción. Imposible distinguirlos de los “skinheads” de siempre. Su uniformidad paramilitar es la misma y pese a variar algunos de sus símbolos -banderas estelades o republicanas en vez de las franquistas, hoces y martillos sobre un fondo rojo de sangre en vez de cruces gamadas- no cambia, para nada, su olor rancio a muerte.

Ya dijo Oriana Fallaci que “hay dos clases de fascistas, los fascistas y los antifascistas”. No sé dónde colocarla a ella, pero ese no es el tema. La violencia se desborda como un tornado en pleno cambio climático y nos deja perplejos sobre hacia dónde se dirige el ser humano. Será que no saben, ni unos ni otros, que no nos dirigimos a parte alguna. Sólo ello explicaría tanta necedad revuelta, resquemor desplegado, conocimiento cero.

La noticia, no obstante, es que el gobierno balear haya hecho, al fin, algo, aunque sólo sea adoptar el punto cat para sus webs. Es la manera más efectiva de aislarse en internet, de alejarse de la dinámica de los grandes buscadores. Si quieren soledad la tendrán y si quieren pertenecer a un clan menor, también. Pero no dramaticemos, sino al contrario, celebremos que los miembros desmembrados del Govern hayan encontrado, aleluya, en el punto cat su lugar único de catarsis, de catecismo, de catalanidad, de catadura común, de catequesis, de catamarán y al abordaje, de catalepsia, de catálisis, de cataplasma para los sentidos, de catana contra la inteligencia, de catarata verbal y catering, de caterva reunida, de catadores de catalinas, de cataclismo a la vista, de catalejo hacia las catacumbas y si hay suerte, al catre, al catafalco, a la asfixia censora de Catón. Me voy, pues, con mi catarro y catilinaria a otra parte.

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lunes, noviembre 19

de dos en dos

La Telaraña en El Mundo.




Las relaciones humanas resultan complejas sin que uno entienda muy bien por qué. La otra noche alguien se me mostraba más que convencido, exultante, de que pueden entresacarse pequeños oasis de música, que es como decir de Mozart, en las extensísimas obras de Wagner. Pero igual no decía eso, sino lo contrario, que quizá había Wagner en Mozart o más aún, que podía rastrearse a Vicente Aleixandre en Valente, a González o Antich en Zapatero e incluso a Aznar en Pepe Blanco.

Es posible que la hipótesis sea cierta y podamos sin demasiado sacrilegio encontrar un poco de algo en todo y de todo en algo. Lo digo así, como en abstracto y con la pluma sin afilar –y encima me pregunto, por ejemplo, que habrá de Boris Izaguirre en Mari Pau Janer, que me da que algo hay o ha de haberlo, pero no sé qué– porque a ciertas alturas de la noche ni mi oído ni mi memoria son del todo confiables. Ni falta que me hace.

Dudo que un simple malentendido pueda echar por la borda años de esfuerzo compartido. Las cosas nunca son, por completo, lo que parecen, y prefiero balancearme en la incertidumbre que atascarme en un solo verso y pasarme las horas en una mansión vacía como le pasó, me dicen, a Gamoneda. Las cosas no son como son y punto, sino como son y puntos suspensivos… Por eso me entusiasma que el Gobierno balear decida abrevarnos al voluntariado lingüístico. Se trata de importar de Cataluña la formación de parejas lingüísticas. El asunto va de que una de las partes le amargue o edulcore la vida a la otra hablándole siempre en catalán, para que lo aprenda y si se tercia le agarre hasta el acento y que luego, a las bravas, sea lo que Dios quiera. Ya no saben qué inventar para ligar. O sí. Pero ya puestos, al actual precio –subvencionado– de un parlante en catalán nos saldría mucho más económico agenciarnos un sinnúmero de chinos y chinas ilustrados e ilustradas, como diría Ibarretxe al trote dual de sus vascos y vascas. Hay más y no tienen tantos pelos en la lengua. Creo.

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domingo, noviembre 18

luke

Ya es Noviembre en Luke. Esta vez mis apuntes van en verso.

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viernes, noviembre 16

en el ateneo con Miguel Veyrat, Inma Chacón y Alejandro Sanz


Nótulas sobre Miguel Veyrat


Juan Planas Bennásar


Al principio fue Javier Jover, quién me habló maravillas de un poeta valenciano llamado Veyrat y me facilitó la lectura primera de varios de sus libros; después fue Google –el gran ojo en la red- el que le chivó a Miguel algunos de mis comentarios sobre sus letras, escritos en la presunta soledad silenciosa de mi weblog. Después fue Veyrat que se puso en contacto conmigo y fui, también, yo, correspondiendo asombrado al generoso e inesperado intercambio de ideas, proyectos e incluso circunstancias biográficas comunes, que acabó cuajando entre nosotros. No tardó demasiado en aparecer José Luis Reina, el esforzado editor de la Lucerna y al fin la publicación de este libro que ahora está sobre la mesa. Es obvio que he ido enumerando, uno a uno y sin desmayo, a todos los culpables sucesivos que acaso puedan explicar -pero no del todo- qué hace un auténtico desconocido como yo presentando el libro –prólogo o proemio incluido- de un poeta con una trayectoria tan consciente, pasional, estructurada y admirable como Miguel Veyrat.

En algún sitio dejé escrito: “El espectador da sentido al espectáculo”. Pero como sería del todo punto injusto echarles finalmente las culpas a todos ustedes, apostaré porque mi extraña presencia aquí, esta noche, obedece a que la humilde hermandad entre buscadores a tientas de brotes fértiles –esa es, al menos, la intención- le interesa más a Miguel Veyrat que el frívolo intercambio de dones y palabras superfluas… Así sea.

Debo pues agradeceros a todos vuestra presencia y atender al sentido figurado que, como espectadores, nos otorgáis. Esta situación siempre me provoca nostalgia. Me recuerda que provengo de un exilio. Que nací en un lugar, tal vez paradisíaco, Mallorca, que con el paso del tiempo se ha convertido en un lamentable asilo de estrictos funcionarios / comisarios de una lengua y un nacionalismo que por no ser no es, ni tan siquiera, mallorquín. Será por eso, supongo, que todavía creo en el milagro de encontrar un lugar, incluso un lugar tan magnífico como éste, donde ser escuchado.

La vida se resume en instantes prestados que hacemos nuestros aún sabiendo que no lo son, que son de todos y de nadie, igual que cada de uno nosotros es también el otro, el desconocido, el extranjero, el que habita nuestra idea del mundo por nosotros y nos lo reprocha cuando no estamos a su altura. O a la nuestra. Ese previsible fracaso sucede a menudo y se repite también con las palabras, con sus significados, con la música a veces lenta, a veces vertiginosa, de sus llamas. Pero les seré sincero. El fracaso no duele porque ya casi nada puede dolernos. Defraudar es sólo un privilegio de los dioses. ¿Qué Dios osaría tomar por lema: Defraudo? La literatura es ese dios, afirmaba Roland Barthes.

Con todo, caprichos o ironías del destino, lo cierto es que siempre me he sentido extranjero y feliz, curioso y privilegiado, allá donde la vida me va llevando… Será que me importa más el hecho del viaje en sí que sus múltiples y posibles destinos. “No feliz viaje, sino adelante viajeros” –creo que la cita es de Eliot parafraseando el Baghavad-Ghita. La marca del exilio no anula, pues, sino alimenta, nuestra decidida fe en la patria múltiple del conocimiento a través del lenguaje.

No sé ustedes, pero yo tengo muchos problemas con el lenguaje. Son los mismos que tengo con la realidad, esa interpretación constante, esa traducción forzosa. Para ilustrar cómo el poema despliega sus metáforas entre el lenguaje común y la realidad -que está ahí, aquí, para ser nombrada porque necesita, con urgencia, nombres- nada mejor que una frase extraída del libro de Cornelius Castoriadis, Figuras de lo pensable. “Hay que examinar las entrañas de la realidad para ver si son del gusto de los dioses”

Así abrí yo El Incendiario de Miguel Veyrat para comprobar si todo estaba conforme. Lo estaba. Dice Miguel:

Como un dios / en la sombra/ al acecho/ está mi voz. Y en otro lugar:
Y preñada/ la muerte/ estalla. Y más aún:
Son de humo los días/ hasta que el incendio/ de la tarde llega.

Podemos así –a dosis breves y certeras, incontables- auscultar el latir del conocimiento. Prometeo robó a los dioses su fuego para enseñarnos a los hombres que somos mortales. Esa no es poca enseñanza, porque nos informó también del único remedio: Nos dio la posibilidad de protagonizar la más honda de las paradojas, nos mostró la eficacia de las esperanzas ciegas, pero no ilusorias ni irreales ni vacías de sentido (vuelvo otra vez a Eliot) porque esas expectativas son, en definitiva, las que nos impulsan a construir nuestra propia vida como si fuera una obra de arte. ¿Qué otra cosa merecería ser?¿Qué menos debería ser?

Podría ahora leer el prólogo o proemio que escribí para Veyrat y su Incendiario, pero conviene ser breve y además hay cosas escritas para ser leídas en la intimidad y no para ser declamadas en público. Espero, en fin, porque de eso también se trata, que compren el libro y que lo lean y lo disfruten.

Acabo con una última evidencia. Veyrat sabe que “El acto de escribir es el único posible, el único que no contradice nuestra identidad”. El Incendiario es una metódica y embriagante aproximación a una realidad que tiembla como una llama y arde y nos consume como ardía sin combustión la higuera bíblica, como arden, conjunta y simultáneamente, la una en el otro y viceversa, la palabra y el mundo. Gracias.

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el esperpento

La Telaraña en El Mundo.


Hay días en que a uno se le aparece Valle-Inclán y empieza a deambular entre Luces de Bohemia y Tirano Banderas sin saber a qué esperpento encomendarse. Días absurdos que bajan cargados de fiebre y delirios. Días que pasan rápidos, como cometas volando entre las horas en los aeropuertos y las frases en los diarios. Apunto una que tiene muy poco que ver con el azar: «La identidad se construye hoy con marcas comerciales». No, no es de ningún arrepentido de Unió Mallorquina tras un arrebato de lucidez o locura suicida. No. Se trata de una opinión del filósofo Gilles Lipovetsky que no necesita ni ser demostrada.

«La lengua no sólo es un instrumento de comunicación, sino también de creación, y una lengua como la nuestra se merece unos grandes premios». Lo dijo Rosa Barceló en la presentación propagandística de los Premis Mallorca y yo corrí, enseguida, a la web del Consell Insular a verle la lengua a esta buena mujer. Omitiré mis conclusiones. Lo innegable, en cualquier caso, es que la página del CIM ha mejorado bastante. Ya no nos recibe, a modo de felpudo multiuso, la hierática efigie de una Maria Antònia Munar eternamente joven -será por esos pactos con el diablo, con todos los diablos- sino la sonrisa lozana de Francina Armengol. La sección con más lectores es la denominada subvenciones. Hay muchas, aunque algunas no las entiendo y otras las entiendo demasiado. ¿Se trata de corregir el mercado o de manipularlo? Es lo que tiene vivir en un mundo inventado por otros. Que cuesta creérselo.

Ayer, dos editoriales mallorquinas -Calima Ediciones y La Lucerna- consiguieron llenar de público y, más aún, de literatura el Ateneo de Madrid. Se presentaban tres libros de Miguel Veyrat. Me tocó recordar a los presentes -con placer amargo, es decir consternado- la triste evidencia de una Mallorca convertida en asilo de estrictos funcionarios/comisarios de una lengua y un nacionalismo que por no ser no es, ni tan siquiera, mallorquín. Es otra cosa. Un esperpento.

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lunes, noviembre 12

persépolis

La Telaraña en El Mundo.


Mientras la tecnología o el arte están empezando a dejar atrás hasta la ilusión de las tres dimensiones e incluso le andan rondando el rabillo a la cuarta dimensión –por aquello de imitar a la realidad y convertirnos, al fin, en auténticos hologramas- películas como Persépolis nos reconcilian con la historia narrada en las dos únicas dimensiones –el tiempo y el espacio en la memoria- que son capaces de albergar el espectro de los sentimientos. Digo espectro, porque la dibujante iraní Marjane Satrapi nos ofrece un sombrío recorrido en el blanco y negro –simplificación más efectista que didáctica- de su memoria personal intentando convertirla en memoria histórica. Lo hace mejor que Zapatero y su pléyade victimista. Lo hace mejor que la OCB y su sumario de las 141 disposiciones legales que oficializan -¡todavía!- el castellano en detrimento del catalán. Lo hace mejor que UM celebrando el fasto de unas bodas de plata que sólo simbolizan la entronización del despilfarro y el todo sea por la pasta, empezando por la patria -¿cuál patria?- y continuando con sus futuros mártires. Bartomeu Vicens, por ejemplo.

El intento de Satrapi tiene sus riesgos, porque harían falta demasiadas historias subjetivas para aproximarse a una verdad que nunca es la media aritmética o geométrica de sus partes sino otra cosa, algo indemostrable y huérfano de palabras. Sobrevivir a los sucesivos regímenes opresores –desde el Sha hasta el integrismo musulmán- no tiene más mérito que haberlo hecho al franquismo, al aislamiento cultural y a las muy diversas dictaduras que la estupidez –o el nacionalismo- nos tiene, de seguro, reservadas. En la película, como en la vida, Marx y Dios están de acuerdo: la lucha continúa.

Y el humor, también. Menos mal. Acabo de revisitar las fotos del libro “Photoclima”. Greenpeace redibuja España. ¿Qué podría decirles? Si hay suerte el pequeño chalet que construyera mi padre acabará en primerísima línea de mar. Voy, de inmediato, a avisar a la inmobiliaria.

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viernes, noviembre 9

ingravidez

La Telaraña en El Mundo.



Fragmentar la cultura es sólo indigencia. Hablo con Inés Matute –novelista mallorquina nacida en Bilbao- o con Antonio Rigo –poeta de aeropuertos y jueves líricos- y siento sana envidia del apoyo editorial que reciben ¡desde Canarias! A veces el mundo se ramifica como un árbol. Otro día les cuento los esfuerzos de algunas editoriales mallorquinas para sobrevivir a la segregación lingüística. Una odisea.

Separarse de la realidad es tan fácil como desgajarse de ella. Unos acaban revolcándose en los salones aristocráticos del poder –allí la marginalidad pretende ser sinónimo de inconformismo y lo es, también, de decrepitud intelectual- y otros durmiendo al raso del Pasaje Antoni Torrandell, por citar un lugar céntrico donde, desde hace años y sin remedio municipal, la noche se convierte en terca reunión de carrilanos, sin más esperanza que alcanzar el alba y vencer la rutina. A unos y otros les iguala la indiferencia –sea por exceso o por defecto- ante los debates políticos sobre el estado –más gaseoso que sólido- de una nación que nadie conoce. ¿Cómo sentirse próximos a un colectivo de malversadores de palabras? ¿Cómo entenderle a Antich o a Estaràs su daltonismo verbal? ¿Cómo al Bloc su apego a los salones del lujo, si recién han salido de las aceras húmedas y las esquinas en penumbra y ya las han olvidado por completo? El paraíso es sólo un soborno pero su precio es siempre un exceso. Al menos si, como es de ley, lo pagan otros.

Las islas son un lugar de paso, que es como decir que son un lugar de encuentros, aunque sean efímeros e interesados. A Douglas, Schiffer, Nadal o Kournikova les ha llegado el relevo de Paco de Lucía, como nuevo icono de la realidad balear. Dado su actual parecido con David Carradine -el Pequeño Saltamontes- creo que nuestro simpático gobierno ha acertado. Nadie mejor que el autor de “Entre dos aguas” para simbolizar, sin palabra alguna, ni en catalán ni en castellano, el extraño lugar en que vivimos. La ingravidez más pura y dura.

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lunes, noviembre 5

Aviso: Nuevos libros de Miguel Veyrat

TRES LIBROS DE MIGUEL VEYRAT
EN EL ATENEO DE MADRID

Sala de Conferencias
19. 30 del 15 de Noviembre de 2007

Abrirá el acto José Luis Abellán, presidente del Ateneo, presentando Fronteras de lo real, escritos sobre poesía (Calima Ediciones, colección Territorios)

La reedición de Elogio del Incendiario, revisada con el título de El Incendiario (La Lucerna Poesía), será presentada por el poeta Juan Planas Bennásar.

La poeta y novelista Inma Chacón presentará la colección de poesía en ocho libros, Instrucciones para amanecer (Calima Poesía)

Cerrará los trabajos el autor con una lectura de poemas inéditos y la apertura de un coloquio acerca de los significados de la poesía en la Tradición inmersa en un mundo global.

*Miguel Veyrat, Calima Ediciones, La Lucerna y el Ateneo de Madrid tienen el honor de invitarle a esta celebración.

el alien

La Telaraña en El Mundo.



En 1964 el humorista Lenny Bruce llegó a decir cien palabras obscenas en una sala repleta de policías camuflados. Nosotros supimos de él una década más tarde, encarnado por Dustin Hoffman en el magnífico blanco y negro de la película de Bob Fosse, que ahora no sé si era en blanco y negro pero así la recuerdo. La memoria suele estar repleta de lugares en blanco y negro a los que volvemos sin darnos cuenta. Lenny repetía, frenéticamente, la palabra «negro, negro, negro» y a cada latigazo la audiencia iba cambiando su inicial incomodidad –ante lo que en la América profunda era un insulto racista- por una sonrisa cómplice, primero, y una abierta carcajada, después, cuando tras tantas repeticiones todo perdía su sentido lógico y se convertía en un estribillo hilarante. Ahora me entero de que Fernando Alonso se ha desvinculado de McLaren. Creo que la buena noticia no tiene por qué ocultar lo bien que lo hemos pasado este año despotricando contra el blanquito Ron Dennis, el negrito Hamilton y su telegénico papito. Esto no es racismo. Es humor. Y, sobre todo, catarsis.

El último chiste lo firma Aina Calvo. La alcaldesa de Palma –que ERC quiere que se llame Palma y no Palma de Mallorca, al menos hasta que se les ocurra llamarla Ciutat y tengamos que acusarles de bárbaros- ha dicho, acerca de los Presupuestos para 2008, que «son un reparto de cuotas entre los socios de un gobierno cohesionado y sólido». Aquí todo se reparte para entre las partes hacer, finalmente, dejación del todo. De momento nadie parece preocuparse de cuándo y cómo arreglar el metro. Igual no es prioritario o es que prefieren mantenerlo en ruinas como recuerdo de la legislatura pasada. Todo es posible.

Mucho más fácil es responder a la pregunta de Román Piña en su nuevo blog, Archipiélago Gulash. ¿Es guapa Mari Pau Janer? La mejor respuesta la da un comentarista anónimo: «MariPau me recuerda a un Predator cuando sonríe. Hay algo de bestia intergaláctica y devora hombres en esa sonrisa». Pues sí.

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viernes, noviembre 2

el extranjero

La Telaraña en El Mundo.


Ayer el cementerio de Palma se llenó de flores muertas. Su belleza nos extraña pero no debiera. No hacemos sino repetir los antiguos rituales de la renovación. Ahuyentar el miedo a la propia muerte adornando, con sentida conmoción, la ajena. Nada que ver con las fosas de la Ley de la Memoria Histórica, pero todo a su tiempo. En plena época de superpoblación –viva y muerta- el Govern parece apostar por construir hacia la vertical fálica de los cielos. Queden, pues, en la tierra, los nichos. Ojalá florezcan –aunque el cielo pueda esperar- sin que sea en pleno Halloween.

No hace falta recordarles el final de la Torre de Babel, aun en aquellos tiempos sin mandarines faraónicos como Nouvel o Calatrava, para echarse a temblar. O sí, porque la actual Babel se ha desplazado -como por milagro o simple asociación de ideas- al propio Parlamento Balear. Es lo que cabía esperar de una entelequia presidida por María Antonia Munar. Sólo ella es capaz de permitir que Tomeu Martí deje oír, impunemente, su voz gruesa. La suya y la de la OCB. No les bastan las pingües ayudas de Carod-Rovira. También quieren –o eso creo haberles entendido- algo así como doce millones de euros indígenas. Curiosa hipoteca que pagaríamos al módico precio de un único euro mensual por cabeza, que no sé si por cerebro. Pues que se olviden de mi euro. Lo tengo que dedicar, urgentemente, a aprender inglés. Ya tardo.

No basta con sentirse extranjero en estas islas. Ni con pregonarlo. Hay que ir más allá y pasar de la teoría a la praxis. Así la otra noche me sumergí en uno de esos espectáculos con cena incluida. De las viandas no diré nada, salvo que asemejaban un nocturno desayuno británico a base de beans y salchichas. Una delicia. De los acróbatas brincando tampoco. Me queda el ininteligible guión del que, sin embargo, no puedo quejarme, porque no hay nada más hermoso que una declamación inglesa con genuino acento cockney. Ser extranjero en Mallorca es un chollo. Creo que nunca dejaré de serlo.

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