LA TELARAÑA: octubre 2007

lunes, octubre 29

hipocresía

La Telaraña en El Mundo.



El lenguaje no es inocente. Por eso los políticos –cuando la realidad se les resiste- acuden a los eufemismos. A Antich le salió la veta neolingüística al comparar las inversiones en infraestructuras “duras” -el metro y las autopistas- con las “silenciosas”, que serán las suyas, la educación, la salud… Lo tiene fácil. Qué mejor que dejarle a UM el polvo de las grúas y el lodo de las recalificaciones. Son expertos. Y sobre la educación, qué mejor que rendírsela al Bloc, rama lingüística PSM o ERC. También son expertos. ¿Qué le queda, entonces, para sacar pecho? ¿Son Espases? No lo dijo, pero resulta obvio.

Cambiemos de tercio. A Sergi Xavier, que ese es su nombre, aquí y en China, aunque ahora el Lobby le llame Sergio Javier, la televisiva repetición –no sé si morbosa o educativa- de su agresión a una ecuatoriana en un tren de Barcelona -ya es raro que funcionara el tren- le va a cambiar la vida. Su ascenso entre las tribus urbanas será de ver, si sabe organizarse y conceder alguna exclusiva para explicarnos, nen, cómo se compagina una conversación por el móvil y un apaleamiento. No es igual ser un descerebrado anónimo que serlo con el pedigrí execrable de la violencia racista. Pero no somos jueces sino testigos. Este chico precisa un curso urgente, completo y doble de Educación para la Ciudadanía. Así aprenderá que no se puede pegar a la gente ni, sobre todo, llamarla “inmigrante de mierda”. Son muy finos los actuales velos de la ortodoxia política. Ah, la hipocresía.

Días atrás, cerca de San Miguel, un marroquí me pidió un pitillo. Se lo negué y seguí mi camino, algo más que sonrojado por el alud de insultos que, en árabe, me lanzaba. Ya no resulta fácil pillarme en el renuncio de hacerle frente a cualquiera por tan sólo unos insultos. La edad aconseja cierta prudencia con el físico pero también con la reputación. ¿Imaginan qué calificativo me pondrían algunos por agredir, aun en el caso que les relato, al simpático fumador? Mejor ni pensarlo.

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viernes, octubre 26

mercaderes



La Telaraña en El Mundo.



Tal vez vivamos, sin saberlo del todo, en un concurrido mercadillo, un ajetreado ir y venir de proyectos e ilusiones que acaban, siempre, convirtiéndose en un efímero catálogo de éxitos y fracasos. Un bárbaro museo tribal de vanidades que exhibimos como si nos fuera la vida en ello. Quizá nos vaya, en efecto, y la vida sea sólo eso, y entonces no importa que nos sobren argumentos contra esa singular exhibición, por muy ególatra o patética, que nos parezca. El mundo es patrimonio y campo de batalla de quienes quieren vender algo y, desde luego, saben cómo hacerlo.

Pero las apariencias son sólo apariencias y pasan tan rápidas que apenas hay tiempo de testificar a su favor o en su contra. Nos queda, eso sí, la posibilidad de aferrarnos al presunto balance de la realidad como si fuera un extracto bancario. La usura y sus leyes. No, hoy no hablaré de UM. Dejo su furor recalificativo para otro día. George Steiner lo dijo en Barcelona: «El dinero se ha convertido en la droga del olvido». Hablaba de Europa y, por lo tanto, de nosotros. Seguro que por sus palabras no cobró lo que Al Gore por gesticular ante la pantalla plana de su verdad incómoda, ese negocio tan catastrófico como lucrativo, tan ávido de negacionistas como de fieles. Lo importante es la controversia.

Por eso ha desembarcado en Palma la campaña de la ACPV a favor de la recepción de TV3 en Valencia. Como era lógico ha encontrado el apoyo incondicional de la UIB, el Bloc, el Lobby -o hobby- per la Independència, la OCB, el presidente del Círculo de Economía de Mallorca, Alexandre Forcades, y hasta del prior de Lluc. Pasmosa cofradía a la que me sumo -sin olvidar su mezquina tendenciosidad política- porque hace ya tiempo que recibo, por Internet, todos los canales habidos y por haber y no concibo la creación artificial de zonas de sombra. Ahora sólo falta ser capaces de reinterpretar tanta información barnizada. No es fácil. Pensar no es un proceso automático sino un esfuerzo que, a veces, hasta duele.

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jueves, octubre 25

A veces sueño frases

He pasado unos días entre dermatólogos y cirujanos. Todo ha ido bien, me dicen. Y yo me lo creo, me lo creo, me lo creo.

También le dediqué mi tiempo a un nuevo libro, de verso largo, larguísimo. Os dejo un trozo:


A veces sueño frases absurdas. Quiero pensar que son fragmentos
de otras que dije o igual no, pero debí de decirlas. A veces callamos
porque no nos da tiempo a separar unas imágenes de otras
y todas a la vez nos abruman y confunden. No es fácil
separar las raíces subterráneas de las magnolias, por ejemplo,
del temblor ante unas manos abiertas. Mi hermano huye
de los médicos porque la enfermedad le espanta. Yo, a diario,
visito todas las consultas de la ciudad por idéntico motivo. El miedo
tiene efectos inverosímiles. ¡Qué miedo el azul del cielo! ¡Negro!
decía Juan Ramón mientras buscaba una mansión con vistas
a todos los hospitales del universo. Yo tengo miedo ahora
a esas frases absurdas que sueño, miedo si las dije o pavor
si las dejé enterradas en el silencio y ahora despiertan
y me agarran, nocturnas, para exigirme su presencia entre las ubres
agonizantes de estas páginas. Yo tengo miedo ahora
a ese sin decir que acumulamos porque no sabemos cuánto
de inacabado nos pertenece y cuánto, en realidad, nos sobra.
La precisión es siempre una verdad a medias, una fractura
de los sentidos, una brecha que presentimos irreparable
cuando una simple gota de sangre nos recorre la espalda
y ni siquiera recordamos el lugar exacto, el origen de la herida.

Juan Planas Bennásar. Inédito.


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un poema

El paraíso es sólo un soborno
y su precio un exceso.

[ Dicen que por una promesa de amor
corrió la sangre por las callejuelas
de Albac, y el traje de Elizabeth,
tras la noche de bodas,
nunca volvió a ser blanco
pero el vecindario respiró tranquilo
]

Deseó emigrar al Sur y lo hizo
sabiendo que sus uñas
olvidarían fácilmente
las veteadas paredes de la mina.

Ahora la rodea el lujo inútil
de un teléfono negro
y unas luciérnagas intermitentes

El señor no está en casa. En realidad
la casa está sitiada por espectros


y le asusta que el sol alumbre
con usura, y que las salvillas
pesen como si fueran losas
inamovibles, con relieves sórdidos
que ilustran una guerra antigua
repleta de cadenas y brillantes
antorchas.

[ Emir la obsequió con unos encajes
de almíbar y le habló del poder ilimitado
de la belleza. Le habló de unas piedras
que almacenaban las águilas en sus nidos
y de unos ojos que siempre la admirarían.

Ella se sintió entonces liviana
y así decidió qué era la felicidad
]


Juan Planas Bennásar
Poema de Alrededores o la Mansión de las Luciérnagas. Calima 2006.

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lunes, octubre 22

el discípulo

La Telaraña en El Mundo.



Antoni Martorell tiene un ventilador y, además, está dispuesto a ponerlo en marcha. Igual es que se ha cansado de la escoba triguera con la que acostumbraba a convertir alfombras -se supone que persas- en auténticas cordilleras de estulticia y escombros. Hay que ver cómo crecen esas montañas de vértigo pituitario al mismo ritmo que decrece una audiencia que, a estas alturas, es lo que menos importa. Eso dice y le entendemos. IB3 es sólo el pretexto para manejar unos buenos euros y no pocas influencias, para proseguir dividiendo a los fieles de los infieles y acabar, llegado el caso, con una Unió Mallorquina plenamente instalada en la cumbre -borrascosa y asfixiante como la nube más alta- del escalafón social, ese lugar de privilegio donde sólo anidan las águilas y descansan, quizá, los faraones. Regresa el viejo truco de la pirámide, la insana estructura piramidal rediviva. Cuesta criticarlos sin sentirse incómodos. ¿Cómo aceptar que nos están engañando como a ilusos sin pasar por serlo? El PP ya conoce la respuesta. Pronto la conocerán sus actuales socios de gobierno.

Además del ventilador y la escoba, Martorell tiene una maestra llamada Maria Antònia Munar. No discutiremos aquí si el discípulo supera o no -¿en altruismo, juventud, modales?- a la insuperable madre de todas las presidencias. No es el lugar ni lo tenemos muy claro. Munar ha sabido rodearse de tantos estómagos agradecidos que los que estamos en ayunas parecemos monjes budistas en Birmania. Igual nos convendría un rapado de pelo. El palo ya lo tenemos garantizado.

En otro lugar, que nos es ajeno, aunque la OCB o el Lobby prediquen lo contrario, Albert Boadella le dice «Adiós a Cataluña» desde la portada y el interior de su último libro, subtitulado Crónica de amor y guerra. Al fin, la izquierda inteligente se desmarca del nacionalismo. Tengo serias dudas de que el ceceo de moda, las patillas alargadas de Biel Barceló o, en fin, la propia inteligencia, se lo permitan a Antich. Pero buen viaje.

viernes, octubre 19

novedad en Los Digitales

Hay maneras de luchar contra el olvido o de perpetuar los recuerdos. Por ello os recomiendo la lectura, en pdf, de NEUROCOSMO (Lacónica colección) del hondureño David R. Morán.

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josep lluís

La Telaraña en El Mundo.


Empecemos con unas risas aunque sea por no llorar. Josep Lluís Carod-Rovira -no José Luis, ni aquí ni en la China, que este hombre no usa de continuo una corona de espinas, pero sí la gomina del victimismo como complemento del distinguido guión entre sus posibles apellidos- está de gira por provincias. Si el otro día anduvo por televisión española aturdiendo al personal vallisoletano con la liturgia fascista del catalán obligatorio, diferente y universal, para el que todos somos turcos en Alemania, ahora se viene a Palma a revisar la formación pretoriana de sus huestes de ultramar, esa Obra Cultural Balear -La Obra- que tanto y tan bien subvenciona y tanto y tan bien intenta adoctrinarnos. No les falta presupuesto ni ardor miliciano ni desvergüenza. Y así nos va y les va. Ambas cosas.
Pero hoy quería escribir algo en serio y ya ven cómo me columpio sin remisión. Será que me arrastran los tornados y la alerta naranja de Jansà -tan insuficiente de medios como de excusas- no logra intimidarme. Será que estas tempestades son sólo un entremés de lo que se acerca. Nada menos que Al Gore en persona, ese director de «cinema verité» -la realidad es siempre catastrófica- con su flamante Nobel de la Paz en la perchera. Parece que ya nadie sabe qué significa la palabra paz. Yo tampoco.

Lo imprescindible es aprender a contenerse y a no entrar al trapo de todo lo que se mueve. Cirer debiera tomar nota. ¿De qué sirve pedir la dimisión de Grosske si aquí nadie dimite ni aunque se lo exijan las propias bases o más aún, la Internacional en pleno de Castro con el apoyo taimado de Llamazares? Hasta Bargalló sabe amagar un berrinche para salir reforzado. Y si ahora fue Son Espases igual mañana es otro solar etéreo del paraíso el escenario del ridículo. O de la traición, según los maulets. Lo principal es la silla. Sin ella, cómo creen que podría escribir estas líneas. ¿De pié? Imposible. Claro que mi silla no tiene haberes ni dietas de lustre y eso se nota. Vaya si se nota.

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lunes, octubre 15

la secta

La Telaraña en El Mundo.



La inercia de las subvenciones de Munar es asombrosa y no me refiero al servilismo de los funcionarios de la lengua en Fráncfort. Me tropecé con el cartel de un audiovisual sobre Gaudí, subvencionado por el CIM -ahora de Armengol, dicen- en el simple piso, sin ascensor, de la Asociación Es Racó de Ses Idees. Allí se cuece un Aula de Filosofía con un temario tan atractivo que no pocas sectas lo harían suyo. Filosofía natural o esotérica, el Hombre y el Cosmos, el Dharma y el Karma, Platón y el mito de la caverna, Hermes, la astrología, la alquimia... Ignoro por dónde van los tiros porque tienen la página web suspendida, pero tanta metafísica áurea resulta sospechosa si se olvida que todo vale para orquestar una auténtica piñata.

Otro maestro ascendido, Gabriel Bibiloni, lo deja muy claro en su blog. Jode que a uno no le reconozcan sus méritos. Ahora resulta que Cataluña descubrió América y nosotros en la inopia. Será por eso que andan tan revueltos, con las venas sudorosas y el pecho herido de orgullo. Con todo, no pienso juzgar los delirios de Jordi Bilbeny sobre la presunta farsa del descubrimiento de América. Me sobra con el desencanto de Bibiloni ante un 12 de Octubre sinónimo del genocida nacionalismo hispano. No quiero ni imaginar los fastos que Cataluña llevaría a cabo si tuvieran alguna posibilidad de cambiar la historia. Pero están en ello.

Lo mejor del filólogo de la UIB -a la espera del nomenclátor de Palma- es su apoyo al trasvase de los principios de la Corporación Catalana de Radio y Televisión a IB3. Sus puntos se explican solos: «Així els termes país, llengua, nació, nacional, govern o parlament sempre faran referència a Catalunya». No extraña que Antoni Martorell desprecie los datos sobre audiencia y hasta a la audiencia misma. «No estamos perdiendo audiencia, la estamos cambiando» dice, tan ufano. Lo que ignora es que está cambiando la audiencia tradicional mallorquina por la underground de unos pocos maulets desaforados. Es todo un logro.

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domingo, octubre 14

El todo es algo más que la suma de las partes. Sea el cuerpo un cónclave de células como el poema de palabras, pero ni las células ni las palabras reproducen exactamente el rumor que envuelve a ambos, cuerpo y poema, cascada y sumidero, río y torbellino, laberinto y claustro, precipicio de vértigo y arrecifes de espuma.

[El séquito es la piel, su caligrafía de dunas
y árboles ensortijados. El néctar de esta ofrenda
fecundará tu vientre con un murmullo
]

*Desde que acabé, allá por julio, dos nuevos poemarios permanezco reseco, sobrio y casi mudo. Puede que haya algo magnífico en esta angustia... pero no sé cuándo podré verificarlo.

La asfixia nace adentro. Allí estuvimos
recordando la luz y el tacto, el origen
de las estrías, la trama sinuosa del tiempo,
la túnica envolvente de las primeras palabras.

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apuntes 5

Ya es Octubre en Luke. No os lo perdáis.

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viernes, octubre 12

las listas

La Telaraña en El Mundo.



Hoy se celebra el Día de la Hispanidad. El alcance del asunto o la relevancia de la idea sería fácil de explicar a un extranjero. Lo difícil es plantearla –ya no hablo de discutirla- entre nosotros. Ni lo intentaré. Me basta con que transcurra sin más huella que su leve o grave sarpullido en la rutina televisiva anual, en las declaraciones de unos y otros, en las ausencias y presencias, siempre tan notorias y calculadas. Todo ese obsceno vodevil me repele porque nunca padecí el mal gusto de sentirme cómplice, ni verdugo ni víctima, de una historia que ignoro si, siempre, la escriben otros o se escribe sola. Casi preferiría creer en una pluma espectral, del todo ajena, huérfana de mano ilustre, carente, en fin, de sentimientos y sudores. Esa pluma irreal, quién pudiera siquiera contemplarla…

Mientras tanto asistimos a otros espectáculos. No sabemos cuánto tiempo se mantendrán prietas las filas en un gobierno donde Antich ya ha sido calificado de “traidor” por sus socios. Así se derrumban los proyectos. Lo mismo sucede con un exaltado grupo de ignorantes reconvertidos, quizá por mimetismo, en necios pirómanos de retratos y banderas. Tanta caricatura simbólica avergüenza. Los hay que enarbolan banderas republicanas sin recordar que las repúblicas siempre surgieron para fortalecer la unión entre los pueblos. No parece ése el disgregado panorama español, pero tanta incongruencia no es nueva. Es algo así como la fruta típica del país. No hay menú sin ella.

Tampoco la cultura se salva de la despreciable burla de los adjetivos territoriales o lingüísticos. El IEB tiene su página web en obras pero nos ha dejado dos perlas. Son los listados de autores y editores mallorquines. En ambos apartados son más significativas las ausencias que las presencias. Con Frankfurt al fondo, nunca fue tan fácil saber quién es quién en la literatura mallorquina. Apréndanse las listas, memorícenlas como si fueran la de los reyes godos que nunca logré aprender. Y ya es tarde, me temo.

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lunes, octubre 8

los acróbatas

La Telaraña en El Mundo.



En una última cabriola, el gobierno de Antich -y todavía del Bloc y UM- alejará, lo más que pueda, del Monasterio de La Real las dependencias del nuevo hospital. Mal hecho. Los severos claustros y jardines, las celdas silentes, la meditación y el rigor unísono -en este caso- de la cultura, serían el mejor bálsamo para los enfermos convalecientes. Imaginen a los monjes velándolos, diluyendo sus temores e ilustrando sus horas de tedio, desesperanza o agobio. El uso del asentamiento cistercense como refugio contra el dolor es una idea hermosa y muy cristiana. Pero no se me confíen, que también los hay que convertirían esas piedras santas en depósito de cadáveres y tampoco es eso. Hay que dejar a los muertos en paz, sin letanías ni monsergas, sin vida.

Ahora que hemos sobrevivido a un tornado tan imprevisto, rápido y brutal, nos sentimos tan escépticos como optimistas. A mí me pilló catando un sudoroso cóctel de siesta y gripe incipiente. Pensé en la fiebre frenética cuando se oscureció el cielo y un muro de agua me obligó a cerrar las ventanas. Afuera, el rumor arreciaba y adentro, el desasosiego de la invasión me confirmó que tanta fragilidad bien merecía la acrobacia de unas líneas.

Escribir es sólo esto. Tejer palabras y, si hay suerte, sugerir algunas ideas. Sólo unas pocas, incompletas y dispersas, que no hay que abusar, que el lector ya superó la etapa de la educación para la ciudadanía. Que ya no busca una igualdad que no existe, salvo si se la convierte en uniformidad. Que no se columpia, pueril, en el artificio de unas diferencias -hechos diferenciales, los dicen- del todo irrelevantes para la condición humana. Que el lenguaje y el mundo son lo mismo y no lo son. Que hay perversiones para todos los gustos -como las velas regias de Joan Lladó- pero que, en fin, la gente no vive como si cada cuatro años tocasen a rebato. Será por eso que la web del gobierno tiende a ningunearme en sus resúmenes de prensa. Si me censuran, igual me leen. Ya me vale.

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viernes, octubre 5

calima

La Telaraña en El Mundo.



Se intentó construir un metro para aproximar -metafóricamente- la UIB a la sociedad mallorquina. Vano intento. Hubiera hecho falta un puente a través de un canal en toda la regla para intentar, siquiera, atisbar un mínimo enlace entre el pequeño universo enquistado de togas, clanes ideológicos y criptas lingüísticas -una especie de Universidad de Hogwarts, pero sin su magia- y la sociedad real. No sé si Monserrat Casas es Albus Dumbledore o Lord Voldemort, pero no parece que nadie -ni dentro ni fuera de los claustros- esté por seguir sus conjuros. Ni los alumnos su esquelético plan de consignas.

Sebastiá Serra está alargando la alargada sombra de Janer Manila. Al olvido de uno se suma el del otro y a ambos, el del Gremi de Editors. Así la Feria Internacional del Libro, Liber, se quedó sin nuestras viandas. Será por prioridades o porque tanto desvelo con Frankfurt les ha vaciado la memoria. La desidia tiene sus frentes despejadas pero en sus avenidas de caspa o nieve sólo cabe la buhardilla espiritual de siete metros cuadrados, el fasto de Miquel Barceló otorgando bustos o la movida foto en familia de los intrépidos viajeros, atraídos por el canto afilado de las sirenas. Hay viajes en patera que suelen acabar contra los arrecifes. Buena suerte.

La editorial mallorquina Calima, sin embargo, nos demuestra que el destino puede no ser sólo Frankfurt sino también Alemania entera o más aún, toda la Europa efervescente del siglo XX, sus guerras y entreguerras, su poesía y prosa expuesta, con herida lucidez nihilista, en las Obras Completas de Gottfried Benn. Hablo de un esfuerzo traductor mayúsculo, una odisea, un viaje bilingüe de tres tomos de peso y unas dos mil quinientas páginas con el ancla, pero también las velas, de una de las voces más originales del conocimiento universal. Eso sí es hacer cultura. Viajar. Ir más allá. Más hondo. Será que hay que saber bailar alegremente sobre los arrecifes, danzar hasta que la música nos abandone y aún después y siempre.

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lunes, octubre 1

la historia

La Telaraña en El Mundo.



Con el tiempo se nos acentúan las arrugas, pero también los presagios. La antigua sensación de saberse extranjero en cualquier parte -y más, aún, en tierra propia que ajena- acaba convirtiéndose en una agridulce, pero tranquila, certeza. En una forma de vida que asume haber disfrutado, desde siempre, con el juego de los localismos. Mil veces nos proclamamos, con indisimulado orgullo, mallorquines, vascos, andaluces, catalanes o manchegos sin más objeto que auscultar la diversidad entre iguales. Siempre supimos que más allá de nuestras costumbres y paisajes -los cortijos andaluces, los hórreos asturianos, las barracas valencianas o los caseríos vascos- se escondía un hálito común.

Ahí sigue, porque las cosas no han cambiado tanto. Podríamos releer España, tres milenios de historia de Domínguez Ortiz y reconocer el ancestral viaje cainita de nuestras tribus, la mediocridad de nuestras sucesivas instituciones, la pobreza intelectual de nuestras universidades, la estupidez sin límites ni bozales de los nacionalismos, su hoz gamada, su fascismo excluyente, su negación lingüística del hermoso zigurat de Babel. Podríamos también reírnos con Quim Monzó del recién nacido homo erectus, alzando la vista y la mano y el índice para nombrar, balbuceando, los nuevos territorios: «Pa... Pa… Països Catalans». Pero así, tan bella como torpemente, nació ese mundo y cualquier otro y todos. Todos nacieron bajo el signo del asombro.

Se repite la historia. Ahora queman banderas y fotografías. ¿Cuándo empezarán con los libros? Biel Barceló se manifiesta contra el Govern del que forma parte. Es difícil la política cuando no se sabe qué es la realidad ni cómo trabajar para cambiarla. Trabajar cansa. Igual le pasa a Jordi Bayona que ha convertido su blog en un homenaje a la censura y a los comentarios moderados. Grosske se lo echó en cara, pero ni caso. La audiencia cero de IB3 era una de las obsesiones de Bayona. Ahora que la audiencia ha menguado un 50% no dice nada. Qué raro.

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