LA TELARAÑA: ciutadans

viernes, noviembre 10

ciutadans

La Telaraña en El Mundo.


Una cosa es la legalidad y otra la lógica. Iba a escribir sobre el esperpento postelectoral catalán -la cara estreñida que se le ha quedado a Artur Mas, los sobresaltos entre los barones del PSOE, la sonrisa, siempre con trasfondo, de Carod Rovira o la expresión inevitablemente legañosa de José Montila- pero ya habrá tiempo de divertirse con lo que se avecina. Otras cuestiones nos son más próximas. La barbarie usurpadora de los catalanistas en Mallorca, por ejemplo. Resulta que el Colegio Francesc de Borja Moll reconoce en su página web que, dada la realidad sociolingüística de sus alumnos, la lengua mayoritaria de aprendizaje en sus aulas es el castellano. Indican, incluso, que procurarán conseguir, al finalizar el curso, que los alumnos posean un correcto dominio de las dos lenguas oficiales. Esta postura me parece ejemplar y digna de elogio; quizá por ello, ya empiezan a oírse los bramidos de quienes se agarran al Decreto de Mínimos, como si fuera el mismísimo Corán, la Biblia o el Bhagavad Gita. No importa. Sus interpretaciones supeditan la realidad a las urgencias de sus deseos. No tienen remedio.

Tampoco lo tienen algunos análisis interesados -a izquierda y derecha- sobre “Ciutadans” y su probable desembarco en Baleares. ¿Repetirán aquí el éxito del antinacionalismo y de sus propuestas renovadoras? Es posible, sobre todo porque el nacionalismo isleño es sólo de sucursal; algo así como una especie de oficina de ventas abierta en ultramar o una reunión nada clandestina de infiltrados. Poca cosa.

Lo que no tengo tan claro es quiénes desempeñarán en las islas una labor intelectual similar, en frescura y calado, a la de Boadella, Espada o Félix de Azúa. Me da que hay, ahora, demasiada gente intentando subirse de cualquier manera a ese caballo ganador. Sería conveniente que no olvidaran que el prestigio de un discurso coherente no se consigue mediante una simple delegación de siglas. Es preciso habérselo trabajado previamente hasta la extenuación. O eso pienso yo.

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