LA TELARAÑA: octubre 2006

lunes, octubre 30

café al atardecer

Un posible resumen -escogido voluntariamente al azar- de la magnífica conversación que hoy mantuve con Perfecto Cuadrado, es recordar este poema de Félix Grande:

DONDE FUISTE FELIZ...

Donde fuiste feliz alguna vez
no debieras volver jamás: el tiempo
habrá hecho sus destrozos, levantando
su muro fronterizo
contra el que la ilusión chocará estupefacta.
El tiempo habrá labrado,
paciente, tu fracaso
mientras faltabas, mientras ibas
ingenuamente por el mundo
conservando como recuerdo
lo que era destrucción subterránea, ruina.

Si la felicidad te la dio una mujer
ahora habrá envejecido u olvidado
y sólo sentirás asombro
-el anticipo de las maldiciones.
Si una taberna fue, habrá cambiado
de dueño o de clientes
y tu rincón se habrá ocupado
con intrusos fantasmagóricos
que con su ajeneidad, te empujan a la calle, al vacío.
Si fue un barrio, hallarás
entre los cambios del urbano progreso
tu cadáver diseminado.
No debieras volver jamás a nada, a nadie,
pues toda historia interrumpida
tan sólo sobrevive
para vengarse en la ilusión, clavarle
su cuchillo desesperado,
morir asesinando.

Mas sabes que la dicha es como un criminal
que seduce a su victima
que la reclama con atroz dulzura
mientras esconde la mano homicida.
Sabes que volverás, que te hallas condenado
a regresar, humilde, donde fuiste feliz.
Sabes que volverás
porque la dicha consistió en marcarte
con la nostalgia, convertirte
la vida en cicatriz;
y si has de ser leal, girarás errabundo
alrededor del desastre entrañable
como girase un perro ante la tumba
de su dueño... su dueño... su dueño...

Félix Grande.

el catalán

La Telaraña en El Mundo.



Todos sabemos que el catalán es una lengua litúrgica y también sabemos lo que, realmente, eso significa. Lo saben los filólogos, los sociólogos, los juristas, los científicos, los educadores y los economistas. Lo sabe cualquiera que pretenda hacerse entender en la tecnológica aldea global que hoy es el mundo; un complejo cónclave con aires de dispersión y cosmopolitismo donde, sin embargo, cualquier lengua que no sea capaz de adaptarse, como una esponja, a un sin fin de sucesivas evoluciones, contaminaciones y mutaciones -algunas más dolorosas que otras- acaba finalmente sitiada por un gran silencio alrededor. El silencio insoportable del aislamiento y la incomprensión.

También lo saben, desde luego, los políticos, pero como si no. Su aparente entusiasmo es también su forma de vida. Será que una lengua de culto siempre deja un campo abierto a la especulación y al rédito, al cinismo de considerar que su restringida, pero siempre adoctrinada clientela, bien merece que alguien les pase, de vez en cuando, la bandeja de alpaca y hasta el cepillo. La presidenta Munar, la OCB y los restos del PSM están en ello. Los inútiles del irrelevante Lobby y la soldada de ERC también. Hay que ver cuánta gente merodea los estercoleros.

Muy distinta es la situación de muchos de los excelentes escritores mallorquines que han hecho del catalán su herramienta de trabajo, su medio y también -aunque les pesen las estrecheces- su principal ámbito de comunicación. Pienso en Jaume Pomar o en Ángel Terrón, viejos conocidos. También en las exquisiteces de Biel Mesquida. Pero sobre todo en el entusiasmo y curiosidad sin límites de un Antoni Serra que ha conseguido trascender cualquier visión tendenciosa y partidista de la vida gracias a su pasión -con rango de júbilo sin restricciones- por el conocimiento y la literatura, más allá de la lengua en que haya sido concebida. Ese es el camino a seguir y hasta puede que no haya otro. Tender puentes sobre los abismos y crear territorios de luz para que los guetos, todos, desaparezcan.

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domingo, octubre 29

Fa Claes

El pretigioso poeta y Doctor en lenguas germánicas por la Universidad de Lovaina, Fa Claes (Malinas -Bélgica-, 1928) ha traducido algunos poemas míos al neerlandés. Muchas gracias, amigo. Podéis leerlos en esta página.


Como muestra os anticipo un poema que aparecerá en Duellum (Editorial La Lucerna) dentro de dos semanas. Primero, la traducción.


De tijd gaat voorbij met een vleug heimelijkheid.

Geleidelijk laat hij woorden verloren gaan
en verlicht de last. Hij heeft weet
van een discrete
schipbreuk
en van een witte zandplek
waar hij leerde schommelen
volgens de golven.

[ Als hij zijn hand sluit in de as
komt plots het gesnik opzetten van Nicolaas,
met zijn nagels van wodka en sneeuw,
dubbel gearmd om zijn koude tweelinggeliefden,
zeer koud,
gelijk de dood ]

Maar zij herkent zijn lichaam niet tussen de andere.

Geknield smeekt ze om goedheid
en schoonheid
als om een niet verdiende gunst.

- De blik van God is minutieus gelijk een striem.



El tiempo pasa con aires de disimulo.

Va perdiendo palabras
y aligerando el lastre. Sabe
de un naufragio
discreto
y de una arena blanca
donde aprendió a mecerse
según las olas.

[ Cuando cierra la mano en la ceniza
le sobrevienen los sollozos de Nicolás,
con sus uñas de vodka y nieve
doblemente abrazado a sus amantes gemelas,
frías, muy frías
como la muerte
]

Pero ella no distingue su cuerpo entre los otros.

De rodillas, suplica la bondad
y la belleza
como un favor inmerecido.

La mirada de Dios es minuciosa como un látigo.



© Juan Planas Bennásar, uit: Duellum, 2006. Editorial La Lucerna.
© Traducción Fa Claes

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sábado, octubre 28

y otra vez empezar de nuevo

Repaso mis archivos. No hay ahora ni un sólo poema, sólo proyectos y alguna que otra frase donde se esconde la realidad. Siempre se está empezando de nuevo.

En el vientre, la luz y el agua turbia.

De sus profundidades brota un agua
todavía rojiza y humeante.

Copio y pego apuntes para que agarren y crezcan, o no. Imposible saberlo, ahora.

Uno se pierde. Pasa a veces. Pág. 57, p. e.
-de cualquier libro, del que sepas que te espera-
como una hoja rota por la luz

y la tormenta.

Olvidé los personajes
y me arrastro como ellos,
tan insignificantes y remotos,
tan iguales entre sí y tan distintos.


Pronto cerraré el libro y la luz y vendrá el sueño
a reparar el daño y a sembrar de otras dudas
el vacío, el olvido, esta ausencia transitoria.

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viernes, octubre 27

lo que dijo Nadal Suau

EN EL LABERINTO






Hola a todos, queridos amigos. Y alegraos, porque hoy no estamos aquí para presentar el último libro de Juan Planas —entre otras cosas, porque ya es el penúltimo—. No: hoy venimos a celebrar el libro de Juan. ¡Sí, esto es la celebración de un buen libro de poesía! O mejor, hablemos simplemente de poesía. Porque la clave, amigos, Juan, no es distinguir la buena poesía de la mala, sino discernir qué es poesía y qué no lo es. La poesía es revelación, y si no hay revelación da igual si los acentos están donde toca. En cambio, cuando estamos ante un poeta verdadero, que le tiene fe en la escritura y en su propia visión de los fenómenos, entonces sólo queda venerar y respetar al hombre y sus versos. Te veneramos, Juan Planas. Tú haces poesía. ¡Y con esto queda todo dicho, aunque yo vaya a enrollarme durante un buen rato!

¿Conocen ustedes a Juan Planas? Creo yo que Juan es nuestro inglés en Mallorca. Sí, bien, nació en Mallorca y se apellida Planas. Bennásar, si hay que decirlo todo. Pero Juan es un inglés, estoy seguro: su atuendo es inglés, su barba también, y sus excentricidades son bien inglesas. ¡Demonios! Cristóbal Serra dice que todos los ingleses están chiflados, pero que la mitad son absurdos y la otra mitad geniales. Juan no está chiflado, pero tiene algo genial. Por otra parte, no crean que casa mal lo mallorquín y lo inglés: los de la isla somos los anglosajones del Mediterráneo. Pero no quiero parecer frívolo, así que vuelvo al tema de hoy: la poesía. Planas, el poeta, pertenece también a una tradición inglesa, la que él ha adoptado y la que ha cultivado. Creo que sus referencias mayores han de ser Pound y Eliot. No puedo equivocarme demasiado. Pound y Eliot, señores: nada menos. Hoy en día, que la gente va citando a cualquier García sentimental, Juan Planas se arroja en brazos de las Voces Mayores del mundo que le vio nacer. Por cierto, un fragmento de Eliot, sacado de The Waste Land, enmarca Los pliegues ocultos, que es el libro del que hablamos hoy. Leería esos versos en inglés, porque me place; pero no quiero masacrar sus tímpanos con mi acento miserable, así que mejor busquen ustedes la vieja grabación en la que Eliot recita su largo poema. No tiene desperdicio. En todo caso: Eliot escribe La tierra baldía para cantar la muerte del espíritu. ¡Tomen nota, esto ya es una pista!

La trayectoria poética de Planas es curiosa: nace a la creación muy pronto, publica dos libros que, lo confieso, sigo sin haber leído —pero sé dónde encontrarlos, y un día han de caer—, y luego desaparece durante mucho tiempo. Es una trayectoria guadianesca y misteriosa, que ha forjado un pequeño mito. De pronto, Juan reaparece en Internet, en un espacio bautizado La Telaraña, y Román Piña le edita dos libros sorprendentes, Insomnios y Fuera del tiempo. Son dos libros arriesgados, intrincados y disidentes, que aparecen entre 2003 y 2004. Yo creo que en ellos el autor balbucea, y eso podría ser malo; pero sobre todo, Juan logró fundar allí un territorio, iluminar una zona oscura. Y eso, en cambio, es muy bueno. Es lo único bueno que puede hacer un escritor. Este mismo año, Juan ha publicado un buen poema, de estructura inteligente, titulado La mansión de las luciérnagas, y en él triunfan la forma y el acendramiento de una temática propia. Por eso esperábamos con tanta curiosidad sus pliegues ocultos.

Y Los pliegues ocultos ha resultado ser un poemario ambicioso, arriesgado y derrochador. Como siempre en Juan. Pero vamos a ver, ¿en qué consiste la poesía de Juan Planas? Yo trataré de explicarlo con algunas analogías de tertulia de café, como si él y yo nos enfrascáramos en una crítica literaria guasona y amical. Ocurre que estos días su poemario me perseguía, y todo lo que hacía me recordaba a él. No hay mayor placer para un lector que encadenar referencias. Fíjense: hace poco fui a ver La dalia negra, y salí pensando que Juan Planas hace poemas como Brian de Palma hace cine: el cine de Brian de Palma desasosiega, es obsesivo y virtuoso. De Palma puede sacrificar el orden o la claridad en su trama, pero siempre a favor de un travelling imposible, de una coreografía ralentizada y majestuosa, de un homenaje salvaje al mejor Hitchcock. Así, Juan Planas se entrega al desasosiego y a la carambola lingüística, al más difícil todavía, al “sígueme si puedes, y si no, a mí plim”.

También creo que Juan Planas es un barroco, en el sentido más filológico de la palabra. Y un pluralista: digo ambas cosas porque Juan no cree en las antítesis. Cree en las alternativas. Si yo digo que “la realidad es un compuesto hecho de contrarios, no absolutos sino relativos. Las oposiciones esconden una armonía hecha de disonancias que es necesario sacar a la luz”... si yo digo esto, parece que esté definiendo la poesía de Juan Planas. Pero resulta que esto lo escribió un erudito acerca de Baltasar Gracián, al que estoy estudiando estos días. ¡Pero ahí está todo Planas! ¡Lo dice él mismo, en Los pliegues ocultos, escuchen: —página 42, desde “Yo creía” a “simplificación inútil”—. Todo esto resulta muy oriental, pero sobre todo muy pluralista. Frente a la Historia, opone un tiempo multiforme en el que todo está en todo.

También pensé en Juan Planas al proponer a mis alumnos que comentaran estos dos versos geniales, gamberros y lúdicos de Vicente Huidobro: “Los cuatro puntos cardinales / Son tres: Norte y Sur”. ¡Qué bien define este chascarrillo de Huidobro la obra de arte! Porque el poema crea una realidad propia, y en ella no importan las coordenadas de una realidad supuesta. Y Juan escribe: “Este destierro del instante me permite la furia del absurdo. Sin coordenadas, me muevo por instinto y recuerdos” [39].

Leyendo Los pliegues ocultos, empecé a concebir una imagen muy plástica para cifrar la poesía de Juan. Me imaginaba al poeta en el interior de una esfera, con las extremidades extendidas. El poeta palpa, busca los límites, investiga los límites de su realidad. Por eso la poesía de Planas es tan matérica, porque las palmas de sus manos chocan con la materia. Y entonces, como un hámster en su rueda, el poeta se desliza por el límite que marca la materia, se desliza en el interior de esa esfera y se pone boca abajo, y en paralelo y otra vez erguido, y siempre palpando los límites. La materia sagrada —porque es pezón— pero castrante —porque es hierro y metal—. Como la voz poética da vueltas explorando la textura del límite —esos pliegues ocultos del título—, a veces parece una voz contradictoria: tanto está boca arriba como está boca abajo, nos enseña la frente o las posaderas. Pero la actitud, la voluntad inalienable siempre es la misma: acariciar el límite. En fin, yo ya había concebido esta imagen, y de pronto Juan Planas habla de Leonardo: —página 42—. ¡Estoy orgulloso! ¿Habré acertado esta vez?

Y en fin, la poesía de Juan es un laberinto, una telaraña muy enredada. Lo dice el autor: “El largo viaje a través de los laberintos dura sólo un instante”. Así, la lectura de Los pliegues ocultos. Por cierto, que este libro también tiene algo de la biblioteca de Borges, en el famoso cuento, o de la biblioteca de Cristóbal Serra, en la avenida Argentina. Esos espacios ocupados por libros, por palabras, que se desplazan, se ocultan, se superponen o desaparecen. Lo digo porque, preparando esta presentación, son varias las citas que yo quería usar y que no encontré de ninguna manera: ¿las había soñado yo? ¿Las había soñado el mismo libro? ¿Eran reales sólo en una realidad paralela cuyo dintel yo franqueé para regresar después? Juan, ¿puedes decirme dónde carajo están esas citas? Con lo bien que me habría venido poder usarlas aquí...

En fin, todo esto son Los pliegues ocultos. Bueno, todo esto y un precioso, sobrio diseño de la editorial Calima, que ha conseguido una colección elegante y que invita a leer. Y oigan, “quien quiera verso que corte los renglones por donde le plazca”.




José María Nadal Suau. 26 de Octubre de 2006.




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mi libro

La Telaraña en El Mundo.



Gracias a los usuarios de You Tube, recuperé para mis archivos dos vídeos célebres. Los recordaba en el blanco y negro televisivos o en el sepia con interferencias de la memoria, que es un lugar extraño, donde lo que almacenamos acaba, siempre, distorsionado. Quizá sea así para obligarnos a revivir los recuerdos poniéndolos, una vez y otra, en tela de juicio. No me defraudó revisionarlos, al contrario. El primero es el de Francisco Umbral -con la mirada iluminada del que sabe lo que hace, cómo hacerlo y por qué lo hace- reclamándole a Mercedes Milá hablar de su libro “La década roja”. Milá era entonces una joven periodista de moda y puede que Umbral quisiera ponerla a prueba y demostrarle que el guión no lo escriben los entrevistadores sino los hechos, la inaplazable actualidad de su libro, en aquel caso. Ignoramos si aprendió la lección, pero entristece saberla, ahora, dando tumbos en Gran Hermano o similares. El tiempo mejora algunas cosas; pero no todas. El otro video es el de Fernando Arrabal, medio sentado, como un ewok en pleno baile o trance poético, sobre la mesa del programa de Sánchez Dragó. Sus trabalenguas entre milenarismo y mineralismo no tienen desperdicio. En realidad, casi nada tiene desperdicio.

Tampoco presentar mi último libro -Los Pliegues Ocultos. Editorial Calima- en el transcurso de las tertulias del Último Jueves. Me acordé de Umbral y de su magisterio, pero dejé que hablaran otros. Lo hicieron Nadal Suau, Inés Matute y Antonio Rigo. Yo dije poco. Cuando un escritor, como una bailarina de strip tease, se desnuda para sugerirnos secretos compartidos debe demorarse en el empeño, marcando con claridad el artificio descendente de los tiempos; primero la exhuberancia, la vorágine, y después la calma, la lentitud tensa al aproximarse a las últimas prendas y a la verdad de un misterio que el otro “conoce” sólo en la medida que lo “recuerda”. Todo eso no lo dije, pero ya ven. Tenía ganas.

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dos fotos


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jueves, octubre 26

el sistema

La Telaraña en El Mundo.




No sé dónde colgarme un auténtico “piercing” antisistema. Se me ocurren los lugares más heterodoxos, pero desisto rápido. Al sistema le importan poco las costumbres tribales y hasta se permite el lujo de enviar a los orondos líderes de los Latin Kings y los Ñetas de gira por Cataluña. Su próxima escala debiera ser el Consell de Munar. Lo único que le falta a su nacionalismo de sal gruesa es nombrarlos “nuevos mallorquines” igual que hace con las Casas Regionales.

Pero al sistema le rondan las predicciones de Agustí Jansà. Nos esperan veranos tórridos e inviernos áridos. Días de arenisca y noches hipnóticas como el chasquido intermitente de una lengua reseca. Sólo falta añadir el lento desguace de una lluvia ácida para completar el paisaje de la desolación, el derrumbe de una civilización de playas y turismo, de ocio y relativo bienestar. No sé si ese futuro es evitable -lo primero sería cumplir a rajatabla el papel mojado de los acuerdos de Kyoto- pero sí sé que las irrespirables atmósferas de Blade Runner tienen poco que ver con la evolución normal de la naturaleza y mucho con el desarrollo industrial e inmobiliario. A algunos se les va a acabar el chollo. Suerte que siempre nos quedarán los “swingers” para seguir caldeando el ambiente.

No soy partidario de ningún registro lingüístico. No quiero que me “normalicen” en nombre de ninguna mayoría estadística. Pero más aberrantes son las objeciones que lanza UM desde su frágil atalaya en la presunta cúspide filosófica-nacionalista de considerar la lengua como una opción ideológica. Hay que estar muy enfermos para hablar castellano o catalán por una simple cuestión de ideología. Cosas así me recuerdan que la realidad se descompone rauda sin que nadie airee las habitaciones. También me recuerdan el nutrido grupo de venerables ancianos republicanos con el que osó finalizar su Informe Semanal del pasado sábado, la Primera de Televisión y del Gobierno, cantando todos juntos el Ay, Carmela. Qué bochorno.

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miércoles, octubre 25

mañana, jueves en El Último

Mañana a las 20,30 horas, en algún momento de El Último Jueves, Librería Literanta, presentaremos Los Pliegues Ocultos (Editorial Calima)

Se ocuparán del asunto mis queridos Antonio Rigo, Inés Matute y José María Nadal Suau.

Yo estaré por ahí, en algún lugar escondido entre los libros y la barra del bar.


Os espero a todos.

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lunes, octubre 23

los miserables

La Telaraña en El Mundo.

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domingo, octubre 22

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Antoni Serra en U.H.


La inmensa generosidad de Antoni Serra hoy en el diario Última Hora me ha dejado sin palabras. Esto es lo que escribe.


Juan Planas

Es curioso, también (o, más que curioso, ¿debo decir revelador?), que al tiempo que me llegaba la noticia de la muerte de Pontecorvo, leí un libro —el último, hasta el momento— de ese escritor inquieto, difícilmente etiquetable como autor, que es Juan Planas: Los pliegues ocultos (Calima Ediciones. Colección Territorios. Palma, 2006).

Esta obra de Planas me devolvió al presente inmediato otra de sus obras, Fuera del tiempo (2004): «Sólo concibo la vida en la reunión simultánea y exacta de lo místico, lo erótico y lo matemático: el poema». Pero yo diría, con todas las posibilidades de equivocarme como todo mortal bien muerto en tiempos de flatulencias light, que el Juan Planas de Los pliegues ocultos va más allá de los territorios literarios en estado de obediencia, crea su propia ficción (que es vida, porque es literatura) creativa a través de la sutileza, la insinuación y la fuerza, nada balsámica, de la(s) palabra(s). Me ha fascinado, este libro: «Nuestros cuerpos enlazados hacen enloquecer la teoría de la relatividad». Sí, me ha fascinado y, a la vez, me ha impulsado —como lector, pero también como ser vivo— a la reflexión sin las trampas del corsé de la modernidad inútil: «Todo cabe en un tubo de ensayo, el nacimiento del arte y el fin de la historia. El diluvio». Pero, ¿hay más realidad vital, exasperante que el «rumbo a la exactitud de la nada» que él insinúa —quizás predice— en el capítulo IV del libro?

¿Poesía? ¿Prosa poética? ¿Ensayo crítico? ¿Texto desbordante que te obliga, como lector, a ir más allá de tu propia geografía biológica? Pues sí, y no; es un todo —exacto, un «todo» sin fronteras ni límites— imaginativo y, por eso mismo, esencialmente real. O sencillamente, si así lo prefieren, Los pliegues ocultos es literatura sin dimensiones. Literatura, y punto. Ese arte extraño que ya muy pocos son capaces de reconocer. Porque el libro es (o son) «las huellas que no he pisado», sin duda porque posee «las llaves de todas las tumbas» ya que «sólo te duele el vacío». Y encontrarán a Borges y a Sylvia Plath (mi divina suicida: «Tenfingers shape a bowlfor shadows») y a Artaud, porque, ¿qué duda cabe?, también descubrirán que «el perfil arrugado de tus pezones ofreciéndonos la gramática de la vida». Léanse Los pliegues ocultos y después, de inmediato, beban una copa de Vega Sicilia quince años.

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viernes, octubre 20

trucajes

La Telaraña en El Mundo.



Me envía Vidal Valicourt su libro “Zona de Nadie” y me pide que coja los primeros poemas -unas calmadas prosas poéticas que se desparraman como abanicos- y los cuelgue en mi página web. Naturalmente lo hago casi al instante. Qué menos entre compañeros, me digo; pero enseguida pienso que el compañerismo tiene aquí muy poco que ver y que, en realidad, no hay forma alguna de compartir la soledad esencial del que escribe. Por eso nos leemos los unos a los otros, para atisbar esa soledad y comprobar si nos es próxima o extrañamente ajena. Los hombres somos animales simbólicos. Las mujeres también, pero eso ya lo dije en la frase anterior. El contralenguaje nos obliga a las redundancias y a los pleonasmos. Nos impide ser breves y concisos. Será que la inteligencia cotiza a la baja.

No así el surrealismo en vísperas de elecciones. En Cataluña el nacionalismo se refugia en las actas notariales para reafirmar sus reticencias democráticas, su fetichismo étnico, su arribismo presupuestario sin fronteras. Buen lema para una ONG. En las islas nos encontramos con Munar presentándose, a la vez, como candidata al Govern y al Consell. Si no fuera porque intuimos una desesperada huida hacia delante, escribiríamos unas líneas deliciosas sobre los esperpentos del caudillismo. Sobre el actual Photoshop frente a la arcaica manipulación fotográfica en los andenes sombríos de una estación de Hendaya, un par de ojos cerrados y unos brazos en alto. Los prolegómenos de la tragedia.

Parece que ahora se pactan hasta las puñaladas traperas. Lo demuestran las digresiones de Grosske sobre el cariz de los ataques que teme recibir. Otras puñaladas, en otro contexto, nos dejaron sin el buen hacer de Adolfo Díez, un hombre de teatro con larga trayectoria entre nosotros, que tuvo que emigrar al departamento de producción de la Real Escuela Superior de Arte Dramático, en Madrid. El talento es un bien tan escaso que resulta más difícil reconocerlo que despilfarrarlo. Sin comentarios.

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miércoles, octubre 18

una petición literaria

Una amiga mía necesita una pequeña lista de menagès à trois literarios que sean más o menos famosos. Cuando dice literarios, no se refiere a novelas escritas entre tres autores, sino a episodios sexuales entre dos mujeres y un hombre que, por una u otra razón, nos hayan podido gustar como lectores.

Por ejemplo: Natalia, Marianne y el protagonista de "En busca de Klingsor", de Jorge Volpi.

Así que ya lo sabéis. Se buscan líos entre dos mujeres y un hombre. A ver cuáles recordáis. Venga!

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puertas abiertas

Nuevo en Puertas Abiertas: José Vidal Valicourt. Os lo recomiendo.

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martes, octubre 17

24N

Hoy me han confirmado la fecha y el lugar. 24 de Noviembre en la Sala Nueva del Círculo de Bellas Artes de Madrid.

Allí se ocuparán de mis cosas pero, sobre todo, de mis tres últimos libros -Duellum estará listo a finales de mes- dos enormes poetas: Beatriz Hernanz y Miguel Veyrat. Seguro que no me merezco este lujo, pero lo agradezco de veras; sin olvidar que nada de esto hubiera sido posible sin el apoyo de Javier Jover -editor de Calima Ediciones- ni de José Luis Reina Segura -editor de La Lucerna.

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Asicran en busca de la Palabra

A veces, gracias a Google, me encuentro sitios sorprendentes. Como este. No diré más.

lunes, octubre 16

basuras

La Telaraña en El Mundo.


Ahora que las televisiones nos hablan, casi a diario, de Diógenes como si sólo fuera un síndrome y no un antiguo sabio nacido en Sínope -actualmente Turquía- no estaría de más rendirle un pequeño homenaje -un homenaje de basura pero no una basura de homenaje- a tan admirable filósofo, recordándolo no sólo por su higiénico cinismo, que también, sino por la extravagancia de su espíritu burlón, su austeridad exagerada y su ácida crítica antisistema. El sistema, entonces, era otro, pero la verdad es que no parece haber mejorado mucho.

Hay mucha más basura y sofisticación, eso sí. Por eso no extraña que el Consell, siempre a la vanguardia de todo lo que tenga que ver con los desechos, promocionase días atrás -sin pretenderlo ni saberlo; sólo por inercia administrativa- una pequeña pero sugerente muestra de los valores y posibilidades del reciclaje, el Femstival, en la palmesana Plaza del Tubo. Allí las basuras se acumulaban en contenedores creativos y los residuos pedían a gritos un lenguaje visual que les diera nuevas formas y usos. La idea es buena. El arte y la basura comparten una misma esencia: su inutilidad práctica. Lástima que María Antonia Munar no cediera al evento sus joyas, anillos y diademas o incluso sus pieles de visón de granja. Con semejante basura hasta la escultura “La parella”, de Pere Pavía, 1982, podría haberse puesto a bailar como si de una escultura de Calder se tratara. Todo es posible, sólo hay que ser capaz de imaginárselo.

Por ahí parece haber fracasado José Francisco Alomar. Ha dimitido como jefe de prensa del IEB por no saber transmitir «la voluntad de Manila». No parece un espinoso asunto averiguar la voluntad de Janer Manila. Lo suyo es viajar y exhibirse. Ha estado en la Expolangues de París, en la London Book Fair, en Túnez, en Madrid y ahora en Frankfurt. Cuando dice que la marcha de Alomar es «irrelevante», este debiera responderle, con Diógenes, «Ellos me condenan a irme y yo los condeno a quedarse».

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sábado, octubre 14

regreso a babel

Regreso a Babel en El Mundo.



Regreso a Babel


Me siento feliz -como un paquidermo rosa, para serles sincero- entre la porcelana desconchada del 'Sí' y los cristales astillados del 'No'. Me quedo, obviamente, con los cristales, con sus múltiples destellos y la deforme realidad que sugieren. No hay labor más higiénica, ni necesaria, que poner en tela de juicio el maniqueísmo desde sus propias trincheras, su ansiolítica necesidad de balanzas, equilibrios y contraprestaciones. Toda esa mercadería me parece material de derribo. Todos sus voceros ensucian la plaza pública. Aquí el pescado, ahí la carne. Parece que hay verdura para todos.


Uno construye su vida con palabras. Sabe que no importa en qué lengua, porque siempre habrá alguien que las traduzca, las reinterprete, las mutile, las haga suyas o las deseche. Yo mismo tengo una papelera repleta de palabras propias y ajenas. Un almacén colmado hasta las vigas de disparates y un mínima arquilla donde guardo el tesoro de los conceptos y las ideas, del «decir» último, pero no único, de todo cuanto digo, o dicen, o decimos.


Ahora quieren la oficialidad del catalán en el Parlamento Español y en el Europeo. Que la pidan y que los traductores nos hagan llegar sus demandas aun trasladándolas del inglés o del sueco, quizá del castellano o incluso del turco de Orhan Pamuk, reciente Premio Nobel de Literatura 2006. Con la exótica nómina de este siglo -el chino Xingjian, el antillano Naipaul, el húngaro Kertész, el sudafricano Coetzee o la austriaca Jelinek, porque Pinter es otra cosa- parece inminente un Nobel nacido en Cataluña. Será de ver. Lástima que sólo les valgan los puros de sangre y lengua catalana. Así es difícil llegar a buen puerto sin que nos entren el hastío y la risa. Sobre todo, la risa.


Babel sigue siendo la metáfora más actual. Vale tanto para exhibir la condición humana como para explicar la diáspora en que vivimos. Pero la comunidad necesita, sobre todo, entenderse. Su espíritu reclama una única lengua desligada de culturas, nacionalismos y políticas barriobajeras. No abogaré por el esperanto ni por la "Lengua Ignota" de la abadesa Hildegard de Bingen. Tampoco por el volapük, el novial, el ling o la interlingua. En realidad lo mío es el morse, pero me consuelo sabiendo que siempre nos quedará el latín. Al menos tendríamos garantizada la bendición urbi et orbi de Ratzinger. Pues eso.

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viernes, octubre 13

en el limbo

La Telaraña en El Mundo.

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martes, octubre 10

Gracias a Margen Cero y a Literaturas.com por reseñar Los Pliegues Ocultos.

lunes, octubre 9

los pájaros

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viernes, octubre 6

noticias de octubre


Querida gente, vaya mes o mejor, vaya medio mes nos queda de lecturas poéticas, el frío no sé si va a llegar, tampoco sé si encontraréis setas, pero lo que os puedo asegurar es que llegaréis a noviembre absolutamente llenos de poemas.

(I) Primero, miércoles 18, a las 20:30 horas, en el bar Es Pinzell (en la misma calle del Orient): Robert Graves y la Diosa Blanca, se leerán poemas, se contarán anécdotas y se intentará establecer un debate final abierto. Participarán Ángel Terrón, Jaume Pons Alorda, Pere Perelló Nomdedéu, Emili Sánchez Rubio y Antonio Rigo. Contaremos con la presencia de Tomàs Graves.

El día siguiente, (II) jueves 19 y a partir de las 21 horas en el nuevo Cultura Club que se encuentra en el Paseo Marítimo: Lecturas en Cultura, El Primer Último y como su nombre indica será el primer último jueves de octubre. Lectura en la que participarán los miembros de ese grupo poético, si es que es un grupo, El Último Jueves, donde leerán obra propia y de sus autores favoritos.

(III) La tercera del mes os cae un poco más lejos. Se trata de una lectura en El Espai Mallorca en Barcelona. El lunes día 23 a las 20:30 horas. Estarán allí Bebelgidit presentando a Antonio Rigo, que nos leerá poemas de su próximo libro y del anterior, Días de Radio y Niebla.

Y, para finalizar el mes, (IV) El Último Jueves, el jueves día 26 a las 20:30 horas en ese jardín de libros y vino rojo que es Literanta se dedicará el espacio a las poetas Alejandra Pizarnik, Sylvia Plath y Emily Dickinson. Les pondrán voz Patricia Pelaez y Maite Bayón. Participarán también los chicos de El Último y tendremos la presentación del nuevo libro de Juan Planas, Los Pliegues Ocultos, editado en Calima. Lo presentará el joven crítico y escritor Nadal Suau y el incorregible Antonio Rigo que ya está harto de aparecer en este correo. Intentaremos que haya patatillas y aceitunas. Juan Planas todavía no ha abandonado la barra desde la firma de ejemplares de su último libro que se presentó en ese lugar.

El que pueda acudir a todos los actos será nombrado hijo adoptivo de El Último Jueves. El que acuda a tres será obsequiado con un libro. El que únicamente acuda a dos se verá agraciado con un póster o cartel de El Último y el que acuda sólo a uno de los eventos deberá invitarnos a una copa. Un abrazo, mi gente.

Antonio Rigo.

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el jurado

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miércoles, octubre 4

Un inédito -todavía en pruebas- para la contraportada de Duellum. A fin de mes en La Editorial La Lucerna.



Desconocemos el lugar exacto
pero existe una cruz escondida
donde nos detendremos
a dormir un último sueño.

Será, quizás, un río de vientos y arboledas,
la sombra de un refugio
o la intención suicida
de arrastrarse hasta los acantilados
y allí dejarse caer suavemente.

[ El poema discurre. Nos tiende su celada
y el privilegio de espantar el vértigo
tan sólo con palabras u otras señales de humo
]

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lunes, octubre 2

simetrías

La Telaraña en El Mundo.

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domingo, octubre 1

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los pliegues ocultos

Ya estoy en casa, con gripe y con Los Pliegues Ocultos en la mesa. Más tarde escanearé la portada. Dejo los datos:


Los Pliegues Ocultos

Juan Planas Bennásar

Editorial Calima, Colección Territorios, 2006

ISBN: 84-96458-23-7


Naturalmente tardará todavía unos días en llegar a las librerias. Poco más añadiré de momento. Sólo que estoy muy feliz.

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