LA TELARAÑA: gólgota

sábado, enero 21

gólgota


Escribir puede ser un calvario -un gólgota- pero también un placer, un ejercicio de estilo, una translación -con sus inevitables fugas- desde la percepción de la realidad hasta los aledaños de la realidad misma. Digo los aledaños igual que las tripas o el corazón, porque nadie sabe con certeza dónde acaba la ficción del lenguaje -ese noble empeño de dar nombre a las cosas- y donde la realidad se sostiene ingrávida, con su elocuente y orgulloso silencio a cuestas. Por eso, el viernes por la tarde, desde que vi en el panel de llamadas perdidas, una de Román Piña que no pude devolver, supuse que la diosa de la ruleta literaria, tan ciega y caprichosa como la de la justicia, le había deparado al fin la alegría de un reconocimiento que, no por esperado, puede dejarnos indiferentes. Al contrario, nos devuelve, al menos en mi caso, la fe en los premios literarios y en su artificiosa manera de mezclar literatura y galones. Cuando confirmé la noticia solté un alarido de alegría.

No he leído al completo la novela, pero conociendo a su autor y habiéndola comentada con él, se qué ofrece al lector un viaje repleto de guiños, ternura y acción delirante donde el humor servirá sólo de pretexto, transporte y bálsamo para recordarnos el poso amargo de la condición humana: ciertas dosis de lucidez, bien medidas para no aturdirnos, nos devuelven siempre la precaria soledad, la absurda dependencia ajena, el inestable equilibrio en que vivimos. De todo eso, y mucho más, trata Gólgota, que acaso fue presentada como Boomerang por aquello de que siempre acabamos recibiendo lo que damos. Un alivio o una cruz, cualquiera lo sabe.

La fiesta de la literatura mallorquina en castellano se completó con el premio a Javier Cánaves, que ganó en 2002 el Premio Hiperión, para autores jóvenes, o menores de 35 años. Obviaré el torticero tema de la edad, porque la magnífica poesía de Cánaves escapa a esas varas de medir.

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2 Comments:

Blogger Luis Amézaga said...

Bien podéis disfrutar de esa fiesta de la literatura mallorquina con dos grandes galardonados. Son todos los que están, aunque no estén todos los que sois.

22 de enero de 2006, 10:08  
Blogger azuldeblasto said...

Precioso post, muy entrañable.

Uno se encariña con Piña aún sin conocerle con lo que escribes sobre él.

Bonita amistad la vuestra.

Saludos.

Px.

22 de enero de 2006, 13:03  

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