LA TELARAÑA: diccionarios

viernes, noviembre 18

diccionarios




Mi generación se refugiaba en los pubs. Recuerdo algunos fantásticos por la calle Apuntadores o la Plaza Gomila. También en el valenciano Barri del Carme. Entonces considerábamos las discotecas como lugares más próximos a la vulgaridad que a otra cosa. Han cambiado los tiempos y las formas. No sé cómo le sentará a Cursach que le retiren la etiqueta Pachá ni si su catadura moral es mejor o peor que la de sus negocios. Si muchos jóvenes muestran con orgullo la etiqueta de sus calzoncillos lo mismo podrían hacer algunos políticos y hombres públicos de las islas. Nos sería más fácil reconocerlos.

Con todo, uno va entrando en contacto con las más diversas etiquetas y realidades. Hoy recibo tantos correos electrónicos escritos en castellano de cualquier parte de España como en español de Argentina, Ecuador, México o Puerto Rico. Son tan apreciables los diferentes léxicos como inequívoca su voluntad de entendimiento. No importa que haya entre España y América Latina tantos lazos afectivos como motivos ancestrales de reproche. Siglos de dura colonización y siglos de intercambio de ideas, emigración y comercio. La verdadera historia se escribe en el día a día, buscando el equilibrio entre los encuentros y los desencuentros. Eso hace todavía más destacable la reciente confección del Diccionario Panhispánico de Dudas. Veintidós Academias, sin más jerarquía que el sentido común, la flexibilidad y las ganas de integrar las diferencias, han dado forma y contenido a una realidad incuestionable: Una lengua es la suma de todas sus variantes orales y escritas. Sin más etiquetas o banderas.

También es fácil, y triste, constatar en la Red que el respeto que se gana a pulso el español lo pierde a peso la lengua catalana. Basta echar un vistazo a los comentarios que ilustran la mayoría de archivos en las redes p2p o pasearse por cualquier foro de usenet que trate, o no, temas de actualidad. Es el problema de mezclar lengua y política. Automarginarse en fantasmales dominios excluyentes -pienso en el venidero punto cat- sólo conseguirá, en vez de afirmar la identidad cultural catalana, fomentar su soledad y su definitivo apartamiento de las rutas más concurridas, las únicas con capacidad de encuentro. Si no lo entienden es porque no quieren.


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4 Comments:

Blogger azuldeblasto said...

Excelente escrito.
Ayer escuchaba en la radio una entrevista a un miembro de la real academia de la lengua española hablando de este diccionario, me pareció sumamente interesante toda esa labor y el hecho de que estén elaborando un diccionario histórico también. Aunque como anécdota relataba don Marcelino que en Alemania tardaron unos 150 años en completarlo. Para entonces todos criando malvas.

Un saludo.

18 de noviembre de 2005, 12:40  
Blogger Cisne Negro said...

Política y lengua, mala combinación sin duda. En estas cuestiones, (especialmente en la del catalán) o eres militante o eres un enemigo invasor. Se lo dice uno que estudió filología hispánica (así, sin mayúsculas, que ya les vale).

18 de noviembre de 2005, 16:18  
Anonymous Anónimo said...

aja, pues eres un invasor, como yo, pero titulado, uep això:-)

Saludos x2

Fx

18 de noviembre de 2005, 18:29  
Blogger DñaGraja said...

"Diccionario Panhispánico de Dudas. Veintidós Academias, sin más jerarquía que el sentido común, la flexibilidad y las ganas de integrar las diferencias, han dado forma y contenido a una realidad incuestionable: Una lengua es la suma de todas sus variantes orales y escritas. Sin más etiquetas o banderas."


Necesario e interesante,
y bueno, si estamos criando malvas, pues ahí quedará para los "futuros", el caso es que salga a la luz.

Buenas noches.

19 de noviembre de 2005, 1:40  

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