LA TELARAÑA: junio 2005

martes, junio 28

lento vuela pluma

Hablaba de ideas lentas, como de fuego: sudor controlado.

[ Recordabas la estricta soledad,
donde pacían unos hombres y otros
se dejaban caer hasta el silencio,
el temblor de la fusta, el sigilo
del aceite en las manos aceradas
]

No viniste a compartir los despojos de la última cena. Ni a pasear por los jardines huérfanos del lobo y la luna. No contemplaste la ciudad ni los viste avanzar contra el vértigo, sobre sus empuñaduras de plata. No oíste su eco sobre el asfalto de lodo ni su alarido sobre la piedra de lava.

[ No volveremos a hablar de la muerte;
dejaremos las telas extendidas.
Que los naipes aventen las hogueras.
]

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su doku

La Telaraña en El Mundo.


Y la versión extendida:

Son traviesos los números. Igual se alían con la Ley de Hondt y producen desgobiernos absurdos y perennes como el de Maria Antonia Munar y su inexplicable Consell Insular, como engendran, allí donde menos se los espera, tripartitos frívolos o pactos progresistas que encubren la rémora de las ideas inútiles. Uno nunca puede fiarse de los números. Nos pueden arruinar mientras se tiñen de rojo en las cuentas bancarias pero también propiciarnos un inesperado golpe de suerte. Vaya lo uno por lo otro, aunque lo normal, simplemente, es envejecer con ellos y saberlos inocentes sinónimos del pasar de los días. Sólo eso.

Se está poniendo de moda el Sudoku -o Su Doku-, un juego que nació en Japón en 1986 y fue introducido en el Reino Unido por el Daily Telegraph. Ya se sabe que los pueblos aburridos importan cualquier cosa. Según su manual es un puzzle lógico que responde a una regla muy sencilla: hay que completar un cuadrado de 9x9 dividido en nueve áreas de 3x3 con números, de forma tal que cada fila, cada columna y cada una de las nueve áreas contenga los números del 1 al 9. Parece fácil pero no lo es. Me descargué de Internet la última versión prometiéndome un éxito inmediato. Dicen que entre diez minutos y una hora pueden ser suficientes. Pues han pasado los días y no he conseguido resolver una maldita partida. A lo mejor me bajé una versión con una especial mala leche, pero no lo creo.

En realidad soy un desastre para los números. Y si desde siempre me aburrieron todo tipo de crucigramas o acertijos no podía esperar otra cosa de este pasatiempo. Sólo hay dos juegos que merecen la consideración de arte: el ajedrez sobre el tablero y la poesía sobre la página. Es tan sólo mi opinión. Por eso no pienso discutirla.

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lunes, junio 27

pasaje

Tuvo en su manos esos ojos moribundos - y dejó que se multiplicaran sus escamas de trigo.

[La sangre se demoraría en las espinas de su frente. Hay ideas lentas - como de ignición controlada ]

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domingo, junio 26

duelo

Román Piña entrevista a Agustín Fernández Mallo. En El Mundo.

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sábado, junio 25

metáforas

La Telaraña en El Mundo.

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jueves, junio 23

novedad

Carlos Vitale en Puertas Abiertas. Varios poemas recientes que os recomiendo leer.

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miércoles, junio 22

nota

Es posible que unas cuantas buenas metáforas basten para hacer añicos la seriedad ficticia de cualquier ideología o, al menos, para dejarla destemplada y algo menos rígida y receptiva, que no es poco. Rebajar unos grados la solemnidad ideológica en la que algunos parecen querer vivir resulta ser uno de los mejores hallazgos del último libro de Emilio Arnao -Poemas de la mundialización (Calima Ediciones, 2005)-, un magnífico poemario en el que a la desmesura metafórica de Arnao se le suma la desmesura irónica, en el prólogo, de Cristóbal Serra.

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lunes, junio 20

la entrevista

Esta entrevista apareció en la Revista Luke firmada por Inés Matute. Como algunos amigos me comentan que no han podido acceder a la web, por problemas de índole técnica, la dejo a continuación:


Nació en Palma de Mallorca (1956). Poeta y escritor. Ha publicado los poemarios Hipertelía, (Editorial Biblioteca Atlántida, Barcelona, 1982) y Pasión Impresa, (Editorial Devenir, Barcelona, 1985). En año 1992 fue incluido en la Antología Poètes D´Espagne: Poésie du Silence. (Les Cahieurs Bleus, Troyes, 1992) tras lo cual dejó de escribir para reaparecer en el 2000 diseñando sus telarañas conceptuales en Internet. Desde entonces ha publicado Insomnios, ( Editorial La Bolsa de Pipas, Colección La Guantera, Palma, 2003) y Fuera del Tiempo - Ensayos Poéticos - (Editorial la Bolsa de Pipas, Palma 2004). Dirige, en la Red, la Revista Puertas Abiertas y la colección Los Digitales. Asimismo nos cuenta, muy a su manera, sus intimidades literarias en su Weblog La Telaraña.

“La memoria es un lugar apretado, y más cuando uno se sabe amnésico selectivo hasta la exageración y valora mucho más los destellos brillantes pero efímeros que las estrategias de la mediocridad empeñada en perdurar a cualquier precio. Estoy hablando tan sólo, que no es poco, de la creación literaria en un sentido estricto y quizá ando algo a contrapié de la sociedad y sus modas, lo reconozco. Pero las revistas literarias -cuyo origen hay que situar en el Romanticismo- son, junto a algunos suplementos culturales de la prensa escrita, la mejor manera de intentar tomar el pulso a la literatura como obra en marcha, y su impagable labor recopiladora de poemas solitarios, relatos breves, ensayos cáusticos o simples bocetos, a veces mínimos pero siempre significativos de autores de cualquier condición -noveles, emergentes, casuales o imposibles- demuestra que todavía existe donde dar a conocer la voz propia en un mercado difícil y restringido, cuando no maniatado por razones económicas. No ha de extrañarnos, pues, que muchas revistas sólo perduren lo que tarda el inicial entusiasmo en enfriarse ante la inevitable avalancha de las facturas”

(De un artículo de prensa firmado por Juan Planas)

“La literatura es lo esencial o no es nada. El Mal – una forma aguda del Mal- que la literatura expresa posee para nosotros un valor soberano. Pero esta concepción no supone la ausencia de moral, sino que en realidad exige una hipermoral”

(Cita de Georges Bataille, introducción al libro de Juan Planas “Fuera del tiempo”)

Hagamos una primera alusión a esta cita, con la que supongo te identificas. ¿Qué es la literatura para un escritor que tanto hace en favor de una mayor difusión de nuevas voces a través de Internet?

Bueno, Bataille parece decírnoslo con claridad: la literatura es lo esencial o no es. La moral, o mejor, la hipermoral (entiéndase aquí la ética) es la que nos permitirá, después, aclarar algunos otros conceptos: cómo decidir, por ejemplo, qué es lo esencial y sobre qué materias nos está permitido emitir un juicio de valor tan intenso (sin duda, todas)... Especular sobre si es esencial sólo lo que puede ser nombrado o lo son, también, los rumores subterráneos, del todo inteligibles, que nos asolan (imprescindibles para el poeta confirmado como médium). Saber cuándo hemos de huir de las grafomanías- a mi juicio, siempre- y acabar al final entendiendo que utilizamos el lenguaje como vacuna contra una extraña enfermedad, la del propio lenguaje y sus carencias, que son exactamente las nuestras. Escribimos para medir nuestra fiebre al enfrentarnos al misterio de la página en blanco, de la que hemos sido desterrados, tal vez para siempre, porque en realidad no existe ni ha existido nunca. ¡Ya quisiéramos encontrarla! Por otra parte no hay la más mínima diferencia entre la literatura de Internet y la de la imprenta. Se trata de aprovechar esta inmensa Biblioteca de Alejandría para compartir conocimientos sabiendo que por vez primera en la historia de la humanidad tenemos un lugar de encuentro ¿absolutamente? nuestro.

Admito que cuando descubrí tu Telaraña, simultáneamente descubrí a la cotilla que hay en mí, y raro es el día que no pase por tu escritorio o Diario de Bitácora para ver cómo te ha ido la jornada. Esta especie de exhibicionismo intelectual, esta necesidad de compartir tus pensamientos con la gente, ¿qué busca? ¿Complicidad, acercamiento, o acaso es un atenuante de la soledad?

No es fácil encontrar motivos de cotilleo en mi Weblog, porque huyo bastante de las anécdotas... aunque imagino que, entre líneas, siempre se deja caer algo. Es lógico y hasta necesario. Pero yo hablaría, si acaso, de un exhibicionismo muy controlado porque ya sabes que soy bastante pudoroso. Se trataría, pues, de satisfacer un cotilleo del espíritu, algo difícil de clasificar. No obstante, sí que me interesa compartir mi literatura, mis pensamientos, como dices. Es una forma de enriquecerlos. Con el paso del tiempo La Telaraña se ha convertido es un lugar de placer y trabajo. Ahí he ido escribiendo en vivo y en directo los bocetos de lo que luego han sido mis últimos dos libros. Sé perfectamente que he escogido una vía intimista y hasta conceptual que no convoca un número muy elevado de lectores pero no necesito más porque los que tengo me parecen los mejores que podría desear tener. Es curioso e inexplicable, pero la literatura y en especial la poesía siempre acaba encontrando por sí misma sus propios lectores. Sería horrible tener que someterse a caprichos externos para conseguirlos.

Háblanos de la revista Puertas Abiertas y de tu experiencia en Internet. Tengo entendido que aborreces la palabra “virtual”.

Si la realidad es ya ficción - y lo es por entero - a qué viene adosarle, en ocasiones de manera peyorativa, el calificativo de virtual. Es ridículo. La realidad siempre tiene la misma sustancia, sea en Internet o en la carnicería de la esquina. Y la literatura en la Red es tan real como la de cualquier librería o revista en papel. Por eso, al adentrarme en el mundo de las páginas Web lo primero que se me ocurrió fue organizar una revista, que en realidad es un almacén, donde albergar muestras, creo que valiosas, de la literatura que se está haciendo hoy mismo, sin segundas intenciones ni filtros de estilo. Luego conocí los libros en formato pdf y acabé organizando una pequeña biblioteca de descarga que lleva por nombre Los Digitales. Todo esta labor da bastante trabajo, es cierto, pero con algunas muestras de cariño que recibo me siento mejor que pagado.

En los últimos números de Luke hemos ido conociendo, gracias a las entrevistas, distintas visiones de lo que es la poesía para nuestros poetas más prometedores; Sin embargo, en alguna ocasión me has comentado que la poesía no admite adjetivos, que el concepto de postpoesía te parece una majadería y que la poesía o es o no es, y que la perversión dialéctica sólo conduce a la trivialización, cuando no se pone al servicio del marketing. ¿Qué puedes comentarnos al respecto?

Poco, porque tú ya lo has dicho casi todo y así es como lo veo. Las etiquetas siempre sobran o debieran sobrar. Alguno de mis primeros libros fue encuadrado por algunos como perteneciente a la llamada, por aquel entonces, “poesía del silencio”. Tuve que correr a las hemerotecas y recurrir a la erudición de algún amigo para saber qué coño querían decir con eso. Entonces era muy joven y la verdad es que me hizo gracia el tema. Hoy ya no puedo sino olvidarme de las etiquetas. Comprendo que los críticos literarios las usen porque esa es su función en el mercado: informar al consumidor. Pues bueno. De todas formas, autores que admiro como Román Piña o Agustín Fernández Mallo no necesitan, para nada, las etiquetas.

El día en que nos conocimos, tú venías de una exposición de cuadros valorados en 25 millones de pesetas. Automáticamente me hablaste del hipotético valor de un poema de Juan Ramón Jiménez. En ese momento me quedó claro que eres un hombre que sabe distinguir entre valor artístico y precio de la propiedad privada. ¿Qué opinas del llamado arte conceptual?

Allá por los 60 la idea fue bastante innovadora. Y sin duda la sombra de Marcel Duchamp ha sido muy alargada. Tampoco son desechables algunas composiciones del grupo inglés Art & Language. La cuestión es que hace tiempo que sabemos, pienso yo, que forma y contenido son - o debieran ser - exactamente la misma cosa. Y que cuando no es así, lo que los separa es el fraude, normalmente ideológico o social, lo que también puede ser considerado, aunque nos asombre, como un valor añadido. Quizá ahí radique la diferencia entre el valor artístico y el precio del arte en el mercado. No me parece mal practicar un arte como la poesía que está absolutamente fuera del mercado... Me gusta mi libertad, así que no me quejo. También me gustan mis limitaciones, convivo a gusto con ellas.

Con la tendencia que tienes a abstraerte, supongo que tu trabajo en El Mundo te ayuda a mantenerte en contacto con la realidad. Si una de las funciones del periodismo es atacar al poder, ¿cuáles son tus blancos favoritos? ¿Ante qué o quienes te sientes especialmente crítico?

Hay que atacar al poder, sí, siempre, pero igual a los que buscan conservarlo que a los que quieren alcanzarlo; ambos viven inmersos en la falacia de algunas dialécticas que parecen conmover al mundo y sólo se preocupan de exterminar su misterio, su poesía. Pienso en la farsa del marxismo dialéctico, cómo no. Pero sobre todo en la miseria intelectual propia de cualquier pensamiento utilitarista, gregario, historicista, sectario, etc. Ni siquiera el humanismo puede ser salvado. Las buenas intenciones son deleznables. Me quedo - a solas - con algunas preguntas: ¿Cómo acabar con el humanismo sin acabar con el hombre? o ¿Cómo despojar al lenguaje de las ficticias balanzas de la dialéctica? No tengo respuestas porque no las hay ni puede haberlas, claro. Pero sé que habría que intentar comprender eso y, sobre todo, expresarlo. Algo así como ir más allá del sinsentido de las palabras sin precipitarse en la locura.

Mientras intentaba perfilar esta entrevista, un muchacho se acercó a pedirte dinero; le diste 10 euros y al instante supe que no lo hacías por impresionarme, que vuestra relación venia de antiguo, y que no era la primera vez. Entonces te pregunté por tus obsesiones y me respondiste que te obsesiona vivir, y que buscabas ante todo la intensidad, puesto que la fugacidad ya la tenemos. ¿Dónde – y no intento acotar un espacio geográfico, ni mucho menos- vives tú más intensamente?

Menos lobos, Inés, que no era exactamente un muchacho sino un poeta insigne que andaba escaso de efectivo. Eso no es nada insólito entre poetas... ¿De veras, no te impresioné? Lástima. (Risas). En cuanto al tema de los espacios quizá la fugacidad sea el único que nos sea dado habitar conscientemente. En esa fugacidad cabe todo: el aburrimiento, las emociones, lo intenso, lo banal, lo místico, lo religioso, lo erótico, lo mínimo pero también lo desorbitado. Sólo me preocupa no eternizarme en ninguna de esas posibilidades y aprovechar de cada una lo mejor, o lo que más me apetezca en cada instante.

Si la realidad es ficción, puesto que sólo existe lo que alcanzamos a interpretar de ella, ¿Qué balance haces de tus casi 50 años? ¿Qué planes tienes para el futuro?

Casi 50, dices... No puedo sino esbozar una sonrisa y dejártela aquí suspendida. Me reconozco mejor en esa sonrisa que en la cifra, pero no hay apuro. Quizá simbolicen por igual la plenitud y la decrepitud, dos conceptos poéticos de indudable envergadura. Acaso sea una buena edad para empezar a pensar en hacerse mayor, sí. En cualquier caso, no pienso en balances, que son una forma inútil de autocomplacencia; y mis planes son los de siempre, ya es tarde para cambiarlos: escribir, que es una forma de vivir como otra cualquiera... y vivir, que es también una forma de escribir. No tengo más planes.

Háblame de esa “torre de luciérnagas donde las palabras unas veces brillan y otras no” (¿Era así la cita?)

No sé si era así la cita pero en cualquier caso se trata de una referencia que incluí en mi diario a un nuevo poemario titulado “Alrededores o la Mansión de las Luciérnagas” que editará dentro de algunos meses “Calima Ediciones”. Parece tener poco que ver con mis últimas creaciones pero supongo que no es así. Se trata de un libro bastante breve, en verso; en realidad es un solo poema ambientado en una mansión gótica, repleta de cadáveres, espectros, sótanos húmedos, teléfonos negros y, cómo no, luciérnagas. Me siento muy contento e ilusionado con su edición.

Alguna vez hemos comentado, a partir de la lectura de un determinado libro, que la gente hoy por hoy carece de pudor...

Ah, la superficie resbaladiza del papel o las cosas, ¡cómo resbala! Por eso hay que escuchar el cuerpo, el mundo, y vigilar su misterio atentamente. Esa vigilia tiene un ritmo: el poema. No se puede escribir sin desnudarse; al contrario, escribir es, ante todo, desnudarse, pero hay que ser serio y arrancarse la piel a tiras si es preciso, y lo es, para no quedarse en la superficialidad de lo anecdótico. Igual que hay televisión basura hay literatura basura. Sólo me interesan ciertos tipos de literatura; por ejemplo, los ensayos sin tesis, las novelas sin trama, los diarios sin rumbo y ya exagerando - que es muy útil para encontrar el equilibrio - siento especial predilección por los naufragios perfectos y las catástrofes totales. Pero el recuento de las víctimas debe ser obviado porque no es literatura. El ombligo del autor, tampoco.

No sé si me vas a dejar decir que eres casi tan hipocondríaco como Woody Allen... ¿Es la hipocondría una forma de vivir?

La hipocondría no se elige. No puedo sentirme, pues, culpable de ella. Sin embargo, me es útil para auscultar el mundo y establecer conexiones metafóricas. Me ayuda a escribir, que sí es una elección voluntaria, al igual que vivir. Me encanta Woody Allen aunque su trayectoria me parezca menguante. Creo que su hipocondría es más bien hija del conductismo psicológico que tanta importancia parece tener, todavía, en los Estados Unidos. Prefiero las sinceras angustias patológicas de Juan Ramón Jiménez. Son mucho más absurdas, aunque menos risibles, lo reconozco.

Conociéndote, una tiene la sensación de que tu planteamiento vital es un tanto budista- zen: si no deseo nada, elimino de golpe toda posibilidad de frustración. No detecto en ti la menor ansiedad, pareces un hombre conforme contigo mismo. ¿Será eso la madurez?

No lo sé. Uno se pasa la vida sabiéndose en desequilibrio y, quizá por eso, buscando ese equilibrio que, por definición, no existe. La vida es movimiento. Nos movemos con ella a la vez que nos mueve y la movemos. Lo importante es sentir que en ese vaivén, en esa inestabilidad, uno puede - y debe - encontrar su propia manera de interpretar el mundo, y vivir, vivir sin más complejos ni adjetivos.

Si el hada madrina te concediera tres deseos, ¿qué le pedirías?

Tres deseos son demasiados deseos. Y también muy pocos, poquísimos. Sólo le pediría tiempo para seguir deseando...

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provocaciones

La Telaraña en El Mundo.


Referencias en el artículo: Carlos Vitale - Vaig Fort

domingo, junio 19

retablo

Poco avanzas sino retrocedes. Poco construyes sino destruyes. La misma palabra, afuera y adentro: éter.

O voces.

Muere un niño cuando ajustician a un hombre.

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sábado, junio 18

culpables



Voy a dibujar tu autorretrato. Con este simple lápiz de carboncillo y escarcha.

Afilo mi mirada sobre la línea del alba. Cualquier gesto, cualquier sonido propiciará la aniquilación sobre el lienzo o la página, sobre el cuerpo.

No hay mayor pecado que adorar el becerro del oro y las palabras.


***

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jueves, junio 16

demora

[ A ratos, el mundo parece de ceniza. Y una pátina de niebla esconde su aguijón: desdibuja el paisaje ]

No la percibirás llegar y cuando te encuentre, clandestino, pensarás en el beso que sentiste antes de rendirte a sus labios.



Y aun así te hubieras conformado con un sólo proyecto de verso al día.

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martes, junio 14

Sólo apuntes iniciales. Ya vendrá el trabajo invisible.

Observo a Gabriele D´Annunzio junto a Natale Palli, después de un vuelo sobre Viena en 1918. El impecable poeta aparece algo encorvado, con el casco ladeado y acaso una sombra le cruza el rostro. No puede mantener la pose junto al hierático y afeminado Natale, que asemeja un maniquí. No la he encontrado en ningún libro de historia sino en un estúpido folleto de propaganda. También está en la web de Gafas Persol.

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lunes, junio 13

paisaje recortado

Se detendrá tu silueta justo en la línea de luz, y entonces desaparecerá. La hilera es alargada, como una autopista rodeada de ombligos y tentáculos extendidos: nos queda todavía atravesar infinidad de rumores hasta encontrar algún objeto simple - una aureola en tus muslos, un pliegue en tu pezón o un óvalo en tu sonrisa - que nos resuma el mundo en una sola idea. [ Tanta materia acumulada en siglos de solemne ignorancia no es comparable a los alaridos del hijo al nacer. Estabas borracho de lágrimas y nunca volviste a sentir otra alegría similar. ]

Unas tijeras. Necesito unas tijeras grandes y afiladas, para dejar un hueco en el paisaje que estáis viendo y poder decir: ahí estuve. Estuve.

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rehabilitaciones

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domingo, junio 12

elogio de la seducción

Rechazo el humanismo. La dialéctica. El hechizo de las balanzas. La equidad. El peso específico de la autoridad moral. También el todo ya está dicho. O todo está por decir y mejor que lo digan los otros. [ Sólo amamos futuros cadáveres. Palpamos ahora sus hermosas astillas recubiertas. Danzamos con los brazos enlazados y la mirada dispersa. Nuestros labios escancian metáforas. Y los visillos nos parecen sábanas. Dejemos que lo sean: así envueltos, hasta el tiempo vacila, tiembla y retrocede ]

Rechazo ser distinto de lo que soy. Rechazo la remota posibilidad, siquiera, de desearlo. Rechazo arrepentirme por lo que hice o dejé de hacer. Uno es exactamente lo que hace y sólo eso. Lo que no se hace no existe. Rechazo el saldo, la contabilidad y la síntesis: Si el resultado parece excesivo, por frívolo y aparente; si demasiado poco, por simular una elipsis fuera de contexto. Rechazo la humildad. Y dejo el orgullo para los necios. [ Amamos igual que podamos un bonsai: con caricias ]

Rechazo la creencia piadosa de que en algún momento pudiera elegirse un camino mejor. Rechazo la piedad. Elijo, es cierto, pero porque no puedo hacerlo. Ni dejar de hacerlo. A eso le llamo dignidad e inmundicia. Simultáneamente, ambas cosas. [ Los libros nos invitan a una calma relativa. Hay hojas que parecen charcos, cruces y hasta cánticos preñados de polilla. El tiempo, frágil, nos convierte en máscaras. Me giro y has desaparecido del universo. Ni una sola voz tuya, ni un recuerdo. Nada. Sólo las termitas labrando los surcos por los que el sol se convierte en bruma ]

Rechazo la teoría de la relatividad. El monismo. El dualismo. El historicismo. El antropomorfismo. Las teologías y la estadística. Rechazo todas las teorías, las que conozco y, sobre todo, las que ni siquiera imagino. Es falso que el mundo pueda ser interpretado al margen del subjetivismo más escandaloso. Rechazo el escándalo. Ponerle nombres a las cosas no les da la vida. Sólo una apariencia ridícula, una forma pasajera de juego. [ Volátil, viajo en busca de aliados sabiendo que sólo encontraré nómadas y rumores ]

El mundo no encaja en la palabra. Sólo nos queda la seducción. [ Vale ].

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sábado, junio 11

Los Digitales

No dejéis de leer, en pdf, la obra de Francisco Rodríguez Criado: Textamentos.

Os la recomiendo.

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vestuario

Recoges la ropa y la examinas. Está vacía o extenuada. No existen más rumores que tus recuerdos.

Y sin embargo se superponen algunas huellas remotas. Las mismas arrugas de siempre. Los mismos olores sujetos con imperdibles. El rastro del calor y la ubicuidad del frío. La yema del dedo repasando las costuras, los ojales, la etiqueta ilegible junto a un mínimo pespunte desgarrado. Sólo esos pocos ingredientes bastarían para propiciar una gran explosión.

Luego están los cuerpos que el deseo hace tuyos. [ Ella siempre te abraza como si fueras otro ]

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viernes, junio 10

referencias cruzadas

[Al fondo, contra el horizonte, un poeta negro alcanzado por un seno de doncella duerme un último abrazo contemplando el peregrinaje, sus huellas sobre la arena caída - No, no dijo eso, Artaud; jamás concibió la paz suficiente para imaginar el recogimiento en las entrañas tranquilas de un corazón aniquilado ]

Te alcanzará el oráculo y sabrás que la danza es fruto luminoso de tus pasos. Te alcanzará el glaciar y estallarán entonces tus sienes. Sólo habrá sido un no sé qué intranquilo que, tarde o temprano, intentarás esconder en la maleza de tus versos.

[ Pero la simiente cumplirá su destino de árbol prohibido. Y te cegarán sus frutos ]


***


Te espera un nombre en alguna parte. No más adelante ni tampoco muy atrás. No en este ahora que imaginas, columpiándote en abstracciones. No donde alcanzaron o alcanzarán, tal vez, tus sentidos. No entre los lenguajes de tu memoria, esos tesoros que presumes poseer. No entre tus carencias.

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jueves, junio 9

Reno - la discordia es una historia de amor

She took off her stockings, I held them to my face.
She had your ankles, I felt filled with grace.
"Two hundred dollars straight in,
Two-fifty up the ass," she smiled and said.
She unbuckled my belt, pulled back her hair,
And sat in front of me on the bed.
She said, "Honey how's that feel, do you want me to go slow?"
My eyes drifted out the window, down to the road below.

I felt my stomach tighten. The sun bloodied the sky
And sliced through the hotel blinds. I closed my eyes.
Sunlight on the Amatitlan, sunlight streaming thru your hair.
In the Valle de dos Rios, smell of mock orange filled the air.
We rode with the vaqueros, down into cool rivers of green.
I was sure the work and that smile coming out 'neath your hat
Was all I'd ever need.
Somehow all you ever need's, never really quite enough you know.
You and I, Maria, we learned it's so.

She slipped me out of her mouth, "You're ready," she said.
She took off her bra and panties, wet her finger, slipped it inside her,
And crawled over me on the bed.
She poured me another whisky,
Said, "Here's to the best you ever had."
We laughed and made a toast.
It wasn't the best I ever had,
Not even close.

Amatitlan: Central Mexican River
Valle de dos Rios: Valley of Two Rivers
Vaqueros: Cowboys


Copyright © Bruce Springsteen (ASCAP)

Para los amantes de las traducciones automáticas: Herramientas de Google.

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martes, junio 7

la música o el amor o la muerte

Me sugiere J. Queen que hable de música, pero hoy no podría resignarme a ello [ Es bien sabido que la música y el amor son la misma cosa y cada una el eco de la otra, su causa o su efecto, su origen o desenlace, su círculo ]

Pero la música atenta contra el silencio, igual que el amor lo hace contra la cordura. Y la palabra, en terreno de nadie, va y viene entre los surcos del vinilo como en la llama invisible del láser.

Sólo escucho música cuando estoy acompañado. Cuando es la hora de amar.

Cuando no escribo ni trabajo. Cuando no pienso.

O cuando me diluyo en otra música [ Hoy me enteré de la muerte de un buen amigo mío. Compartí con él - hace ya mucho, muchísimo tiempo - lo máximo que puede compartirse con otro hombre: los labios de la misma mujer. Ella fue quien me llamó para decírmelo. Su dolor también era música ]

En un lugar de mi memoria suenan ahora Pink Floyd, el doble blanco de los Beatles, con el que inauguramos un espléndido equipo de música (no recuerdo la marca, Winwood o algo similar), algunas canciones de Lluis Llach, Jeff Beck, John Mayall y Clapton. Descansa en paz, amigo.


***


La Telaraña en El Mundo

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lunes, junio 6

morning glory

(Leonard Cohen)

No words this time? No words. No, there are times when nothing can be done. Not this time. Is it censorship? Is it censorship? No, it's evaporation. No, it's evaporation. Is this leading somewhere? Yes. We're going down the lane. Is this going somewhere? Into the garden. Into the backyard. We're walking down the driveway. Are we moving towards.... We're in the backyard. ...some transcendental moment? It's almost light. That's right. That's it. Are we moving towards some transcendental moment? That's right. That's it. Do you think you'll be able to pull it off? Yes. Do you think you can pull it off? Yes, it might happen. I'm all ears. I'm all ears. Oh the morning glory!

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épica

Me entretienen estos tiempos de valores confusos y mixtificaciones fáciles en que vivimos. No resulta serio, pero sí divertido, emparentar la épica con la reciente salvación de Real Mallorca -producto, en realidad, del formidable empeño del Levante que no de los vacilantes méritos mallorquinistas- o las hazañas del apolíneo Rafel Nadal sobre las tierras batidas de Roland Garros. La historia no es nueva; al contrario. Siempre hemos necesitado héroes con los que identificarnos. Antes lo fueron los guerreros, que llegaron a tener categoría de semidioses, y ahora lo son los deportistas, las estrellas de cine, algunos autores de best-sellers o los cantantes de éxito. Recuerdo que hasta los banqueros con gomina tuvieron su minuto de gloria. No es lo mismo, pero igual se le parece.

Estaba este domingo visionando un viejo concierto de Leonard Cohen. El público enarbolaba una pancarta con un lema estremecedor: Beautiful Losers (Bellos perdedores). Aquella alegría pertenecía a los años sesenta y a la sana costumbre de reivindicar las cosas pequeñas, íntimas, frente a la retórica de las grandes palabras. La victoria anónima del agobiante día a día.

Pero civilización e inocuidad parecen haberse aliado. Y no es mala cosa dejarse seducir por la curiosa épica de devolverse, con la peor mala leche posible, una pelotita por encima de una red. En los anfiteatros los vencedores agitaron sus banderas y los derrotados las dejaron a media asta. Luego, al finalizar el ritual, una especie de justa sobre las movedizas arenas del honor y la fuerza, unos y otros regresaron a sus casas, cenaron, hablaron con la familia, quizá leyeron algún libro y se acostaron tranquilamente. La vida prosigue.

sábado, junio 4

versos robados

La Telaraña en El Mundo.



Y la versión extendida:


A Antonio Rigo se le ocurrió durante la reciente tertulia de El Último Jueves en el Salón Rojo del Palau Sollerich, recitar unos cuantos poemas breves - emparentados con los haikús, esos poemitas japoneses que nunca parecen pasar de moda - de un autor cuyo nombre no quiso desvelar. Esos poemas fueron, por lo visto, bastante celebrados y, de hecho, acabaron, aunque por otras razones, convirtiéndose en los auténticos protagonistas de la velada poética que, como casi siempre, discurrió por los habituales cauces de la placidez pero también con el abarrotamiento propiciado por la presencia de Mitsuko Omitsu y Ralph Cardwell, pareja peculiar donde las haya. Y todo porque los poemas fueron robados. Como lo leen. Robados. O al menos desaparecieron del zurrón donde los guardó Rigo tras su lectura.

Y ahora viene el problema sobre a quién acudir para remediar el desastre. Parece que en Mallorca la Policía Nacional y la Guardia Civil están tan ocupados desarticulando, con éxito, bandas extranjeras de ladrones de chalés que cualquiera va a pedirles que rescaten unos poemas. Imposible. Tampoco podrá hacer nada, me temo, el bueno de Basilio Baltasar, recién nombrado director de la llamada Oficina del Autor, porque esa oficina sólo defiende a los autores de su grupo editorial y no parece, todavía, que el autor de los poemas esté en su nómina. Una lástima.

Quizá los mayores expertos en recuperar papeles ajenos sean Carod Rovira y su socio Maragall, pero no se puede esperar mucho de ellos porque esos poemas estaban escritos en castellano. Mal asunto. Siempre nos debería quedar el recurso de la SGAE pero ya sabe que lo suyo es sólo recaudar cánones, prohibir conferencias en la Universidad de Valencia sobre la legalidad del intercambio de archivos y forzar, incluso, la dimisión del conferenciante, el profesor Jorge Cortell. Creo que no nos queda otra solución que apelar a la sensibilidad y buen gusto del presunto ladrón de versos. Deben de quedar muy pocos como él. Quizá ninguno.

jueves, junio 2

54 palabras

La pureza del perfil son sus arrugas. En realidad, la piel es un cristal sucio donde se hunden las uñas hasta un límite borroso. Pongamos como ejemplos, el grafito del lápiz sobre el papel o el almagre sobre los labios.

La mirada se vuelve porosa a la luz y parpadea. El asombro es lapidífico.

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