LA TELARAÑA: El mensajero

domingo, febrero 27

El mensajero

Sucede en contadas ocasiones, pero sucede, que al acabar la lectura de un libro me invada la sensación - que es certeza dulce, pero también incómoda - de haberme descolgado de la trama mucho antes de llegar a la última página. Luego, un epílogo afilado me rescata de la amnesia y me confirma que en realidad nunca atendí a la trama ni a sus actores, que sólo me dejé llevar por el remolino de las palabras, su estructura aérea, su entramado de conceptos, ideas, metáforas e incluso sus músicas, que son, os lo aseguro, también las de mi propia vida... Y sé que hice bien y que el libro mereció la lectura. Me refiero a El Mensajero de Argel, de José Carlos Llop. Lo escribo aquí porque sé que lee de vez en cuando estas páginas y se sonríe como sólo él sabe hacerlo.

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