LA TELARAÑA: febrero 2004

domingo, febrero 29

La Telaraña en El Mundo.


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La Nueva Biblioteca de Alejandría



Hubo un tiempo en que los dioses se relacionaban muy estrechamente con los humanos: compartían los mismos placeres y pasiones, iguales envidias y celos, procreaban hijos comunes que llevaban en la sangre laberintos insondables y espejos crueles. Hubo un tiempo en que la sabiduría o el conocimiento pertenecían por igual a los ámbitos humano y divino, sin que fuera posible ni deseable, siquiera, distinguirlos. Pero no se me alteren, es posible que el tiempo sea en realidad un artificio, quizá un engaño, y las cosas no hayan cambiado en absoluto y nosotros seamos ahora los herederos de tan enorme bestiario poético, esos monstruos engendrados en la voracidad creativa de tanta convulsión y desarraigo...

Fue por aquel entonces, concretamente en Alejandría, hacia el año 306 a.C., cuando los seres humanos iniciaron, en un sentido estricto, la aventura intelectual de búsqueda, recopilación y salvaguarda de cuanta actividad cultural mereciera pasar a la posteridad, ese nebuloso lugar supuestamente futuro que sin embargo arraiga y habita en el pasado, en los imprevisibles arcones de la memoria.

Tampoco se confundan. El esplendor es un concepto cualitativo que ignora por completo los entresijos del mercantilismo o la avaricia aritmética de los poderosos. La Biblioteca de Alejandría, y su correspondiente Museo - ya saben: el lugar de las musas - llegó tan sólo, y eso en su momento de mayor apogeo, a albergar algo menos de un millón de ejemplares. No es demasiado si, por ejemplo, consideramos que en la actualidad el Museo del Estado Ruso, antes Lenin, posee unos treinta millones de volúmenes.

Lo importante era que los eruditos de la Biblioteca estudiaban la totalidad del Cosmos (en griego, el orden del universo) con una voluntad interdisciplinar que todavía hoy nos asombra por su modernidad y nos confirma que la historia del hombre es mucho más parecida a la construcción de un laberinto borgiano, con sus vacíos lógicos, sus saltos intemporales y sus enigmas aromáticos, que a las lineales interpretaciones de muchos deterministas de corte dialéctico o religioso, eso ni importa. No, todo acontece de manera mucho más hermética pero también diáfana, al menos para quien sepa que observar y observarse son la misma cosa, idéntico ejercicio de estilo, mucho más saludable cuanto más se entremezclen los matices de lo risible y lo memorable.

Pero lo cierto es que del mármol suntuoso y los trabajos en forzado silencio hemos pasado a las autopistas del silicio y la información, de las palabras a los bytes, de la lenta mecánica de los pacientes escribanos a la vertiginosa ubicuidad productora de Internet. La globalización de la cultura - al menos del acceso a la cultura - nos permite tener en nuestro ordenador o en la misma palma de nuestra mano, si queremos, todo cuanto se está creando, y simultáneamente destruyendo, en cualquier parte del planeta. Sólo hay que saber buscar, interpretar y, sobre todo, digerir.

Internet es una inmensa telaraña donde las creaciones de sus usuarios nacen, se transforman y multiplican de manera casi imposible de cuantificar y, por supuesto, de detener. La cultura - en todas sus ramificaciones - se convierte en omnipresente protagonista ofreciéndose a todos como lo que en realidad nunca dejó de ser, una continua "obra en marcha", tan agotadora, exigente y fructífera como solidaria y global. La respiración del planeta entero nos envía su aliento. Aunque a veces huela muy mal, por cierto.

Pero la red sería inútil como biblioteca si no existieran buscadores como Google o iniciativas como Internet Archive que se dedican a guardar millones de páginas ya inexistentes en la actualidad pero que algún día fueron expuestas y leídas, generando más completos y elaborados pensamientos, dejando, así, su huella. Nuestra huella, pues, entre todos, estamos reescribiendo de nuestro puño y letra los artículos de la enciclopedia más vasta y profunda jamás imaginada. No es poca cosa ni lo parece.

Quizá todavía sea comprensible un cierto temor a tanta revolución cibernética pero Internet, al igual que la imprenta, nos ofrece lo único que le podemos exigir a una máquina, "a todas las máquinas pero no sólo a las máquinas" : aproximarnos a la realidad física de las cosas y las personas ayudándonos a ampliar el abanico de las perspectivas que enriquecen nuestras vidas. De esta manera, el viejo sueño de los Ptolomeos - que acabó convertido en cenizas por la intolerancia y la mezquindad de los gobernantes de la época - vuelve a brillar sobre las ruinas de un Faro que nos sigue iluminando. Que no decaiga.



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sábado, febrero 28

Estoy recopilando información sobre la Biblioteca de Alejandría desde la propia Biblioteca... Pronto, las conclusiones, si es que las hay...


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Lógica del derrumbe


Se abre la piel y la sangre espera. Primero es el dolor y luego la conciencia de que jamás sucede nada ajeno a la propia naturaleza de las cosas. Primero es la mirada tensa y después la confirmación pausada, que nos convierte en material de olvido.

Pero sólo se cierra el círculo si me alejo lo suficiente...

Y es entonces cuando padezco un enorme error de apreciación o sistema que me impide entender qué palabra pudo provocar tantas catástrofes.





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miércoles, febrero 25

Personal

Pasar la noche en un Hospital es como pasarla en un Aeropuerto. Con una pequeña diferencia: en el Aeropuerto deseas que tu vuelo salga cuanto antes y en el Hospital que no salga nunca.




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Actualizada la página de Rafael Montenegro, con un nuevo relato.

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La Telaraña Cultural en El Mundo.

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martes, febrero 24

En marcha...


Surcamos las prodigiosas esferas de la luz o el tiempo, el hábitat de los recuerdos que sin desaparecer se transforman...

¿Cómo no mirarse sin sentir un mínimo escalofrío?

¿Cómo no mirarse sin palpar, aun en el espejo, las arrugas volátiles como el humo?

¿Cómo no entrever el eco de las palabras en las palabras?

¿O el silencio del silencio - retumbando entre las cruces con las que marcamos, inocentemente, los caminos sin retorno - del regreso al origen, a la juventud y a la infancia, al latido final de un corazón en un vientre de agua?




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lunes, febrero 23

A veces el dolor afina
y me atraviesa el pecho.

Me quedo entonces quieto, y ardo en soledad.



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La Telaraña en El Mundo.



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Mutaciones



Debo ser un bicho raro, lo confieso. A veces me siento más catalán que Carod Rovira - y la verdad es que me maravilla esa hipótesis y hasta me convenzo sin apenas esfuerzo de que es una verdad irrefutable... También me da, en ocasiones puntuales, por sentirme más vasco que Ibarretxe, más británico que Blair o más estrávico que Stallone. También podría sentirme más mallorquín que María de la Pau Janer o María Antonia Munar juntas pero, claro, todo el mundo sabe que hay cosas imposibles, incluso para alguien como yo, tan dado a las mutaciones profundas de personalidad.

Así que hace unos días, al entrar en unos de mis típicos trances kafkianos, sentí al mirarme en el espejo un especial cosquilleo. Al fin había sucedido. ¡Al fin! El qué, se preguntarán con lógica impaciencia algunos de ustedes. No, no se preocupen, no me había convertido en una cucaracha, ni en Michel Douglas o Bertín Osborne, ni siquiera en Baltasar Porcel o Miquel López Crespí. No, qué va. Era otra cosa.



(Continuará... o no:-)



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martes, febrero 17

Escribir, reescribir. ¿Cuándo realmente finaliza la frase? ¿Cuando la lectura le otorga significado y la aniquila, o después, mucho después, cuando ya no importan los signos y la página se transfigura, y el eco invade las estancias y las puebla de seres de niebla, humo, aire, tal vez nada?

No escribo en tiempo presente, pasado o futuro. Las especulaciones no me están permitidas. Este instante pertenece sólo a mi cuerpo - del lenguaje, de la sudoración y la memoria, esa vieja maquinaria exprimida.



Caos


He dormido entre hermosos cadáveres. Y hasta me demoré explorando las yemas de sus dedos: ese fascinante laberinto, esa geometría difusa, génesis del tacto.

También dejé transcurrir el tiempo en ciudades ruinosas e hice de sus interminables calles mi intransferible patria interior.

(Hay frases útiles que aunque no dicen nada parece que impactan, nadie sabe en absoluto porqué ni dónde)

Luego resucité como sin duda tú misma habías planeado: con una sonrisa beatífica, pese al agarrotamiento general de la musculatura y otros problemas físicos que no puedo ni siquiera insinuar sin padecerlos de nuevo.

No, eso sería concederte demasiada ventaja y, además, debo atenta vigilia y absoluta fidelidad a mis propias ruinas.

Pero cada uno elige su estilo. Recuerdo que nunca me gustó el tuyo, como es lógico y deseable en un joven afiliado a la CNT que disertaba entonces con la misma emoción que ahora sobre la horizontalidad oblicua del deseo, el glu glu de su alborotado remolino al rodear primero y caer vertiginosamente después en el ombligo, de la mujer y de las cosas, de la palabra y la acción directa, del eructo y el abrazo poético - ante el asombro, el estupor y finalmente la desidia de sus sudorosos compañeros metalúrgicos, años 76 y sucesivos, ciudad de Valencia, qué tiempos - Oh.




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lunes, febrero 16

Me envía Jean Travais un email del que entresaco este lúcido párrafo, que suscribo en su totalidad. Gracias, amigo.


Hablas del enigma del lenguaje, no creo que haya nada más acertado: La palabra enigma aparece por primera vez en Píndaro, "El enigma que resuena en las feroces mandíbulas de la virgen", fragmento que refiere por primera vez al mito de la Esfinge a la que derrota Edipo. Lo que puede significar este pasaje es: el enigma es la proposición fatal de los dioses, al que los hombres que no sepan enfrentarse morirán.

El futuro o el destino es algo que pertenece a los dioses y éstos parecen no querer enseñárselo a los hombres, el destino y el origen es el enigma. Dice Heráclito: "El señor que está en Delfos no afirma ni oculta, sólo señala". Luego, sí, existen dos naturalezas, la de los mortales y los dioses (lo desconocido), pero el logos, el habla es lo que está a caballo entre lo uno y lo otro (no olvidemos la condenación de Prometeo por los dioses por haber dado el fuego a los hombres, ese fuego es la lucidez que se consigue a través del lenguaje y no de la animalidad que le era propia a los mortales). El lenguaje es desocultamiento, lucha en sí misma entre la luz y la oscuridad.






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domingo, febrero 15

Variedades



Parece que los americanos se escandalizaron más por un simple pezón estrellado que nosotros, los españoles, por el culo al aire de nuestros actores y actrices negándose a condenar, explícitamente, el terrorismo etarra. No parece la única diferencia cultural entre el público de ambos países ni, sobre todo, entre sus colectivos de variedades. Los nuestros, según reza su última campaña publicitaria, piensan, sienten y por lo visto hasta actúan de forma muy distinta a los de Hollywood. No hacía falta que invirtiesen ni un euro en decírnoslo. Ya lo sabíamos.

Quizá por tal motivo, yo hubiera preferido que en vez de enseñarnos su trasero nos hubieran alegrado la vista y hasta el pensamiento con algo más de sensibilidad y mucho menos dogmatismo político, pero qué se le va a hacer: así son ellos de distintos.

Por fortuna, la salud cultural de un país o de una ciudad - Palma, sin ir más lejos - no sólo se mide por el pelaje ético de sus cantantes, la calidad de su cine o la opacidad administrativa de sus museos, sino por el número de actividades creativas, más o menos espontáneas, que acontecen en sus calles, en sus patios, en sus lugares de encuentro. En este sentido Palma goza de indudable buena salud cultural.

Resulta un placer encontrarse en plena calle San Miguel con un concierto de ópera a cargo de un dúo que no cotiza a la Sociedad General de Autores ni falta que les hace. O la actuación en los aledaños de la fuente de Las Tortugas de un entrañable violinista que hasta eclipsa con su música el rumor del tráfico. O asistir a las tertulias literarias de Literarte o El Último Jueves, por ejemplo.

Pero hay mucho más. La oferta es amplia y sugestiva. Esperemos que la venidera Televisión Autonómica Balear sirva también para informarnos de todos estos eventos sin aplicarnos ninguna censura previa de cinco minutos, por si se nos ocurre enseñar la lengua en algún idioma prohibido por los puristas de turno. Ya veremos.




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viernes, febrero 13

Puertas Abiertas


Autopresentación y seis nuevos relatos de Ivis Acosta. Os recomiendo especialmente el titulado La cucaracha, la cucaracha...

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jueves, febrero 12

Los hilos entrecuzados te aprisionan pero también te permiten un suave balanceo.

El abrazo del mundo te asfixia - eso dices - pero un placer puntual y sucesivo, convulso e instintivo, te reconcilia con la araña - y los sueños.




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Hoy, a las 20 horas en Arca, tertulia literaria. Creo que sobre amor, humor y lo que se nos ocurra. Nos vemos.

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martes, febrero 10

Aquello que quisiste decir
y no recuerdas
- quizá sobre el silencio
de saberte ignorado
en un lienzo de piel desnuda -
es hoy una arrugada página, una más,
que se te sigue resistiendo.

Tu sonrisa maltrecha nos engulle
como un negro agujero
de palabras sin orden: la caligrafía
exacta del olvido.

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domingo, febrero 8

Persistencia en el poema


La hilazón es complicada, y el tejido denso.

Hay entre las capas amazacotadas un respiro, una marca de silencio y luz, unas mínimas buhardillas, unos respiraderos casi invisibles: un hálito de transparencia por el que suspiras sin aspavientos ni gestos desmedidos.

Simplemente instalado en una celosía como exacta prolongación de lo propio y de lo ajeno.

Sólo te delata la atenta vigilia y acaso una discreta obstinación de la que no puedes sustraerte - ni aun si quisieras.




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El sueño del equilibrio te produce vértigo.


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La Telaraña en El Mundo.



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viernes, febrero 6

estrías


tu cuerpo es estrellado, el cuerpo de tu cuerpo es estrellado, el cuerpo de la noche de tu cuerpo - esta noche - es estrellado

como pieles de serpiente en llamas dibujando los círculos poliédricos de las nubes púrpuras, infestadas de cristal enajenado y rituales obscenos, como un reloj de arena que se humedece y derrite, como el fuego abierto en la palma bíblica de la mano, como un paisaje volcánico, olvidado y desierto pero azul, como esas cenizas estrelladas...


como esa voz que gira enloquecida
intentando atrapar lo que dice o quisiera
por entre las estrías del cuerpo
último y fugitivo del lenguaje


- de ese choque de cuerpos que se estrellan, aunque se diga que a ratos avanzan y a ratos se revuelcan, nace la palabra estrellada, la palabra que se estrella y reconstruye los límites de mi cuerpo en tu cuerpo, al fin los dos sin cuerpo, seres estrellados en alianza con un nuevo cuerpo estrellado que ilumina un instante el instante y luego calla, se aturde o quizá se duerme.




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jueves, febrero 5

Museo con vistas


Les confieso que hace unos días me levanté con el espíritu crítico bastante adormilado. Tenía, sin embargo, muchas ganas de sol y espacios abiertos, tal vez de ojear algún ombligo pícaro o de perderme en un laberinto de curvas. No lo sé. Es cierto que bien podía haberme ido a la playa pero por aquello de que respirar un poco de arte siempre me ha parecido saludable, me dirigí - no se me rían, por favor - a Es Baluard. Puedo asegurarles que encontré lo que buscaba.

Lo encontré en su amplia azotea junto a las antiguas murallas que antes protegían la ciudad y ahora nos recuerdan que el enemigo ya está dentro o incluso entra y sale cuando le viene en gana, como Pedro por su casa, nunca mejor dicho, creo. No importa. Las incuestionables vistas de la Catedral, la Santa Creu, la línea difusa del Passeig, los muelles y sobre todo el mar perfecto, curvado e infinito, son de auténtico alucine. Se me dirá que también pueden verse - y gratuitamente - desde otro cualquier lugar de la parte alta de la ciudad, es cierto, pero no me sean malévolos ni aguafiestas: alguna utilidad hay que encontrarle al museo, digo yo.

Pero también, quizá por aquello de que los extremos se tocan, encontré en el subterráneo del Baluard un lugar glorioso: el aljibe. Allí, Rebecca Horn expone palabras de luz que se reflejan en el agua y escalan, como por azar, las frías paredes del recinto abovedado, acompañadas, con matemática intermitencia, por la inquietante música sacra de Hayden Chilshorn. Lástima que cuando uno busca asiento para ensimismarse en lo que se le ofrece - sin dudarlo, una sugerente propuesta de meditación - entonces no lo encuentra, sencillamente porque no hay ni una modesta silla donde acomodarse. Una lástima. Los únicos accidentes de la estancia son unos peligrosos escalones, casi invisibles, y el agua negra y gélida del aljibe, origen de la vida y tal vez del arte, baile de sombras y espectrales versos de un poema que aun casi ilegible se adivina hermoso.

Quizá ustedes esperaban una crítica más interior y detenida del ya descolorido hormigón blanco del museo. Lamento decepcionarles. Todos los artistas allí reunidos, por azar pero también por capricho, me merecen personalmente mucho más respeto y consideración que las interesadas cataratas de razones y sinrazones que puedan mover a los que aunque se intitulen mecenas son sólo simples especuladores.





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lunes, febrero 2

Es Baluard Any Zero


Hoy visité el recién estrenado Museu d´Art Modern i Contemporani de Palma, Es Baluard.

A destacar su enigmático Aljibe y las que sin lugar a dudas son las mejores vistas panorámicas de todo el Mediterráneo.

¿Les parece poco? Bueno. Ya habrá tiempo de hablar del asunto...





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La Telaraña en El Mundo


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