LA TELARAÑA

viernes, octubre 10

Auscultando la ciudad en ruinas.


Te golpeas igual que las piedras que ruedan, pero pronto llega el desahucio de los sentidos y entonces ya nada importa.

¿Qué podría turbarte, ahí suspendido entre incontables objetos perdidos a los que no sabrías - ni siquiera por metafórica semejanza - poner un nombre?

Una gota de sangre coagulada con forma de estrella, de ameba, de araña o de eclipse. Una marca volátil que se aleja y se acerca - y finalmente se adhiere a tu pecho y dibuja una flor vacilante, una herida abierta al hierro silente de un fuego mezquino.

Este eco ancestral preludia tambores de ansiedad e insomnio.

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